Fabulosa posada en San Diego

+ El pueblo disfruta
esta gran experiencia

+ Hubo alegría para
chicos y grandes

Por Oscar Maldonado Villalpando

San Diego de Alejandría, Jal.- Estas familias recuerdan con cariño su tierra que está en Los Altos de Jalisco; recuerdan que fueron niños, que fueron pobres y por eso encontraron la forma de celebrar una navidad muy cristiana. El padre Álvaro mientras estuvo en Jesús María los animo a comprometerse de esta forma para agradecer a Dios sus beneficios y sus bendiciones.

El año pasado ya realizaron la posada en San Diego. Ahora es la segunda vez. Pero es un trabajo de gran coordinación entre los de Texas y los agentes de San Diego. Acá hay que prever mil detalles. Hay que coordinarse. Muchas personas de San Diego colaboran con el sacerdote, tanto con los insumos como con el trabajo y servicio de personal. Así que se formó un equipo de colaboradores en San Diego, saliendo al frente las catequistas que siempre se cuenta con ellas. Carniceros, personas que preparan comida, etc.
Todo mundo dispuesto a levantar este paquete, no dejan solo al sacerdote, claro con la anuencia del párroco y sacerdotes. Dicen los de Texas: “si el padre Álvaro nos dice ranas… nosotros brincamos”.

Los bienhechores llegaron desde el viernes 7 y empezaron a gestionar tantos detalles finales. Ellos recuerdan con gran cariño al señor Cura Mariano, que era muy activo cuando fue vicario en Jesús María. Es admirable esta forma como ellos han querido celebrar la navidad. Dando algo a los más necesitados.

El mismo sábado 8 de diciembre de 2007, se dedicaron a preparar salsa verde, roja, brava y de todas... revisar los juguetes, las piñatas. Todo en orden. En la mañana del domingo 9, a ultimar detalles en el lugar del evento, en el Santuario de Cristo Rey en La Peñita y sus instalaciones. Hubo música desde las 12 con el grupo Impacto, otros preparaban los puestos. A la una y media la misa, el templo fue insuficiente, niños, ancianos y demás personas. A la salida se organizaron los servicios para dar de comer a todo mundo. Ricos tamales, carnitas, pozole verde, tacos de carne y chorizo, mole que no ha de faltar, agua fresca y pastel para todos.

Luego organizarse para entregar regalos a todos los niños, primero los del catecismo, y luego a todos los demás. Buenos regalos. Todos alcanzaron gracias a Dios. A eso de las seis de la tarde se dio por concluido el evento, enorme tarea de recoger todo. Pero indudablemente ha sido una gran experiencia y una gran satisfacción para todos. Puede ser una buena idea en lugar de preparase al reventón, a la borrachera a fin de no ahogar la Navidad en el comercialismo como dice el Papa Benedicto XVI.

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