Felicidades Papá

Por Fabiola González Ontiveros

Dice la historia que la señora Sonora Smart Dodd, de Washington, fue la que propuso la idea del "día del padre" en 1909. La señora Sonora Smart Dodd quería que existiera un día especial que honrara a su padre, Henry Jackson Smart. Henry Jackson Smart, veterano de la guerra civil, se convirtió en viudo cuando su esposa (la madre de la señora Dodd) murió en el parto de su sexto niño. Fue en una granja rural en el estado de Washington donde el Sr. Smart se hizo cargo de educar a seis niños. Después la señora Dodd se dio cuenta de que su padre había sido un verdadero ejemplo al criar a todos sus hijos con verdadera educación y valores.

Así fue como se celebró el primer Día del Padre el 19 de junio de 1910 en Spokane Washington. En ese mismo tiempo en varias ciudades a través de Estados Unidos la gente comenzaba a celebrar "El Día del Padre". En 1924 el presidente Calvin Coolidge decretó el Día del Padre como una celebración nacional. Finalmente en 1966 el presidente Lyndon Johnson firmó una proclama presidencial que declaraba el 3er. domingo de junio como Día del Padre.

Pues bien, muy pocas personas saben esto, de hecho yo no lo sabía, tuve que buscar en el infalible Google “historia del día del padre” y eso fue lo que apareció, sin duda todos los días se aprende algo. Escuché algo parecido de mi hermana, pero sólo me dijo lo del viudo con 6 hijos, sin muchos detalles más.

La realidad es que la gente no toma mucho en cuenta este día. Ah… pero que no digan de las mamás porque desde que empieza el año ya están planeando los hijos qué le van a hacer y en las escuelas desde un mes antes se preparan los festivales, todo mundo sabe que el 10 de mayo es un día especial, las florerías ese día están a reventar y todos los ositos y cosas de esas se venden como pan caliente.

En cambio a los papás no les hacen mucho escándalo, no son muchos los que lo celebran, si le regalan algo es una taza para el café o una corbata, además de que muchas veces los papás son más serios y les parece una tontería esto. Por ejemplo a mí una vez se me ocurrió regalarle al mío un patito de cerámica que yo solita pinté -como a los 8 o 9 años de edad- con mi pulso de maraquero, y hasta eso que no me quedó tan mal, pero ahora le puedo apostar a quien sea que él ni siquiera se acuerda, la figurita está ahí… arrumbada detrás de la televisión de su recámara desde que se lo regalé.

Yo admiro muchísimo a mi papá, cuando muchos de los hijos hasta miedo les tienen a los suyos. O será que siempre he sido medio alrevesada… por ejemplo cuando a todas las niñas les gustaba Winnie Pooh o Mickey Mouse a mí me caían gordos porque eran afeminados. Siempre me caían mejor los malos en las caricaturas, y no es que mi papá sea malo, de hecho no tengo ni un solo recuerdo de que me haya golpeado, más bien a la que le huía era a mi mamá, que no sé de dónde chin… agarró un fuete, sí, de esos para arrear a los caballos, imagínese nomás, y siempre que nos portábamos mal nos daba tres, contaditos eso sí, ni uno más pero tampoco ni uno menos, claro que cuando crecimos le escondimos esa porquería y hasta la fecha no sabe dónde está… ni lo sabrá nunca.

Mi papá era de los que me hacían enojar cuando era pequeña. Tiene una risa muy burlesca que me sacaba de quicio, y cuando uno es chiquito no razona, así que me ponía a hacer mi berrinche y más se burlaba de mí diciéndome que si ya iba a empezar con mi “rutinita”, hasta me tenía una tonadita para cuando lloraba. Recuerdo también cuando apenas me estaban enseñando las primeras letras, que él agarraba el periódico y me ponía a leer, y cuando más o menos le agarré el modo, bueno, tengo que decir que cada domingo íbamos a Guadalajara a visitar a mis abuelitos, y durante el regreso a Tepa siempre me quedaba dormida, pero él me despertaba para que leyera los letreros que había en el camino, su chantaje era pagarme creo que como 10 centavos por cada letrero, porque me gustaban mucho los churros del Parque del Beso y me los tenía que comprar yo, con los letreros bien leídos hice una pequeña fortuna y obtuve muchos churros en recompensa, aunque todavía se ríen de mi por la vez que leí “entrenque peligroso” en lugar
de “entronque peligroso”.

En casa de mis abuelos a mi papá le gustaba sembrar árboles y cualquier cosa que se pudiera comer, decía que para qué plantaba cosas que sólo sirvieran de adorno, mejor frutales y vegetales. Cada domingo salíamos de esa casa con varias bolsas de aguacates, limones, mandarinas, a veces mangos, duraznos no porque nunca quiso dar el árbol, y guayabas tampoco porque tenían gusanos. Yo lo ayudaba a cortar la fruta, o a cacharla en el caso de los aguacates, sacábamos los rábanos y regábamos el pasto. Él por su cuenta sembró un nogal, una higuera, creo que un manzano y varios árboles más. Además de que donde vivimos actualmente cada vez que viene de visita siembra y cosecha nopales, porque le gusta mucho todo eso.

Todo esto lo menciono porque hace poco fui a la Casa de Ejercicios que está frente al Parque del Beso, entré con los hermanos de una amiga y estaba yo maravillada por la cantidad de duraznos y de árboles frutales que había ahí, uno de los amigos me vio así y empezamos a platicar de los árboles, y como si nada yo le decía que ese era un árbol de aguacates, aquel era un fresno, el de allá era una parra y ese otro una higuera, esa planta pequeña es de chiles… en fin, me preguntó que dónde había aprendido yo eso y me dio mucho orgullo decirle: “Mi papá me lo enseñó”.

Tengo muchos buenos recuerdos… No vayan a pensar que es un desmadroso. ¡Uf!, tiene un genio de porquería en lo que se refiere a las cosas del trabajo, no deja que nadie lo agarre de pendejo, él es el único que se puede ganar a sí mismo en una discusión, mis hermanos y yo nos tenemos que alinear por la derecha, desde niños nos impuso la disciplina.

Pero también es un hombre divertido. Muy buen papá, muy buen amigo y sobre todo muy buena persona. Nunca se me va a olvidar la vez que estábamos cenando en un puestecito, a donde llegó un vagabundo y le pidió limosna. Era invierno y hacía mucho frío, y en vez de mandarlo a freír espárragos mi papá le dijo que pidiera lo que quisiera, que él se lo iba a disparar, y le dio su chamarra… Es un recuerdo que aún me hace llorar, porque cuando me quiero pasar de egoísta se me viene eso a la cabeza y se me hace chiquito el corazón.

Cada vez que viene a Tepa de visita disfruto mucho su presencia, porque siempre me hace reír. Y es muy extraño porque en la oficina salimos todos regañados por él, pero cuando estamos de regreso en casa volvemos a ser todos bien compas. Y cuando llega el momento de que tiene que regresar a su trabajo me cuesta mucho despedirme de él, porque aunque ya estoy acostumbrada a que va y viene no dejo de extrañarlo.

No le estoy haciendo toda esta propaganda por el simple hecho de ser mi papá, pero de verdad no he conocido a nadie más inteligente, más terco, más enojón, más bueno, más irónico y divertido, y sobre todo mejor papá que él.

Él es como mi superhéroe, mi guía, mi ejemplo, y si en otra vida pudiera escoger al que fuera mi padre, sin duda alguna lo volvería a escoger a él, las veces que fueran.

Y a diferencia de muchos que siempre dicen sólo por decir “de grande quiero ser como tú”, Papá: de verdad de grande quiero ser cómo tu, en todos los aspectos.

Me siento extremadamente orgullosa de ser la hija de Gustavo González Godina.

Felicidades Papá, Te Quiero Mucho.

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1 Comentarios

  1. Yo también te quiero mucho, papá.
    Hace mucho que no me acordaba de la rutinita :D

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