Descubrir la vocación

Por el padre Miguel Ángel
padre.miguel.angel@hotmail.com


Este domingo celebramos el Día mundial de las vocaciones al sacerdocio y la vida religiosa, por tal motivo le presento las siguientes reflexiones:

Uno de los periódicos más importantes de Italia convocó un simpático concurso titulado: ¿Qué quieres ser de mayor, y por qué? Los niños sólo tenían que elegir uno de los setenta y ocho oficios que el periódico propone por medio de dibujos. A ver Juanito, ¿qué quieres ser cuando seas mayor?, le interroga el papá al tiempo que le muestra el desplegado de la página del periódico.

Como a Juanito le gusta soñar, se imagina las profesiones más movidas. Y se ve siendo pintor, o director de cine, o actor, o futbolista… El padre de Juanito está impaciente: ¡Qué!, ¿qué has pensado? Parece que a Juanito le gusta todo. Cada uno de aquellos hombres allí dibujados le fascinan, y quería ser siete u ocho cosas a un tiempo. Pero… ¿qué es lo que le pasa ahora al niño, que mira la lista una y otra vez, de arriba abajo, como si buscara algo que no encuentra? Después pasa su dedito sobre los setenta y ocho oficios, uno por uno, desde el primero hasta el último. Mira a su papá para preguntarle algo. No se decide y vuelve a mirar el periódico como, si se hubiera equivocado. Alza los ojos profundísimos hacia el padre y le pregunta: Papá, ¿y ser sacerdote no se puede?...

A los padres de familia les interesa mucho que sus hijos se realicen mediante alguna profesión; pero poco se preocupa de ayudarles a descubrir y vivir su vocación.

Muchos suelen reducir el concepto vocacional al campo profesional-ocupacional. Por eso, contra lo que muchos piensan, habrá que afirmar y explicar que no es lo mismo vocación y profesión (aunque no dejan de guardar cierta relación).

La profesión; es decir a lo que me dedico, forma parte de la vocación. De tal manera que, por ejemplo, si un profesionista se jubila o queda impedido de realizar su profesión no se dice que se le acabó la vocación, sino tan sólo su oficio. Aún más, muchos pueden carecer de una profesión; pero nunca de una vocación y una misión de vida.

En conclusión: la vocación se vive, la profesión se ejerce; la vocación es servicio, la profesión es oficio; la vocación la da Dios, la profesión depende del gusto y capacidades personales.

A los miembros de la familia cristiana puede aplicarse de modo particular con las cuales el Señor Jesús promete su presencia: "Les digo en verdad que si dos de ustedes se ponen de acuerdo sobre la tierra en pedir cualquier cosa, se los otorgará mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos".

Oración por la vocación de los hijos

Señor, tú conoces a cada uno
y cada uno llamas por su nombre,
y das a cada hombre una vocación
para llegar a la salvación,
para darte gloria
y para ser una ayuda a los hombres sus hermanos.

Cuando llegue el momento de descubrir
el camino que tienes para cada uno de nuestros hijos
ilumina su mente con tu luz,
y sosténlos con tu fuerza,
para que no se contenten con un ideal fácil.

Ilumínanos también a nosotros, sus padres,
para que les ayudemos a reconocer su vocación
y a realizarla generosamente,
sin poner impedimentos a su libertad
y sin oponernos a tu guía interior.

Amén.

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