Pórtico

Juntitis

Por Ramón Muñoz de Loza

Son tan diferentes, que a veces se parecen 


Aunque sea un vocablo no aceptado por la Academia de la Lengua, la Juntitis es un término arrancado de la burocracia mexicana para aplicarlo a cualquier exageración de reuniones, sean éstas del carácter que sean.

El Ayuntamiento de Tepatitlán, durante estos dos primeros meses de su gestión ha dado muestras claras de que se le da la Juntitis. Todos los días, a cualquier hora, al preguntar por uno o por otro funcionario, las respuestas casi automática son: “no está en este, salió a una reunión”; “si está, pero en una reunión”; “hasta mañana lo encuentras, tuvo una reunión…”

Y no es que las autoridades entrantes no requieran de capacitación, de información, de reunirse con otras entidades y de recibir datos que luego se apliquen en la atención ciudadana. ¿Pero tanto?

La Juntitis a la que se están acostumbrando la mayoría de los funcionarios de la administración priísta de Tepatitlán puede llegar a cansar a los ciudadanos. No por la falta de respuesta, no. Hay que aclarar que hay funcionarios, la gran mayoría, que resuelven positivamente muchas de las cosas que el pueblo les está pidiendo. De eso no hay duda y, como diría un buen colega radicado en Guadalajara, “de eso no estamos hablando”.

La planeación, la capacitación y todo eso que termina en “on”, como reunión, le ayudan a los noveles funcionarios a “entender el rollo de la polaca”, pero deben tener mucho cuidado aquellos que, desde las entrañas de la administración, se están encargando de este tema, pues podrían llegar a confundirse con otra administración panista, muy dada a las juntitis, a la capacitacionitis, a la reconocimientitos y todos esas palabras que, aunque no estén correctamente utilizadas, nos permiten coloquialmente señalar la exageración del uso del tiempo de los funcionarios en asuntos que, también dicho sea con honestidad, podría suplirlo con un decálogo de “sentido común” y de “comunicación directa con el experto”. Este trienio tendrá menos meses, ya se fueron dos y la cuenta electoral ya es regresiva. Es mucho lo que se juega en las próximas elecciones para los priístas, y los panistas no estarán echándose a la hamaca.

Los priístas gobernantes deberán considerar, además, que mientras ellos están en “juntas”, los que siguen dando la cara son, en muchas ocasiones, los mismos que han atendido en los últimos quince años, algunos identificados panistas a quienes les daría enorme gusto ver salir del palacio municipal de nuevo a los priístas.

Esos temas deberían estar ya sobre los escritorios y en las “compus” de los líderes y asesores (esos de a 50 mil por mes).

Si a la juntitis manifiesta, le sumamos las inquietudes, también manifiestas entre algunas personas, de que para llegar a la alcaldesa deben pasar por lo menos tres filtros y agendar con días de anticipación para sentarse frente a Cecilia González, pues… sí que hay tarea para los que se encargan de las públicas relaciones y de la agenda municipal.

Los resultados y la atención a las demandas ciudadanas están fluyendo. De eso nos consta a los medios, porque recibimos llamadas y comentarios ciudadanos. La información fluye más ágil.
Entre la población sigue viva la esperanza del cambio. De entrada, el sólo hecho de llegar a la presidencia y ver caras nuevas, letreros nuevos, cafeteras nuevas, ya es suficiente para entender que las cosas cambiaron en el Ayuntamiento. Tienen aún esa ventaja. Ojalá no la echen por la borda pensando que, entre más se junten entre ellos, más cercanos estarán del pueblo.
¿La juntitis llevará la conjuntivitis?