Enemigos de la sociedad




Hay en estos días una discusión acerca del papel que deben asumir los medios de comunicación ante las actividades de la delincuencia organizada. Que si se deben publicar todas las noticias acerca de lo que hacen, que si somos sus voceros, que si hacemos apología del crimen, que si contribuimos a alarmar a la población y hasta a crear sicosis, en fin.

Lo anterior porque todos tenemos claro que los criminales son enemigos de la sociedad. Se insiste en que los medios deberían autolimitarse, autocensurarse como hace la prensa en España que decidió no hacerse eco de las actividades terroristas de la ETA, no le publican nada pero sólo en lo que se refiere a declaraciones, manifiestos y comunicados, aunque dan las noticias acerca de las tragedias que ocasionan con sus bombas y de la captura de terroristas cuando ocurre.

Aquí hacemos lo mismo, creo que nadie hace apología del crimen, porque apología es el discurso -de palabra o escrito- en defensa o alabanza de alguien o de algo y no es éste el caso, damos la noticia tal cual y quienes tenemos la oportunidad de opinar en los medios condenamos, reprobamos y expresamos nuestra indignación a nombre de todos, porque creemos interpretar y ser voceros, en este caso sí, del sentir de la sociedad.

Cuando colocan mantas amenazantes o difunden comunicados como ha estado haciendo el grupo criminal llamado La Familia de Michoacán, ahí sí estoy de acuerdo en que no deberían los medios darles tribuna, servirles de cajas de resonancia, porque contribuimos a sus fines de atemorizar a la población y además gratis, no pagan publicidad y aunque la pagaran sus enlaces de comunicación, que los tienen, no se debería publicarles nada, excepto el grave daño que causan y cuando son detenidos.

Pero no son los únicos enemigos de la sociedad, hay otros que le causan tanto o más daño al país -que se lo están causando desde hace muchos años y quieren seguirlo haciendo- a los que tampoco deberían servirles los medios de comunicación para sus fines. Me refiero a quienes se oponen a mejorar la calidad de la educación, cuyas deficiencias son la causa original, básica, fundamental, de que México no avance como debiera. Si desde la escuela primaria -y antes, desde el jardín de niños o kinder- se les enseña a los menores a ser irresponsables, a que no hay que cumplir y trabajar como se debe, ¿qué se puede esperar de esos niños cuando sean adultos?, que sean como sus maestros...

Porque eso es lo que les enseñan en la escuela, por lo menos en las del gobierno donde dan clases los maestros sindicalizados del SNTE y de la CNTE, es el ejemplo que les dan, suspenden las labores a la hora que se les pega la gana, por el día del niño, de la madre, del padre, del maestro, por el puente, porque hay reunión sindical, para su capacitación, para jugar fútbol, para el plantón, para marchar y protestar; todo tienen que hacerlo en días hábiles cuando debieran estar en las aulas trabajando, el encuentro magisterial para competencias deportivas tiene que ser entre semana, no pueden jugar fútbol en sábado y domingo porque esos son sus días de descanso, no pueden protestar y marchar en las vacaciones de verano porque necesitan descansar, marchan y protestan durante el periodo de clases y cuando llega la fecha de fin de cursos suspenden la protesta y se van a descansar, para volver a las calles al inicio de clases. Total, les siguen pagando...

Y cuando por fin le entra el remordimiento a la dirigente-cacique del magisterio, Elba Esther Gordillo y se propone pasar a la historia como reformadora antes de su retiro, firmando un pacto llamado Alianza para la Calidad de la Educación, se oponen porque esto "atenta contra sus conquistas laborales", porque tendrán que llegar a las aulas a dar clases sólo los mejores, los estudiosos, los capacitados y los cumplidos, y no la bola de holgazanes que ahora ocupan las plazas que consideran suyas, de su propiedad, y que pueden vender o heredar a otros de su misma calaña.

Sólo en este país se pueden ver cosas como ésta, que los maestros, los educadores estén luchando en contra de la calidad de la educación... Y no sólo eso, sino que al oponerse a que mejore la calidad educativa están haciendo lo necesario para que ésta empeore, dejando sin clases a miles de niños en el estado de Morelos, en el Distrito Federal, Michoacán y otras entidades. O sea, no sólo no quieren que se avance, practican el retroceso. ¿No son esos grupos de maestros enemigos de la sociedad y de México?, ¿no le causan tanto daño al país como la delincuencia organizada?, ¿deben los medios de comunicación apoyarlos en su lucha contra la calidad de la educación?

Hace unos días me decía el compañero que coordina los noticieros de Política en Cable (donde trabajamos también), que lo había buscado un maestro que vive en Xalapa que andaban acá algunos profesores promoviendo esa lucha contra la calidad en la educación, que llegaron desde la ciudad de México a tratar de convencer a otros maestros veracruzanos de que se opongan a la Alianza y protesten, y que si queríamos hacerles una entrevista en el noticiero para que expusieran sus motivos, pero que le resolviera cuanto antes porque los enviados del movimiento se tenían que regresar a la capital del país ese mismo día.

Déjalo así -le contesté a Rubén cuando me consultó este asunto-, no nos interesa darle apoyo con difusión a una lucha que va contra los intereses de México. Deberíamos de apoyar que mejore algún día la calidad de la educación, no lo contrario.

"Algún día" porque la calidad de la educación no va a mejorar ahora de la noche a la mañana, hasta que salga esta generación de maestros flojos y faltistas cuya capacitación no resiste un examen de oposición, pero ya tienen sus plazas y no se las van a quitar hasta que llegue el momento de su jubilación. Están entrando nuevos, capaces, pero son muy pocos si se compara su número con los cientos de miles de afiliados al SNTE y a su corriente disidente la CNTE, que seguirán siendo un lastre, muchos, no todos pero sí la mayoría, mientras llega el día de su retiro.

Pero ese es el problema. Eso es básicamente el punto que los mantiene enfrentados contra la Alianza para la Calidad de la Educación, que no quieren que los que lleguen a ocupar su lugar tengan que aprobar un examen para demostrar que son capaces de educar y ganarse así una plaza en el sistema educativo; ellos, los que se oponen, quieren vender o heredar su plaza como la compraron o heredaron ellos, porque así se usaba, eran los usos y costumbres del magisterio sindicalizado.

Como los usos y costumbres perjudiciales de algunas comunidades indígenas, que por ejemplo no le permiten a una mujer llegar a ser la primera autoridad en su municipio o comunidad, por más capaz que sea esa mujer y por más que pudiera hacer mucho más que los hombres por el progreso de su pueblo, no puede ser gobernante porque es mujer, porque así lo dictan los usos y costumbres de su gente.

Así están estos maestros que se oponen a mejorar la calidad de la educación con el ingreso de mejores profesores, saben que sería conveniente para la comunidad, para el país entero, pero no los quieren dejar llegar porque según sus usos y costumbres no es necesario aprobar un examen para ganarse la plaza, sino que ésta la puede vender o heredar quien la tiene.

Ya vieron muchos de ellos que su postura, su actitud, no tiene el respaldo de la población, simplemente porque no tienen razón, y para seguir teniendo motivo o pretexto de marchar y protestar, incluyeron la demanda de la democratización en el SNTE, que la dirigencia nacional de éste reconozca a los líderes elegidos por ellos. Pero ese es su problema, es algo que no nos interesa a la mayoría de los mexicanos.

Creo que este movimiento va a fracasar y que la Alianza va. Por lo menos eso esperamos. Y mientras tanto, insisto, ni la delincuencia organizada ni otro movimiento cualquiera que atente contra los intereses de México, como éste, merece tribuna y apoyo en los medios de comunicación.

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