Hasta que el dinero nos separe


No soy de las personas que gastan un dineral en los juegos de azar pero sí reconozco que me gustan mucho los juegos donde uno apuesta algún dinerillo.

Nunca he ganado muchos billetes pero qué emoción siento cuando una máquina tragamonedas comienza a sonar, o cuando el número que jugué en la quiniela en Argentina salió aunque sea entre los diez primeros.

Y desde que llegué a México una que otra vez juego al Melate porque se parece a un juego de Argentina que se llama Quini 6, y nunca había tenido suerte, ni como para recuperar “la inversión”, así pensamos los que tenemos la esperanza de ganar algún día.

A veces prendo mi tele para que el ruido me acompañe y siempre, pero siempre, tengo que aguantarme la propaganda de Trillonarios.com.

Odio esa propaganda, siempre decía: qué ridículos, cómo pueden gritar así y hacer esas payasadas, si yo ganara no haría ese papelón.

La semana pasada por varios lados había visto letreros que decían que el Melate tenía un pozo de 294 millones, y yo nomás soñaba despierta pensando qué haría con tanto dinero, y coincidió que el sábado tenía un billete de 20 pesitos y dije que los jugaría, pero cuando me acordé ya no había tiempo.

Al día siguiente tampoco me acordé hasta en la tarde y le pedí a mi esposo que me llevara a Soriana, porque ahí había visto que se podía jugar. Fuimos y taché 6 números casi sin verlos, para ver si así tenía más suerte. Esa noche ni me acordé de controlar mi tarjeta.

El lunes fui a Mexticacán y de regreso le decía a mi esposo: Mirá si soy millonaria y yo muriéndome de calor acá en vez de estar en una playa haciendo absolutamente nada, haceme acordar que controle esos números, por fa.

Otra vez, me olvidé. Y ya por la noche cuando mi bebé se durmió estaba por lavar los platos y le pedí a Ale, antes de que me volviera a olvidar, que se fijara si era millonaria o no. Estaba yo con mis guantes de látex, muy concentrada o ida, mejor dicho, porque no estaba pensando en nada. De repente Ale me dice: “¡Fla, tienes premio!”.

Lo dijo con tanta emoción que en ese momento me imaginé comprando mi pasaje a Argentina, llegando de sorpresa a mi casa y diciéndoles a mis papás que preparan sus valijas que íbamos a la m…

Claro que mi papá querría ir a París porque dice que no quiere morir sin tomarse una foto con la Torre Eiffel de fondo, y luego mi mamá diría: “¡A mí llévenme a Las Vegas!”, y mi hermana diciendo: “vayan ustedes, yo los espero en una playa acompañada de un negro que me ponga bronceador”. Al final es cierto eso que dicen que el dinero separa a las familias.

Y seguía pensando qué haría con tanto dinero: Pagaría porque no pasaran más la propaganda donde sale una nena diciendo: “a mí me gusta Mickey”.

Me casaría de nuevo para que mi boda sea la más linda de todas.
Viajaría por todo el mundo.
Tendría la casa de mis sueños (no sé para qué si no estaría nunca ahí).
Compraría muchos libros para leer mientras viajo.
Visitaría a mi mamá en Las Vegas, dudo que quiera salir de ahí.
A mi hermana en alguna playa, de seguro se la pasaría allí con su mejor amiga.
Me reuniría con mis amigos en sus cumpleaños.
Volvería a comer la mejor carne del mundo…

¡Fla, tienes premio! ¡En serio! Me volvió a decir Ale, y rápido fui a ver si era cierto. Como que no me lo creía. -Tienes tres números naturales, dijo. ¿Y qué carajo será eso? –pensé. ¿Será que en vez de 294 millones me van a dar…? -

Son 43 pesos, dijo para terminar de echar mis sueños a la basura.

-Bue, algo es algo, pero lo mismo grité de la emoción, e inmediatamente pensé dos cosas, que si por 43 pesos grité así, por 294 millones hubiera sido tan ridícula como los que salen en la propaganda de Trillonarios.com, y que si en realidad el premio era de $ 43.01, y fueron como 35 mil los que ganaron eso, los de Melate ya nos jodieron con 700,000 pesos.

No importa, igual estoy feliz con mis 40 pesos, es que los del Melate me bajaron 3 pesos que dizque por los impuestos, pero bueno. Interesados en mi amistad ahora que gané el Melate: abstenerse.

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