Ay Tiz-i-ano

+ Por ahí le gusta hacerse publicidad
+ Y que le hagan cosquillas los bigotes


Por Fabiola González Ontiveros

Estaba pasando el rato en una hora libre en la escuela esta semana, hablando de cualquier cosa como buenos comunicólogos que somos, cuando de repente sacaron el tema de Tiziano Ferro.

Bueno, ahora ya todo el mundo se enteró, pero el miércoles que fue el día que estuvimos platicando era todavía noticia nueva y no sabía yo de qué estaban hablando.

“¿Supieron lo de Tiziano Ferro?”

Y yo, sin saber ni qué pregunto: ¿qué de Tiziano Ferro?

- Pues que ya salió del clóset.

- Ay pero era obvio, si se veía puñalísimo -dijo otro de mis compañeros. Y que conste que esta palabra no la uso con el ánimo de ofender a nadie, es sólo la expresión que usó él.

No me sorprendió precisamente la noticia, aunque no tenía ni idea tampoco. En lo personal sólo pensaba que era amanerado, pero desde el incidente aquel de los bigotes, como que México lo borró de su radar.
Pero ahora lo entendemos todo… A Tiziano Ferro no le gustan las bigotonas, porque lo suyo son los bigotones.

Aunque es un cero a la izquierda, igual me gustan dos o tres de sus canciones, entre ellas Tardes Negras, de la que ahora ya también salió el chisme de que tuvo alguna pareja que lo dejó y voilà: Tardes Negras en la mesa. Puede o no ser cierto, pero por mientras ya se lo está ventaneando todo el mundo por su preferencia sexual, o lo que es lo mismo, por joto.

En la tarde me puse a ver la noticia, por curiosidad o morbo, llámenlo como gusten, y veo que su “gran confesión” aparece en Vanity Fair, todo sonriente en la portada, diciendo que desea enamorarse de un hombre.

Ese tipo de noticias suelen darle al artista mucha publicidad gratis, pues están así en boca de todos sin preocuparse por pagar un centavo, y habrá muchísima gente que lo apoye en su decisión de decir la verdad y recibirá felicitaciones por tener “el valor” de atreverse. Como si en estos días fuera ya cosa del otro mundo ser maricón.

El asunto tiene un por qué, como todo. Al seguir buscando me enteré también de que está a punto de publicar su autobiografía, en la que como todo buen famoso habla de una niñez difícil y de conflictos internos para que la gente diga “¡ay pobrecito!” y le sigan comprando su musiquita.

Mira qué conveniente... salir del clóset ahora y causar un revuelo dándole a la gente una probadita de su vida personal, para dejar a los morbosos picados y a la expectativa por más de su vida personal, porque a los fans no les basta la suya propia, tienen que alimentarse de los secretos del artista, que en realidad no nos importan, ni para bien ni para mal. Pero así, cuando salga su autobiografía, todos se la van a devorar como pan caliente y la nueva reina de carnaval, junto con la Ricarda Martin, pueda seguir haciendo musiquita.

Va a seguir cantando igual, la voz va a seguir siendo la misma, gay o heterosexual o bisexual o lo que sea, simplemente se trata de una estrategia como muchas otras en el mundo del espectáculo para hacerse publicidad gratis.

Ahora hay comentarios en Facebook y Twitter en los que se burlan de la noticia, diciendo cosas como que a Tiziano Ferro no le gustan las mexicanas, ni chinas, ni argentinas ni italianas, sino que le gustan los mexicanos, chinos, argentinos, italianos, etc....

De cualquier manera me parece que México no lo ha perdonado ni lo perdonará por la metida de pata que dio hace años al abrir la boca a lo estúpido, y ahora provocará la risa de los mexicanos cuando lo traigan de encargo al decir: pues claro, si ese wey es bien p... uro gay, puro gay.

Estrategia o ganas de hacerles un llamado a los hombres que estén cerca para andar tras de sus huesos, creo que no debería de causar tanto revuelo este tipo de noticias, al final cada quien hace de su tiz y ano un papalote.

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