Atacó sexualmente a cuatro de sus hijas por varios años

En Acatic y Tepa

+ Desde que eran unas niñas el sujeto se aprovecahaba

+ Dos de ellas, se hartaron y decidieron irse de su casa


Durante años aterrorizó y abusó sexualmente de cuatro de sus hijas, todas ellas menores de edad, hasta que una de las más grandes, quien ya no vivía con su agresor, se indignó al enterarse que el cochino sujeto seguía haciendo de las suyas con sus hermanas menores por lo que decidió ya no callar más la clase de persona que era su progenitor.

Ramón Moisés Padilla de 37 años, vivía hace unos años en Acatic donde presuntamente laboraba como policía municipal de aquel lugar. Residía con su esposa y sus hijos.

Ramón aprovechaba cuando su cónyuge se ausentaba para abusar sexualmente de dos de sus hijas de 9 y 10 años de edad, les cubría la boca con la mano para que no gritaran, las desnudaba, las obligaba a que los masturbaran y sostenía relaciones sexuales con ellas de manera forzada; varias veces se metió en la cama con las dos menores al mismo tiempo para satisfacer sus bajos deseos.

El degenerado en ocasiones aprovechaba la noche, cuando su esposa dormía, para ir al cuarto de las niñas y hacerles objeto de sus abusos.

Por varios años las menores tuvieron que soportar las agresiones del papá, sin denunciarlo por temor a represalias o que no les creyeran. Sin embargo una de las niñas a la edad de 12 años decidió irse de su casa para no aguantar más las violaciones; la otra hermana tiempo después tomó la misma determinación.

Actualmente las jovencitas tienen 16 y 17 años de edad, cada una de ellas lleva una vida de pareja, alejadas del hogar familiar. Por su parte Ramón Moisés se trasladó junto con su esposa y el resto de sus hijos a una granja en Tepatitlán, donde labora.

En días pasados, la hija de 16 años acudió a la casa de sus padres para buscar a su hermana de 14 años, no la encontró pero escuchó que del interior de la recámara de la menor provenía un llanto, por lo que se dirigió a ese lugar, que estaba cerrado, tocó y salió el padre, la jovencita preguntó que quién estaba llorando, que si no era su hermana y Ramón le respondió que no había nadie ahí más que él.

La chica insistió en que ahí estaba su hermana y el papá le decía que no, hasta que terminó por aceptar que sí se encontraba ahí y que el llanto se debía a que le había entrado una basura en el ojo. Sin embargo la muchacha no creyó esa respuesta y comenzó a reclamarle al progenitor, diciéndole que si también a su hermana la estaba violando como hacía con ella hace años, se hicieron de palabras y la discusión subió de tono, lo que llamó la atención de las otras hermanas y la mamá que llegaron hasta ese lugar.

Sin embargo Ramón nunca aceptó haber abusado de ninguna de las hijas. La muchacha que había discutido con el papá posteriormente contó lo ocurrido a algunos familiares y de cómo abusaba de ella y su hermana más grande hace años, por lo que unas tías de la ofendida decidieron levantar una denuncia ante el Ministerio Público el pasado 26 de julio.

Ramón al estar frente a las autoridades negó todos los hechos del que se le acusaban, sin embargo las hijas al estar frente a él no dudaron en señalarlo como culpable y fue tal la insistencia que el agresor terminó aceptando lo ocurrido.

Los fiscales encontraron suficientes elementos para inculpar a Ramón Moisés Padilla y lo consignaron ante el juez en materia penal en Tepatitlán por los delitos de corrupción de menores, violencia intrafamiliar y atentados al pudor en agravio de sus hijas de 14 y 12 años, ya que también se supo que abusaba de esta cuarta niña.
Ramón Moisés también fue consignado al juzgado de primera instancia de Zapotlanejo por el delito de violación en contra de sus hijas de 16 y 17 años, mismas que en el momento del delito contaban con 9 y 10 años de edad.

La razón por la que fue consignado en dos juzgados diferentes fue porque en Tepatitlán ocurrieron los delitos contra las hermanas menores, mientras que cuando atentó contra las otras dos más grandes residía en Acatic y éste pertenece al partido judicial de Zapotlanejo.

En su declaración, la hija de 12 años manifestó que poco antes de cumplir esa edad su padre se le acercó por primera vez con la intención de abusar de ella, pero al final sólo la obligó a que lo masturbara y a dejarse manosear.

Posteriormente, cada vez que el padre entraba al cuarto de las hijas con esas intenciones, la víctima hacía ruidos para que su hermana de 9 años se despertara y viera cómo el sujeto abusaba de ella.

La menor de las hermanas relató que ella vio varias veces cómo su padre desnudaba a su hermana de 12 años, la manoseaba y hacía que lo masturbara.

Las cuatro menores abusadas fueron remitidas a la Dirección de Atención de Víctimas del Delito donde les hicieron una serie de estudios que arrojaron que todas sufren varias afecciones sicológicas y morales en distintos grados, como ansiedad, depresión, inseguridad, inestabilidad emocional, baja autoestima y miedo como resultado de las agresiones sexuales de que fueron objeto por parte de su progenitor.

Todas ellas acuden a recibir terapias y tratamiento a la dirección antes descrita y a la Procuraduría de la Defensa del Menor y la Familia en Tepatitlán.

El violador ya espera sentencia en los dos juzgados mencionados y se espera que le den varios años de cárcel.

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