Xenofobia y discriminación

Gustavo González Godina

Tenemos una colaboradora argentina y una parte de nuestra sociedad es xenófoba y discriminadora. Para aquellos o aquellas -de esa parte de la sociedad- que no entiendan estos términos, el diccionario dice que Xenofobia es el odio, repugnancia u hostilidad hacia los extranjeros, y Xenófobo el que siente xenofobia; y Discriminar es dar trato de inferioridad a una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos, políticos, etc. Y el que discrimina es discriminador.

Esa parte de la sociedad tepatitlense empieza ya a mostrar su odio, repugnancia y hostilidad hacia nuestra colaboradora por el sólo hecho de ser argentina, y comienza a darle un trato de inferioridad por el mismo motivo, idéntico al que les dan los gringos anglosajones a nuestros paisanos en Estados Unidos por el sólo hecho de ser mexicanos, sin importar que se encuentren allá en forma legal o ilegal. Nuestra colaboradora argentina se encuentra legalmente en nuestro país.

Mientras nos ayudaba a realizar un sondeo de opinión, alguien (de esa parte de la sociedad xenófoba y discriminadora) le dijo que ella qué tenía que andar preguntando lo que preguntaba si era extranjera; y más recientemente, tras de hacer y publicar un pequeño reportaje acerca de las condiciones de marginación en que viven los habitantes de la colonia El Pochote, de Tepatitlán, se le echaron encima como perros de presa por un dato que mencionó y que no inventó ella, sino que se lo dio la señora Blanca Villaseñor: que en esa colonia se sabe que hay cinco casos de Sida.

El reportaje en cuestión señala que en dicha colonia, “olvidados por el gobierno, las necesidades se sienten en todos los ámbitos” y que movilizado por esto el Instituto Tepatitlense de la Mujer solicitó a la Secretaría de Salud datos estadísticos con el fin de ordenar las prioridades. “El resultado fue que según este organismo sólo 20 personas habitan en El Pochote, cuando la realidad, verificada por Blanca Villaseñor, indica que son más de 400 personas las que viven ahí”.

Era necesario –agrega el reportaje- un diagnóstico urgente pero serio para conocer a profundidad las carencias y así elaborar un plan para hacer frente a las contingencias. Comenzó así una encuesta de comunidad con más de 60 preguntas que abarcan datos como el estado de salud, alimentación, vivienda, educación y servicios.

Se encontró que casi el 10% de los niños entre 8 y 15 años son analfabetos, que sólo el 1.4% de los mayores de 15 años siguen sus estudios, que la escuela primaria del lugar se encuentra en pésimas condiciones, que no hay una escuela secundaria y tampoco transporte público. De 28 viviendas encuestadas, en algunas habitan hasta 11 personas bajo un mismo techo, las 28 casas sólo tienen fosas sépticas y sólo 18 de ellas agua potable.

“A todo esto se le suman los problemas detectados (por la encuesta, no por la reportera) en la comunidad, tales como drogadicción, prostitución, Sida y violencia familiar”. Y el párrafo que provocó la supuesta ola de protestas dice: “Se tiene entendido que en esta comunidad hay 5 familias con VIH (esto lo dijo la señora Blanca Villaseñor, no lo inventó la reportera), pero en la encuesta realizada ninguna de las entrevistadas dijo que tuviera esa enfermedad, así como tampoco dicen que sus hijos o esposos sean drogadictos, pero sí lo plantean como un problema grave con el que conviven”.

Aquí hay una contradicción, pero no de la reportera, sino de la fuente informativa, ninguna señora dijo que en su familia haya Sida ni que su marido o alguno de sus hijos sea drogadicto, sin embargo “lo plantean –en la encuesta- como un problema grave con el que conviven”. Estuvo mal hecha la encuesta o fue mal proporcionada la información, o quizás, también, al redactar el reportaje faltó puntualizar en cada párrafo que la que hablaba era la señora Blanca Villaseñor y no la reportera.

El penúltimo párrafo, para que se note el espíritu del reportaje, dice: La gente de El Pochote pide que se construyan áreas de recreación y deporte, drenajes, empedrados, pavimento, una escuela secundaria, mejorar la escuela primaria, solicitan servicio médico, teléfonos, regularización de predios y también que el servicio de transporte público llegue hasta allá.

Y para terminar, esto sí en palabras de nuestra colaboradora argentina, dice: El Pochote reclama, es hora de que alguien los escuche.

Si yo viviera en la colonia El Pochote, de Tepatitlán, le daría las gracias a la persona que hizo ese reportaje por su noble intención que tuvo al hacerlo, buscando que las autoridades solucionaran alguno de tantos problemas.

¿Y qué pasó?, que ya se la tragan viva porque mencionó un dato según el cual “se tiene entendido” que hay cinco casos de Sida en esa colonia. ¿No los hay?, si no los hay qué bueno, y si los hay, ¿por cinco casos de Sida se va a pensar que todos los habitantes de El Pochote son sidosos? ¡Por favor! Cinco de cuatrocientos es el 1.25 por ciento… ¿Qué no hay ahí drogadicción y violencia familiar? ¡Qué bueno! Me alegro…

Y podría agregar además que me alegraría de que la autoridad no les hiciera ningún caso, que no les resolviera ninguno de sus problemas por protestar contra el reportaje, lo haría, me alegraría si no supiera yo que NO fueron los colonos de El Pochote los que protestaron, y que si alguno lo hizo fue manipulado por esa parte de la sociedad tepatitlense xenófoba y discriminadora, la misma de siempre, la que siente que Dios le escrituró esta tierra roja, la que cada vez que llega alguien de fuera le hacen la vida imposible y tratan de aplastarlo.

No soportan a nadie de fuera, ni siquiera de otra parte del estado de Jalisco o del país, mucho menos del extranjero, nadie de fuera puede trabajar libremente aquí ni mucho menos intentar destacar, nadie puede sacar la cabeza porque le dan un mazazo para partírsela, o por lo menos para que vuelva al anonimato, nadie de fuera tiene derecho, sólo los elegidos, sólo aquellos cuyos padres, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos y demás antepasados nacieron aquí, aunque sus más remotos antepasados sepa la bola de dónde habrán venido, probablemente de España, pero ahí de dónde llegaron…

La xenofobia, como cualquier otra fobia, cada quién es muy libre de tenerla o de sentirla, mientras no afecte o le cause daño a otras personas. Pero la discriminación no, nadie tiene derecho a discriminar a otros por cuestiones de raza, religión, política o nacionalidad, en el marco de la ley todos somos iguales y tenemos los mismos derechos.

Que nuestra colaboradora nació en Argentina… sí ¿y qué?, ¿cuál es el problema?, así fuera colombiana, rusa, coreana o africana, ¿tiene por eso menos derecho a vivir y a trabajar donde se le pegue la gana?, ¿qué hacen nuestros compatriotas que se van arriesgando incluso la vida a trabajar en Estados Unidos?, ¿está bien que los odien, los persigan y los discriminen allá? Por supuesto que no, ¿entonces por qué hacemos lo mismo aquí?, ¿allá no se vale y aquí sí?

Por fortuna esa parte de la sociedad, xenófoba y discriminadora, es minoría en Tepatitlán. Tienen algunos el dinero, los recursos y los medios, pero son minoría, gracias a Dios, a quien le pedimos que les abra el entendimiento para que se integren a la mayoría y dejen integrarse a quien llegue de donde sea si viene a vivir y a trabajar honradamente, y si es posible a servirle a Tepatitlán, como nuestra colaboradora argentina cuya única intención fue servirles a los habitantes de la colonia El Pochote de Tepatitlán.


Trabajo político

Aun cuando el PRI es minoría en la 58 Legislatura del Estado de Jalisco, al elegir ésta a los nuevos magistrados que integran desde hace dos días el Tribunal Electoral del Estado resultó que tres de los cinco son de origen priísta, y en una de esas hasta cuatro. Los diputados panistas lograron colocar sólo a dos, y uno de ellos, parece, simpatiza más con el tricolor. Eso se llama trabajo político de la fracción priísta en el Congreso. Y bueno, no hay que olvidar quién coordina dicha bancada, el tepatitlense Juan Carlos Castellanos Casillas, así que no me lo pierdan de vista para las federales del próximo año, ya le agarró el modo y está haciendo las cosas mejor que otros de los más renombrados y experimentados priístas. No me sorprendería que ante las buenas cuentas que le está entregando a su partido, lo mandara éste como candidato a una curul en el Congreso de la Unión. Y por lo demás, de los tres magistrados con antecedentes priístas, dos son alteños, uno de Jalos y el otro de Lagos de Moreno. Ahí la lleva el de Almacenes Tepa… bien por Él, por Tepa y por Los Altos.

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