Dos bellas historias

+ Grupo del Seminario de Guadalajara
1961-1976, celebra en Cajititlán

Por Oscar Maldonado Villalpando

“He escuchado un canto,
he visto en las aguas floridas de tu lago
al que anda allí en la primavera,
al que dialoga con la aurora,
el ave de fuego,
al pájaro de las milpas,
al pájaro rojo”.
(Canto Nahuatl)

Una de esas bellas historias es la del pueblo de Cajititlán que nació junto a su laguna y la otra es la de esta generación del Seminario de Guadalajara.

La primera

El Significado de su nombre es prehispánico. Tiene que ver con jícara o vasija.
Cajete y tazón que junta las aguas que bañan sus montes en el tiempo de las lluvias. Cajititlán, caja de tesoros, urna de ofrenda y de fe en manos de los Santos Reyes.
Este día 28 de abril de 2010, un grupo de sacerdotes de esta generación 1961-1976, del Seminario de Guadalajara, fueron cordialmente recibidos por el señor cura Antonio Olmedo y la comunidad de Cajititlán de los Santos Reyes, para celebrar un aniversario más de su ordenación sacerdotal. Los frutos de esa generación han sido abundantes y en muchos lugares de México hay sacerdotes de este grupo.

Cajititlán o Caxititlán

¡Qué población más singular y agradable que eligió construir su historia a la vera de la laguna! En tiempos anteriores los habitantes veneraban a su deidad del agua o el sol, que representaban en un águila; la llamaban Atlquiahuitl. (P. Tello). La laguna mide 11 kilómetros de largo y cinco de ancho. Es, desde entonces, un paraje hermoso, muy codiciado por su flora y fauna. En 1530 llegó a la región el conquistador Nuño Beltrán de Guzmán, el cacique Cóyotl y la reina Cihuatipilli (fruta dulce) de Tonalá pidieron a los pueblos tributarios que comparecieran a reconocer a los españoles.
Los representantes de los poblados tuvieron que doblar la rodilla e inclinar la cabeza ante los invasores. Algo inaudito… el cielo se entristeció, los dioses propios se enojaron contra los habitantes, enviaron castigos: sequías, epidemias en las gallinas, puercos y burros. Hasta el nixtamal se perdía de la cocina, el trabajo de los pescadores se tornó muy ingrato. Prontamente los jefes religiosos sugirieron fabricar ofrendas, vasijas y figuras de piedra fueron arrojadas al lago para calmar la ira de los dioses.

Los Reyes Magos

El remedio definitivo vino cuando Cajititlán fue encomendado a Los Santos Reyes, devoción que inicia en el siglo XVI. Las imágenes originales datan de 1587, forjadas de mezquite, rodeadas de misterio y de leyendas, así como de fervor y de fe. Las imágenes de Los Santos Reyes, tienen el compromiso de viajar por la laguna como parte de sus fiestas.

La otra parte

Inicia con la entrada al seminario de un grupo muy numeroso, fue un 11 de noviembre de 1961. Un mundo insólito, en la hora vital en que los paradigmas estaban por transformarse, muchos cambios a la puerta, se venía la revolución de la juventud, los cambios de criterios, una época totalmente nueva estaba a la puerta. La Iglesia abría puertas y ventanas porque iniciaba el gran Concilio Vaticano II. En 1963 se reunieron en el seminario de San Martín los alumnos provenientes de Totatiche, C. Guzmán y San Juan de los Lagos. En 1964, 15 de agosto, el seminario se conformaba ya casi en forma definitiva al estrenar la casa nueva del seminario menor por la Av. Lázaro Cárdenas y los Cubos.
Ese año hubo importantes incorporaciones de alumnos de Autlán. Esta generación estuvo en medio de la transformación, se hacían nuevas casas para vacaciones. Se gestaban cambios sustanciales no sin poco sufrimiento. Viejas costumbres parecían irse para siempre a fin de que lo sustancial e importante subsistiera. Primer año de filosofía fue muy intenso, vivido en Tapalpa bajo la dirección de don Juan Sandoval, todo dinamismo y energía. La época motivó cambio de grandes personalidades en la dirección del Seminario. Don José Salazar se iba a Zamora en ese 1961, don Jesús Becerra tomaba el mando, tuvo que renunciar al influjo de la actualización, asumió don Francisco Villalobos y fue enviado a Saltillo.
Llegó don Juan Sandoval, y el grupo empezaba la teología. El mismo señor Cardenal don José Garibi Rivera fue alcanzado por el tiempo, vendría a sustituirlo don José Salazar y en junio de 1972 se dividió la diócesis y también el grupo, unos a San Juan de los Lagos, a Ciudad Guzmán y a Guadalajara. Las ordenaciones, en tales circunstancias, se dieron con algunas diferencias, pero se ha elegido como fecha clave el 18 de abril de 1976.
Hoy estas historias, la de la Generación Sacerdotal Enrique Trujillo Valdivia, y la de Cajititlán donde es párroco uno de estos sacerdotes, Antonio Olmedo. Otra razón que acerca es la memoria de los señores curas, Gerardo Sahagún y Francisco Javier González Huerta, de grupos contemporáneos.
La celebración fue a las 12 del día, se reunieron 13 sacerdotes y muchos fieles, entre ellos los alumnos del colegio parroquial. Una hermosa celebración eucarística.
Luego el señor cura invitó a sacerdotes y acompañantes a una deliciosa birria, en el corredor de la casa parroquial, con su hermosa fuente y matices conventuales. Participaron dos sacerdotes josefinos, el provincial Tomás Bravo, y Enrique Patrón, cuatro de San Juan de los Lagos, Miguel Ángel Pérez, Ignacio Hernández, Oscar Maldonado y Pedro Ruiz, así como de Guadalajara, Antonio Navarro, Raúl González, Enrique Orozco que presidió la misa, Jorge Ibarra, Luis Gallo, J. Guadalupe Dueñas y el anfitrión Antonio Olmedo.
Esta ha sido una experiencia admirable, de forma especial por el año sacerdotal, que fortalece los motivos de la respuesta al llamado, así como la identidad espiritual y cultural de un hermoso pueblo como Cajititlán de los Santos Reyes.

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