El respeto se gana…

Por David Jáuregui

No cabe duda que la situación del país está terrible, y con los gobiernos actuales su futuro inmediato pinta peor. No cabe duda que la estrategia del gobierno federal para la “seguridad pública”, así como en otros asuntos como la economía, esta equivocada. El exponer la integridad física de policías, ministerios públicos, soldados de línea, etcétera, agregándole a esta lista a civiles, es decir a personas ajenas a esta “guerra”, no es lo adecuado, los hechos hablan por sí mismos.

Como en otros asuntos en donde se pone en entredicho la rectitud de los gobiernos en turno, la principal herramienta con la que cuentan estos gobiernos para distraer la atención o tratar de cambiar la percepción son los medios de comunicación o informativos oficialistas como: televisión, radio, periódicos, etcétera.

Los otros medios o herramientas, es decir las instituciones, están en su mayoría tan penetrados por la corrupción y el crimen organizado que en muchas ocasiones es evidente la conexión entre gobiernos, instituciones de seguridad y estos grupos delictivos. A qué me refiero: a la publicidad pagada para inducir la percepción de la gente en general, por ejemplo, para poner una “cortina de humo” en asuntos tan espinosos como fueron las elecciones del 2006.

Calderón en nombre de una muy cuestionada “seguridad nacional” declara su guerra al crimen organizado, sin cambiar las bases de las mismas instituciones que hasta la fecha han fallado; como única estrategia simplemente aumentó el presupuesto a las Secretarías de la Defensa Nacional, a la de Seguridad Pública, a la de Marina y por último a la PGR.

Obviamente en la adquisición de equipos y armamentos para estas instituciones han salido algunos beneficiarios muy cercanos al grupo en el poder (revista Proceso); pero de los mandos muy pocos cambios, en la secretaria de Gobernación pone en forma inconstitucional a un amigo sin la experiencia y la nacionalidad que se requiere, de igual modo en la de Seguridad Pública y en la PGR;

El gobierno de Calderón sigue considerando que el asunto de seguridad, economía, y de pobreza en aumento de la población es de percepción y no problemas reales, que todos estos problemas se van a resolver mediante declaraciones y comerciales y no mediante acciones inteligentes comenzando en cambiar las políticas económicas y acabando con la impunidad, con la depuración real de secretarias de estado, procuradurías, juzgados, ministerios públicos, cuerpos policíacos, etcétera.

El señor Martí, padre del joven asesinado en el pasado mes de agosto, lo dijo claramente, en el gobierno como en tantas instancias, el que no pueda que renuncie y deje el espacio a tanta gente, sobre todo a recién egresados de universidades, que aún mantienen convicciones de legalidad y honradez, mismos elementos que muchos del actual gabinete carecen, comenzando por el mismo Calderón.

El pasado 17 de septiembre, el PAN celebró un aniversario más. En las instalaciones de esta “familia” se llevó un evento conmemorativo, más parecida a la “cosa nostra” que a un partido político; para no variar con su ya clásico estilo de gobierno hasta ahí mismo sólo se les fue en discursos de honradez, legalidad, de no hacerse cómplices del crimen organizado, etcétera, cuando la realidad es que Calderón y Fox, y muchos otros que compartían este evento y hasta la misma mesa entre otras cosas, sólo demostraban que los ahí participantes sólo simulan no ser lo que los mismos hechos rebaten: hipócritas, cómplices, mentirosos, deshonestos e ineptos.

En otros medios informativos hay pseudoperiodistas oportunistas que de plano no se miden en las estupideces que escriben, por ejemplo: Carlos Marín y Jaime Susarrey, uno de Público y el otro de Mural, los cuales hasta en sucesos tan lamentables como lo de la ciudad de Morelia tratan de relacionar a Andrés Manuel López Obrador haciendo analogías como riesgos a la seguridad de México.

Este tipo de idiotas en lugar de colocarse como lamebotas (la palabra original es lamehuev…) ante los malos gobiernos deberían ser los más críticos para que la realidad del país cambie; por eso estamos como estamos, en lugar de obligar a estos malos gobernantes a hacer bien las cosas, a que sean honrados y legales, sólo cobijan ilegalidad, corrupción y mentiras.

En muchas declaraciones de Calderón sólo se ve al reyezuelo amenazante, déspota y tirano que trata de engañar a propios y ajenos con su demagogia barata. Ahora lo que esta de moda es “la fuerza del estado”, como punta de lanza y advertencia a quienes se atrevan a “desafiar” el poder del estado, aún con reclamos de justicia social o denuncias de corrupciones o “irregularidades” en contra de miembros de su gabinete o de su partido.

Sinceramente la gente del PAN en los gobiernos (no toda, claro que debe de haber excepciones) literalmente están acercando al país a la ruina social y económica, crisis a las que difícilmente se saldrá utilizando las herramientas actuales, de demagogia y de mentira pero sobre todo de impunidad.

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