Xalapa, lo bello del caos

Desde el Golfo

Xalapa, lo bello del caos

+ El arte callejero como medio para subsistir
+ La protesta cotidiana un calvario para todos
+ Otro mundo: cosmopolita, amable y sonriente

Por Fabiola González Ontiveros

Les platico a los lectores del 7 días: En Xalapa -donde ahora vivo- todo es un desmadre, las cosas buenas y las malas, porque tiene mucho de las dos.

Como Tepa, la capital veracruzana también es una ciudad muy bonita, pero cada una a su manera.

Para empezar, imagínense a un Tepatitlán en el que un domingo cualquiera cuando vayan ustedes a la plaza de armas (acá es el Parque Juárez a un costado del palacio de gobierno), se encuentren a un grupo de batos fachosos tocando música africana y con una chava bailando como epiléptica que se retuerce como si estuviera poseída por el chamuco y necesitara con urgencia un exorcismo, todos (músicos y bailarina) súper prendidos y con toda la energía del mundo. Claro que era para luego pedir dinero, pero es un espectáculo tan bonito, tan entretenido y tan novedoso para mí ver eso que por supuesto que les di una moneda.

Imagínense que un día van caminando por ahí por el centro de la ciudad, cualquier día entre semana, y se encuentran de pronto con hombres-estatuas disfrazados de espantapájaros, de monstruos o de cuanto personaje se les ocurre, muy quietecitos y que sólo se mueven si les echas una moneda en su botecito.

Como en Tepa muchos se sienten ricos e influyentes pues claro que esto no existe allá, pero acá en Xalapa es cosa de todos los días ver a estudiantes vendiendo lo que sea u ofreciendo cualquier show para ganarse unos centavos y ayudarse así con los gastos de su escuela y de su estancia en esta ciudad.

También hay cosas de Tepa que me gustaría que las hubiera acá. Por ejemplo, un mapa de Tepa no es un completo caos como lo es uno de Xalapa, donde si caminas o intentas caminar en línea recta sales al lado contrario de a donde creías que ibas.
Es Tepa tan tranquilo... casi nunca hay problemas. A diferencia de la capital de Veracruz donde todos, todos, todos los santos días hay alguna manifestación de protesta frente al palacio de gobierno. Protestan por cualquier cosa, por lo que sea, basta con que algún vecino tenga un problema o que esté inconforme con algo, para que haga un escandalazo y cierre por sus pistolas toda una avenida en pleno lunes de regreso a clases, a las 8 de la mañana que es la mera hora del tráfico por la entrada a las escuelas.

Entre que a los vecinos mafufos se les pegó la gana de joder a los demás en este regreso a clases, que los padres que llevan a sus hijos a la escuela quieren meter su automóvil hasta el salón si fuera posible, y que las autoridades de tránsito no ayudan mucho que digamos, llegué una hora tarde el primer día de clases a la universidad.

Con todas las expectativas y los nervios del primer día, en una escuela nueva y más en la universidad, cuando ya es éste un asunto serio porque vamos a encaminar nuestra vida como mejor podamos, ¡nada!, que el mugre tráfico te tiene una hora atorado, nomás porque unos vecinos dijeron: “tenemos un problema y necesitamos que sea problema de todos para que nos hagan caso, ¿cómo podemos fregarnos a todos para ser escuchados?, pues cerramos una avenida el mero día del regreso a clases… al fin que las autoridades ni nos hacen nada”.

En ese aspecto me gustaría que fuera más como Tepa. De ahí en fuera el lunes estuvo excelente, conocí a un montón de gente en el recorrido que organizaron en la escuela para que nos sintiéramos más cómodos, y todos los profesores se deshacían en amabilidad al darnos la bienvenida, no sé cuantas veces escuché esa palabra ese día.

Y la gente en general es tan amable, tan sonriente y tan agradable, que de verdad te hacen sentir como en casa. Resultó que en mi salón hay muy pocos que son de Xalapa, la mayoría somos de fuera, ya sea de otras poblaciones del estado de Veracruz o de otros estados, incluso de otros países, tengo una compañera chilena que es muy buena onda.

Es un ambiente muy bonito y muy diverso, y como todos somos extraños preferimos llevarnos bien… hasta ahora. Espero que así siga y de ser así estoy segura de que serán 4 años muy agradables.



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