Hechos muy significativos en la vida de San Diego

+ 66 años de sacerdocio del padre Juan Pérez y el mes de mayo

Por Oscar Maldonado Villalpando


Por ahora es él quien lleva la estafeta de los sacerdotes diocesanos, en lo que a su ordenación se refiera, nacido el 20 de octubre de 1918, ordenado el 24 de abril de 1943; apenas superado por seis sacerdotes, como consigna el directorio de Guadalajara, 1936 Salvador Hernández Montaño, 1940 Fernando Navarro Escoto, 1941 Salvador Castillo Gómez, Antonio Gutiérrez Cadena, Miguel Humberto Jara Sánchez, 1942 Telésforo de Alba de la Mora de Tepatitlán ordenado el 4 de abril, y en 1943 tres compañeros de la generación del Padre Juan Pérez, a saber: Raúl Navarro Ramos, J. Guadalupe Pineda Velázquez, Avelino Sánchez Ruiz, los tres del 24 de abril.

Así que lo podríamos catalogar entre los 10 sobrevivientes más importantes, del Presbiterio de esta zona eclesial. En Los Altos el único ya. Del 31 de marzo de 1945 es don José Mejía Sosa, 9 meses mayor que el P. Juan, y luego ya siguen grupos relativamente numerosos aún. A este grupo, precisamente, pertenecía el muy recién fallecido, 18 de marzo de 2009, el Obispo don Luis Rojas Mena. Quien ingresó al seminario de San Juan un año antes del Padre Juan pero se retrasó tres y se contaba como el último sobreviviente de esa generación 1945, la de don José Mejía, que pertenece a San Juan de los Lagos, ahora residente en Guadalajara.

Por eso San Diego de Alejandría se alegra y se apega a este hermoso recuerdo de de la ordenación sacerdotal de don Juan Pérez. Hace un año, el mismo Cardenal Metropolitano, don Juan Sandoval Iñiguez, tuvo a bien presidir los 65 años del aniversario sacerdotal del Padre Juan en el Santuario de Cristo Rey en La Peñita de San Diego. Una celebración esplendorosa e histórica para nuestra parroquia. Lo importante es que el Padre Juan vive en una actitud optimista y alegre que nos pone ejemplo y nos enseña a vivir como se debe vivir.

Las flores a María

El mes de mayo se acostumbraba abrir en San Diego de Alejandría con una visita muy significativa. El cálido mes de mayo. El primero se recibía la peregrinación de los hijos ausentes de León. Algo los hacía retornar. Los hechos históricos que fueron suspendidos de improviso. Cuando vino la Revolución, cuando estalló la cristera, muchos sandieguenses dejaron el terruño querido y se fueron a otras tierras, principalmente a León, también México, Monterrey y San Francisco del Rincón, junto con Guadalajara. Así que los de León tienen gusto en volver para comenzar el mes de mayo cantando a su hermosa Virgencita, hermosa de verdad, La Inmaculada Concepción.

“Venid y vamos todos
con flores a María,
con flores a porfía,
que Madre Nuestra es”

Cantaban y cantaban incansablemente. Primero organizaba la peregrinación el señor Canónigo don Alfredo González del cabildo de la Catedral de Nuestra Señora de La Luz, de León de los Aldamas, Gto. Se sentían, los fieles, muy amparados en este generoso sacerdote. Empezó su carrera allá en tiempos de la persecución, cuando fue él, administrador de la oficina de correos en 1927, hijo predilecto de este pueblo.

Muy notable fue la sucesora Tomasita Maldonado y luego su sobrina, la “Pilarica” porque su mamá era española, Beatriz Maldonado, Tita, que tenía su lechería en la esquina de Reforma y Comonfort, en el barrio de La Soledad, frente al entonces, cine Coliseo, a una cuadra de la celebérrima cantina “El Gato Negro” y no lejos de la “Posada de Jalisco” donde se hospedaba Lauro Rocha, en los años que sobrevivió a los compañeros de la traicionada guerra cristera.

Todas esas personas tenían esta devoción, este gusto. Esa era su gran ilusión, venir con su estandarte, a visitar a la Virgen en San Diego, de paso sea dicho, esta Colonia Sandieguense, se reunía cada día ocho, a celebrar la misa de La Virgen de San Diego en el templo de La Parroquia, que está en el centro de la ciudad, Plaza de los Fundadores. El párroco que los acogía con mil atenciones era el Padre Ulises Macías, luego obispo. Este grupo cedió la imagen peregrina, para el templo de La Florida, por la Salida a Ibarrilla. Pero la devoción no ha muerto y el grupo de hijos ausentes suele retornar para algunas celebraciones, la fiesta patronal del 8 de enero de cada año, el día 17 de septiembre para la Peñita y otras fechas memorables.

Mayo pues trae buenos recuerdos en la historia de San Diego de Alejandría.

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