Los pecados de Emilio

Por David Jaúregui

Los gobernantes emanados del PAN supuestamente deberían estar convencidos de que la deshonestidad y las mentiras los pueden condenar a los infiernos. Si no en este mundo por la impunidad, sí en el otro mundo, allá en donde estos malos gobernantes tratan de salvarse comprando indulgencias a la Iglesia Católica para lavar sus múltiples fechorías.

En días pasados, en un ritual que el actual gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez, implementó más como tribuna gratuita para promocionarse que para rendir verdaderas cuentas al pueblo de Jalisco; farsa que se lleva al cabo cada cuatro meses.

San Emilio el triunfador, el estadista, el abstemio, el honrado, el bien intencionado, dentro de su verborrea, con todo y tonadita, proclamaba su triunfo en lo correspondiente a seguridad en la zona metropolitana de Guadalajara. Mencionaba que en este último cuatrimestre se habían alcanzado todos los objetivos de seguridad que se pretendían, destacando en este acto la nula autocrítica y el triunfalismo fácil, mismo que aplaudieron todos los invitados a este acto tan “trascendente” para el desarrollo del estado; claro que como ya se hizo costumbre no faltaron los periodistas aguafiestas, “mal” intencionados, que en forma inmediata sacaron a la luz las verdaderas cifras en cuanto a seguridad se refiere, ahí les van:

Delito Comparativo entre 2007 y 2008
Robo a cuentahabientes: aumentó el 73%
Disparo de arma de fuego: aumentó el 52%
Extorsión: aumento del 43%
Homicidio doloso: aumento del 25%
Robo a vehículos: aumento del 19%
Lesiones dolosas: aumento del 9%
Robo a tiendas: aumento del 8%
(Información emitida por el diario Mural del lunes 6 de Octubre del 2008)

Esta información sacada de la cantidad de denuncias realizadas a la Procuraduría de Justicia del Estado de Jalisco. En estos datos no están incluidas las ejecuciones de los últimos meses en Jalisco.

Como podemos darnos cuenta, la mentira sistemática en casi todos los actos de gobierno es lo actual, es la moda; lo que se trata es inducir la percepción de la gente para permanecer en el poder que tanto disfrutan.

La mayoría de ellos, son gente común y corriente, los que suman más de 60 millones de pobres y muy pobres; es decir, aquella que su problema inmediato no es si Emilio miente o no, si Calderón ya privatizó el petróleo o no; su principal problema es qué va a poder comer el día de hoy, esta gente no lee periódicos ni revistas, los libros ni soñarlo, sólo toma la televisión como referencia de lo que acontece en el país.

Sobra decir que la televisión es el principal vocero de las mentiras del gobierno, su principal encubridor, la televisión por consigna sólo trata de que no le cancelen la concesión que les permite a sus dueños ser de los hombres más ricos del país, Azcárraga y Salinas.

Aprovecho para felicitar a los jóvenes que en un evento de premiación al mérito académico interpelaron a Calderón llamándolo en su cara, espurio: Andrés Gómez y Mario Virgilio Santiago, mismos que de inmediato fueron detenidos por miembros de la guardia presidencial mediante golpes y amenazas para ser conducidos a un ministerio público. Al final de cuentas quedaron libres. Sinceramente qué valentía la de estos muchachos, que convencidos por tanta evidencia postelectoral del fraude del 2006, aprovecharon este show para echárselo en cara. La mayoría de los jóvenes hoy en día están tan ajenos al acontecer político por tanta influencia de los medios que vale resaltar a estos dos valientes.

El cinismo de Calderón no se hizo esperar, más que darle un poco de vergüenza, sólo atinó en decir: “fue todo un espectáculo el gritarme espurio”, agregando que hace 40 años no había libertades. Si actualmente gozamos de ciertas libertades vale la pena decirlo es a pesar de estos malos gobiernos, no gracias a ellos. Si fuera por estos gobiernos actuales, Fox-Calderón, si por ellos fuera, la censura y las libertades estarían totalmente limitadas y canceladas, recuerden el suceso de Fox contra la revista Proceso y otros muchos.

Nos leeremos la próxima semana.

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