La sociedad necesita personas “creyentes y creíbles”

Por Rafael Becerra González

Sobre el discurso del Papa en la República Checa.

Estimado lector, antes de hablar de lo que dijo el Papa en su último mensaje en la República Checa, para ser más exacto en Stará Boleslav, la ciudad natal de San Wenceslao, debo confesarte que cada vez que leo algo del Papa me cautiva más, y es que la claridad y profundidad de su pensamiento y fe, transmitido en sus documentos, discurso y su vida misma me lleva a querer transmitir, como para que todo mundo se de cuenta, de que se trata no sólo del representante de la Iglesia Católica, sino de un intelectual que habla con la verdad y para hacerlo profundiza en los conceptos, cuida las formas y los contextos sin apartarse de la congruencia de lo que es dice y pide.

Por ello en estos mensajes que he tenido la oportunidad de compartir contigo, en su mayoría han sido tomados de los discursos pronunciados por el Papa, en los que intento resumir las ideas centrales, opinar sobre el tema y además invitar a la acción. Espero que hasta hoy hayan sido de tu interés y que podamos seguir compartiendo juntos estos; por así decirlo, grandes destellos de luz con los que nos guía S.S. Benedicto XVI.


Esta semana después de la visita a la República Checa me llamó en especial la atención el discurso del cierre de su estancia en esta nación y es que habló de la necesidad que tiene la humanidad de personas “creyentes y Creíbles”, dispuestas a difundir en cada ámbito de la sociedad los principios e ideales cristianos. “Esto es la santidad, vocación universal de todos los bautizados, que empuja a cumplir el propio deber, no el propio interés egoísta, sino el bien común, buscando la voluntad divina”, según recordó su S.S.


Además reconoció que existe una gran dificultad para lograr esta vocación, pero los santos nos han mostrado que puede lograrse. Para ello no basta, parecer buenos y honrados, sino que hay que serlo realmente; bueno y honrado es aquel que no cubre con su yo la luz de Dios, no se pone delante de sí mismo, sino que deja ver a Dios a través suyo.

La santidad – dijo el Papa- es actual, aunque pareciera que el hombre hoy busca más el éxito y la gloria de los hombres. Más sin embargo no se dan cuenta de que no son las realidades materiales las que apagan la sed profunda de sentido y de felicidad que hay en el corazón de cada persona. “Quien negaba y sigue negando a Dios, no respeta al hombre, en estas personas, hay tristeza e insatisfacción, ya que sólo quien tiene “en el corazón santo” “temor de Dios” puede alcanzar la plenitud.


Me parece que de verdad en nuestros tiempos es difícil alcanzar esta santidad que pide el Papa, esta vocación universal de todos los bautizados, y es difícil no porque no existan los medios para conseguirlo, al contrario, creo que hoy existen muchos más medios para alcanzar la santidad, y es que a cada momento, en el trabajo, casa, escuela o lugar de descanso tenemos la oportunidad maravillosa de ejercer la Caridad, la caridad verdadera.


Para ser creíble es necesario sentir y vivir la propia vocación, este llamado personalísimo que nos ha hecho Dios, y del cual no podemos abdicar, porque al ser un llamado de Dios debemos responder coherentemente.


La misión de cada uno siempre antepone la voluntad de Dios, por lo tanto si quieres saber que tan lejos o cerca estás de la santidad debes preguntarte continuamente que tanto estás respondiendo a su llamado, este llamado que es sólo para ti.


Te invito estimado lector, para que durante esta semana te conviertas en un buscador incansable, en el buscador de ti mismo, de tu vocación, para que en el encuentro contigo y con Dios puedas llenar tu corazón de esa belleza que se desborda de alegría que te permita siempre “ir más allá”, de manera coherente, para llegar a la “otra orilla”, con quienes necesitan ver a través de ti a ese Cristo lleno de Misericordia, Esperanza y Paz que vive en ti.

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