Bien el Chavo y Mario

+ El desfile, la causa de que algunos quieran más Prepa
+ Unos bien copiones y otros estorbosos, pero todo bien

Por Fabiola González Ontiveros

Ahora sí que ya comenzó el relajo. Con el desfile como evento inaugural que se realizó el domingo pasado, empezó por fin este gran movimiento cultural en la ciudad que se llama Juglarías.

Le cuento cómo estuvo todo.

La verdad fue emocionante verlo, ya que, bueno… este es mi último año en la Prepa y por lo tanto mi última oportunidad para participar en Juglarías. Los primeros dos años no pude disfrutar del desfile porque andaba trepada en un carro alegórico, lo cual fue una experiencia muy bonita, porque en primer semestre, como todo era nuevo, estábamos emocionados por eso que nunca habíamos hecho, mi carro fue el del Fantasma de la Ópera, aunque ni debería recordarlo porque ese carro estaba para dar vergüenza, pero igual nos divertimos mucho.


En segundo… ese ya fue diferente, tratamos de hacerlo un poco más decentemente que el año anterior, el tema era Moulin Rouge y nuevamente ahí andábamos en el chisme arriba del carro y saludando a todo el mundo. Pude ver algunos de los carros que iban adelante del mío y otros atrás, y como ya sabía más o menos como funcionaba todo y ya conocía a mucha gente, me divertí todavía más que el primer año, aun cuando no vi todo el desfile tenía las fotos de todos los carros (es lo bueno de tener familia en el periódico) y me pareció que estuvo muy bonito, la mayoría de los carros muy bien hechos, y nosotros pues… quedamos dentro de los 10 primeros lugares y nos sentimos orgullosos.

Pero bueno… eso ya pasó y sólo son recuerdos. En realidad a lo que iba es a que sería la primera vez que viera el desfile bien, como debe ser, entre el público y poder observar así el trabajo de todos mis compañeros estudiantes.


Así que el domingo me levanté temprano como pude, porque con la desvelada de la noche del sábado es casi un pecado levantarse antes de las 10 en domingo.

Pero en fin, para variar jalé con mi familia y ahí vamos todos para el centro, mi mamá con sus sillitas en mano porque eso sí, no se quería cansar. Encontramos un lugar con sombrita debajo de un árbol en la Plaza de Armas, justo enfrente de la parroquia y nos estacionamos ahí. Comenzó a llegar la gente y mientras empezaba todo el rollo me puse a hacer con Flavia un sondeo de opinión. Cuando terminamos ya se escuchaba por allá, a lo lejos, el ruido de la banda.


Poco después de las once llegó la banda a donde estábamos, remolcados y dándole duro a los instrumentos y se empezó a alegrar el ambiente, comenzaron a asomarse los primeros carros.

Al principio eran camionetas con gente que ni al caso con los carros alegóricos, nomás iban haciendo ambiente, había estudiantes egresados del plantel que iban muy contentos porque se notaba que se quedaron con ganas de más Prepa.

Carro tras carro y cada vez había más gente, no faltaron los nacos que se pusieron adelante por abusivos, pero como los de atrás les echaron pleito no tuvieron de otra más que sentarse, aunque de todos modos por sus calzones se quedaron ahí adelante.

Aunque estaba yo sola tomando fotos, saludando a todo mundo y yéndome hasta delante para captar cosas chidas con la cámara, me divertí mucho porque veía en algunos mucho ingenio y en otros no tanto, pero todo bien hasta el fin.


A varios de mis compañeros de salón se les ocurrió la ideota de desfilar caminando con el “V”arco fantasma, que no era más que un barquito de papel amarrado a un hilo y ahí lo iban jalando, con un letrero que decía “El Varco fantasma”, así con la V, según ellos porque la V era de broma, esperemos que así sea y no porque ya de plano no sepan que barco se escribe con B de burro, y era fantasma porque efectivamente, estaba tan pequeño que ni se veía, como ingenio estuvo bueno, a mí no se me hubiera ocurrido, pero para la cura estuvo bien, es más, hasta había un muchacho que salió el año pasado, que ya está estudiando la Universidad en Guadalajara, pero es lo que les digo, que una vez que salen como que se quedan con ganas de más Prepa.

Los que más me gustaron fueron el carro del Chavo del Ocho y el de Súper Mario respectivamente. De el del Chavo la idea me pareció muy buena, porque crecimos viendo este programa y aunque a muchos no les guste el humor tan simple del show, la verdad es que todo México sabe quienes son El Chavo, la Chilindrina, Kiko, don Ramón, doña Florinda, la Popis, el Profesor Jirafales, el Señor Barriga y la Bruja del 71, y el carro estaba muy bien hecho, el vestuario de los personajes era igualito, la Chilidrina tenía un diente negro y su paleta gigante, Kiko tenía los cachetes infladísimos, no sé que se puso pero los tenía inflados, la Popis tenía su muñeca y también su paletota, e incluso había un tendedero en el que había unos calzones de paracaídas.


Ellos iban muy contentos y tenían la musicona característica del programa, iban muy sonrientes posando para todo el que decía ¡foto!

El de Súper Mario me gustó mucho porque también iban bien prendidos, con música arrabalera, que nomás la traían para la cura y meter ambiente, Luigi iba a baile y baile con su overol verde y su bigotazo, muy divertidos ellos.


Los demás carros, pues sí estuvieron bonitos… pero faltó música. A excepción de esos carros los demás iban muy apagados, un poco serios, sin chiste pues, y otros que se veía que estaban hechos al ahi se va. Y no faltaron las ideas recicladas que me parecen chatísimas, porque habiendo tantos temas para explotar, prefieren hacer los que ya salieron, uno de ellos fue el de Chicago, que era un reciclaje de Moulin Rouge el año pasado, y no lo digo porque fuera nuestro carro, pero lo que había en el de Chicago era exactamente igual al del año anterior, vaya… hasta el traje era igual, ¡todo era igual!, y pues así la verdad no tiene chiste, si no le quisieron pensar pues allá ellos, pero qué chafa la verdad.

Al final se nos pusieron unos batos enfrente, que llegaron casi al final y se pararon ahí nomás como si nada, y aun cuando la gente les estaba gritando y yo les pedí que se movieran, nomás me echaron el caballo encima y me enojé, por lo que les pedí que sonrieran para la foto, porque iban a salir como los nacos estorbosos del desfile.


Total que con todos los carros, los estorbosos, la música, a los que les faltaba la música y todo en general, concluyó el desfile que esperamos que el próximo año mejore, porque la cosa es superarse, y a ver si me cuelo en algún carro para hacer desmadre aunque ya no esté en la Prepa.