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Por Georgina González Ontiveros
El mal paso

Querida selección nacional: ¡Qué alegría tenerte de vuelta! No sólo porque hayas regresado ya a México, sino porque regresaste a ser la misma de siempre.
No es un reclamo, para nada. Absolutamente no.

Tampoco lo digo en sentido irónico, como suele ser mi costumbre. Lo digo en el mejor de los tonos. El que hayas perdido ante Colombia no te quita los méritos que alcanzaste en los 12 juegos que llevabas sin perder, desde aquella Copa de Oro que ganaste tan bonito.

El que hayas perdido es, si acaso, un recordatorio que tendría que servirte para detectar tus errores y mejorar tus aciertos. No tienes que ser perfecta todo el tiempo.

¿Has visto como algunas veces simplemente no es nuestro día? Mis hermanas, por ejemplo, a veces lo que empezó con un cabello rebelde que ese día resultó prácticamente imposible peinar se convierte al final en uno de esos días en que todo salió mal y sólo esperan la hora de dormirse porque, ya sabes, mañana será otro día distinto. Lo que quiero decir, querida selección, es que lo tuyo con Colombia sólo fue (espero) un mal momento. Ok, tal vez Javier Aguirre debió pensar mejor la alineación.

Tal vez se precipitó un poco al llamar a Jonathan dos Santos, que puede que sea bueno pero ni siquiera está en primera división -- o entonces que llame también, por ejemplo, a la estrella goleadora de los Venados de Merida-- y tal vez se alejó del cuadro que ya había encontrado para probar opciones como Luna o Calderón.

El caso es que la receta esta vez no le funcionó pero no estás perdida. Si los Pumas han podido ganar sólo uno de sus partidos en el Apertura, ¿por qué tu no habrías de perder también uno?

Yo lo único que quisiera, y apuesto a que tus millones de aficionados también, es que esta derrota ante Colombia sea algo pasajero. Que no volvamos a los viejos tiempos en que peleabamos todo el tiempo porque tú no ganabas y me acusabas de no quererte.

Odiaba esos días tan tristes y tan negros, cuando yo no podía entender cómo es que seguía buscándote si tu no parecías corresponderme. Ahora sé que era cuestión de que se acomodaran las piezas poco a poco.

¿Sabes por qué creo que esta vez es distinto? Porque me doy cuenta que tu estás intentando cambiar. Lo veo en la nueva convocatoria de Aguirre: resistió la tentación de llamar a Jonathan a pesar de que era el primer candidato seguro, y lo más increíble: ¡dejó a Nery Castillo fuera! Esas son ganas de enmendar los errores.

Y está bien, aún no llama a Sinha (y como dice mi mamá que dice don Teofilito: ni lo llamará) pero sus convocatorias cada vez tienen más sentido.

Querida selección nacional: confío en ti. No sabes cuanto. Ahí estaré el 10 y el 14 gritando tu nombre, inmensamente orgullosa de ti.
Con cariño: La Afición

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