Cae asesino en Arandas

+ Hace 12 años que debía una muerte

Por Víctor Ontiveros Aguirre

Arandas, Jal.- Agentes de la Policía Municipal de Arandas lograron detener a un sujeto que portaba dos pistolas, ambas de grueso calibre. Cuando procedían a aprehenderlo, se puso rijoso golpeando a uno de los gendarmes. Luego resultó que tenía cuentas pendientes con la justicia por haber dado muerte a balazos a un vecino.

El presunto inculpado es Antonio García Aguilar, quien ya se encuentra a disposición del Ministerio Público por los delitos de homicidio, lesiones y portación ilegal de arma de fuego. Pronto será consignado ante un juez que le seguirá su proceso penal.

De acuerdo a informes proporcionados por el delegado en Altos Sur de la Procuraduría de Justicia del Estado, licenciado Juan Manuel Vargas, se pudo saber que Antonio García salió de su domicilio de Arandas llevando consigo dos pistolas, una automática 38 súper y un revólver del mismo calibre.

Se fue a tomar unas copas a un establecimiento y cuando los policías supieron que portaba las armas se dirigieron a él, sólo que al momento de que trataban de registrarlo opuso resistencia y se fue a los golpes contra uno de los uniformados, finalmente fue sometido y se le decomisaron las armas.

El ahora preso manifestó que cuando salía de su casa decidió fajarse las dos pistolas y llevárselas, pues temía que se las fueran a robar ya que “está muy dura la delincuencia”, aseguró.
Antonio García fue puesto a disposición de una agencia del Ministerio Público de Arandas y al ser sometido a interrogatorios por los agentes de la Policía Investigadora de aquella ciudad, confesó que en julio de 1995 había dado muerte a balazos a Alfredo Rizo León y en la misma forma hirió a otro sujeto. Los investigadores lograron contactar a testigos que confirmaron el dicho del ahora preso.

Trascendió que inexplicablemente se extravió el expediente de esos delitos, por lo que en esta ocasión se tuvo que recurrir a una reconstrucción de los hechos y continuar con la investigación.

Este reportero trató de establecer en dos ocasiones comunicación telefónica con el fiscal de Arandas que conoce de los hechos, licenciado José Luis Martínez, pero no fue posible porque personal de la fiscalía informó primero que no se encontraba y la segunda vez dijeron que tenían mucho trabajo.

Por esa razón no se pudo abundar en el conocimiento de ese crimen que en su momento conmovió al pueblo de Arandas.

Dejó 5 muertos
choque en Lagos

Lagos de Moreno, Jal.- La Policía Rural de este municipio informó que un choque dejó como saldo cuatro menores muertos, así como al conductor de uno de los vehículos, de nombre Francisco Javier Romo Alba, de 45 años.

Todo se dio el pasado 11 de enero en la autopista que conduce de Encarnación de Díaz a Lagos de Moreno, a la altura del crucero Los Sauces; ahí se localizaron los cuerpos de estas personas, quienes viajaban en una camioneta Chevrolet pick up, modelo 93m color blanco, placas JJ-30471.

Los menores fallecidos respondían a los nombres de Hugo, de 18 años; Juan, de 16; Iván, de 17 y Adrián de 11; todos ellos de apellidos Romo Mata y eran hijos del conductor también occiso.

El accidente se suscitó cuando el conductor del vehículo, Francisco Javier Romo Alba, impactó de frente la unidad contra un camión de transporte de personal marca Dina, conducido por Ismael Salas Salazar, de 41 años, quien resultó ileso.

Agarraron a mujer roba bolsas

+ Iba a los negocios y aprovechaba
los descuidos de sus empleadas

+ No trabajaba y quería el dinero
para comprar drogas y alcohol

Robaba en tiendas para financiar sus adicciones hasta que fue detenida por la policía municipal y se le encontró que había hecho del delito su modo de vida.

Norma Angélica Orozco Fernández de 27 años de edad, con domicilio en Privada González Gallo No. 21 de esta ciudad, vive con sus familiares y no tenía ningún oficio, pero sí adicción a drogas como el cristal y aparte le gusta la bebida, por lo que para sufragar sus vicios acostumbraba a robar en tiendas, aprovechando los descuidos de sus empleadas.

Visitaba algún negocio con el pretexto de querer comprar algo, sin embargo no adquiría nada pero sí se llevaba las pertenencias de quienes la atendían. Les quitaba dinero en efectivo, tarjetas de crédito, celulares y todo lo que encontrara en las bolsas personales de las ofendidas.

Aprovechó los meses de diciembre y enero, donde los negocios se encontraban con más gente que de costumbre. En una de sus fechorías se introdujo a una tienda de ropa ubicada en la calle Hidalgo, donde alcanzó a ver un bolso de mujer, propiedad de la dueña del establecimiento, arriba del mostrador, por lo que pidió varias prendas a quien la atendía y la malandrina las puso encima del bolso citado, agarró todo el bulto de ropa incluyendo la bolsa y se metió a un probador. Salió unos minutos después diciendo que no compraría nada y se alejó rápidamente del lugar; la dueña notó que hacía falta el bolso sobre el mostrador por lo que trató de darle alcance a la mujer, pero ya no la encontró en ningún lado.

Dio aviso a la policía municipal donde le dijeron que pusiera una denuncia en el Ministerio Público, pero no lo hizo por desidia y dejó así las cosas. La bolsa contenía 1500 pesos en efectivo, credenciales y tarjetas bancarias y de tiendas departamentales.

Eso tuvo lugar el pasado 27 de Diciembre y el pasado 15 de enero la policía avisó a la agraviada que tenían en sus separos a una mujer que coincidía con las características descritas, una mujer joven, de tez blanca, aunque ya tenía el cabello de color rojizo siendo que cuando cometió el atraco lo tenía negro.

Había sido detenida luego de que unos patrulleros recibieron el reporte de una empleada de una tienda ubicada en la esquina de Cesáreo González y Morelos, donde la misma ladrona había sustraído un bolso de mujer con un celular adentro. La policía la encontró cerca del lugar del hurto, hallándole además cuatro celulares, productos de otros robos.

Sin embargo no todo paraba ahí, ya que hubo una tercera denuncia en contra de esta misma mujer, acusándola de haber hecho un robo similar en un vivero ubicado en la calle González Gallo 236.

Norma Angélica declaró haber perpetrado todos esos ilícitos, que era adicta al cristal y al alcohol, que no trabajaba y robaba para poder pagar sus vicios, como aquellos 1,500 pesos que enseguida los utilizó para comprar cristal y drogarse. Agregó también que su familia la internará en un centro de rehabilitación para dejar las adicciones; eso y que también es católica, aunque parece que le cuesta trabajo seguir el Séptimo Mandamiento.

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