¡Ah con algunos maestritos…!

Y dale con las clases

+ Se pasan deveras de rigurosos

+ En cambio otros, chidos y justos

Por Fabiola González Ontiveros

Este jueves se cumplió una semana de haber regresado a clases en la Prepa Tepa, y hubiera sido lo mismo si no fuera porque estado todos medio dormidos a las 7 de la mañana. Muy pocos estaban emocionados por volver a clases, tal vez los de primero, pero los más grandes tenían una cara de sueño… Después de unas buenas vacaciones sin hacer nada, bueno, a lo mejor sí, pero por lo menos levantándose a horas decentes, se escuchaban comentarios de los compañeros antes de entrar que decían “nos vemos el jueves en la madrugada”.

Pues… lo mismo de siempre, la presentación de los nuevos maestros, los encuadres, los que se aprovechan de que aún no hay listas y empiezan el semestre no entrando a clases.

Los que llevaban gran parte de las vacaciones sin verse y al momento del reencuentro se abrazaron, aunque Tepa es una ciudad chiquita y uno se encuentra a algún conocido en cada esquina, sí es posible eso de no verse.

Otra vez los problemas con los profesores, ya es típico que por lo menos unos dos o tres caen mal, o estamos a la expectativa con las materias nuevas y con sus respectivos maestros, nunca falta el raro que, según él, desde el punto de vista filosófico nos presenta a la muerte como una solución a cualquier problema, lo cual parece bastante ilógico, cada quien como lo tome, pero hacer ese comentario a muchachos entre 16 y 19 años, en la edad que hasta tener una chamarra fea representa un complejo enorme, suena como a “si tienes alguna complicación, por más mínima que sea, suicídate”. Hay que recordar que Tepa ocupa un lugar muy alto en suicidios, lo cual pone a reflexionar, pero probablemente me estoy adelantando y esa es sólo la manera en que se trabaja esta materia, ustedes juzguen.

También están los profesores (y ya no hablo en singular, porque son muchos) los que dicen: “si yo llego a la media, ustedes me esperan, ah… pero eso sí, después de mí no entra nadie”. De hecho este miércoles se les presentó un problema de este tipo a unas compañeras, dieron el toque y el profesor no llegaba, 10 minutos después se dirigieron al salón a ver si alguien sabía algo, y ¡oh sorpresa! la puerta ya estaba cerrada, era doble clase y con muchos trabajos las dejó entrar, ellas pensaron que les pondría retardo, pero les puso la falta doble, habiendo llegado dentro de los 10 minutos de tolerancia y permanecido durante las dos clases.

Pero a todos les pasa eso, mejor que se resignen a que ni vale la pena hacer corajes, porque los profesores, como tienen en su poder la decisión de las calificaciones, no hay manera de ganarles una. Porque ni conocen el dicho de “o todos coludos o todos rabones” y si lo conocen lo aplican a su conveniencia.

Claro, no todos son así, también hay muy buenos maestros y ojalá que no cambien, porque con los profesores arbitrarios como los que mencioné, ni se aprende y se hacen puros corajes.
¡Bravo! por los que sí son derechos y dan sus clases como debe de ser, y dan las calificaciones de acuerdo al esfuerzo, no por la simpatía que les tengan a ciertos alumnos.