Por Rubén Arias Barajas
Vaya para Ustedes el saludo semanal de costumbre.
Pues bien, como diría mucha gente. Qué bueno que ya se acabaron las campañas políticas. Ellos, los políticos descansarán merecidamente de las agotadoras jornadas que ellos y sus equipos de trabajo tuvieron que sostener para dar a conocer sus propuestas y ganarse adeptos.
El pueblo también agradece, especialmente porque en esta jornada electoral, la participación en
Arandas de 5 candidatos del mismo número de partidos políticos, hicieron abundante la propaganda de unos y otros y a ratos hasta se prestaba o a pachanga o a confusión.
Finalmente, el supremo Juez, el pueblo, dictó su veredicto y éste fue sorpresivo por decir lo menos, histórico sería el calificativo que encuentro más adecuado, porque al inicio de su campaña y con la guerra sucia que se desató cerca del final de la misma, era difícil pronosticar el triunfo de José Luis Valle Magaña por dos fundamentales razones. La primera, el partido Convergencia con absolutamente nula presencia en esta zona. La segunda, la falta del voto duro que de entrada ya le dé al candidato algo de confianza por suponer votos numerosos de entrada.
Sin embargo, el carisma y la buena imagen de Pepe Valle, fue permeando a la Sociedad y logró penetrar en la simpatía de la gente, del grueso de la gente que el pasado 5 de Julio se volcó a las urnas y le dio un triunfo histórico, ya lo dije, por varios motivos.
Porque venció la incredulidad de mucha gente que pensó que sin voto duro, poco podría hacer y menos con un partido político sin arraigo ni simpatía en éste lugar.
Porque se enfrentó al numeroso voto duro de los dos partidos considerados “grandes” como lo son el PAN y el PRI.
Porque ésta elección que ganó Pepe Valle con muy amplia ventaja y que mandó al PRI al tercer lugar en la votación de esta contienda electoral, dejando en segundo lugar al PAN, será el parteaguas en las referencias futuras en cuanto al gobierno municipal y a la práctica de la política, dado que envió uno o varios mensajes de la Sociedad hacia los Partidos Políticos. Que éstos ya no mandan, ya no ordenan, ya no imponen a sus candidatos si éstos no son de las enteras simpatías del pueblo y que deben modificar sus estrategias de selección para futuros eventos como éste, so pena de verse rebasados o contrariados por el pueblo.
Este pues, es legítimamente un triunfo del pueblo por las razones que se mencionan con anterioridad y en el sentido más amplio que se puede contemplar.
Ojalá que sirva de experiencia a los Partidos Políticos y sus dirigencias, para que pongan más la vista en la opinión del pueblo, que cuando se pronuncia, decide las cosas como entiende que le parecen mejor, aunque contradiga la voluntad de las cúpulas.
Son tiempos de cambio, en muchos sentidos. Más vale adaptarse a las nuevas circunstancias y navegar con las nuevas reglas que se han dado a conocer. Si no se hace así, lo reveses volverán a repetirse una y otra vez. Así lo dijo Juan Pueblo.
Nos leeremos en la próxima entrega.
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