¿Cómo es la gente de tu pueblo?



Por el padre Miguel Ángel

Cierto día, un caminante llegó a la orilla de un pueblo y encontró un anciano que descansaba bajo la sombra de un frondoso árbol y le hizo la siguiente pregunta: Buen hombre ¿Cómo  es la gente de este lugar?
El anciano le contestó: Dime tú primero cómo es la gente del pueblo de donde tú procedes.
El caminante no titubeó en decirle que la gente de su pueblo es gente mala, muy orgullosa, interesada y criticona.
El anciano le contestó: "Pues exactamente así es la gente de este lugar".
Aquel caminante, sin hacer ningún comentario, siguió su camino y se fue perdiendo en la lejanía.
Un poco después, llegó al mismo lugar otro caminante que tenía la misma curiosidad de saber cómo era la gente de ahí.
De igual manera el anciano le dijo como el anterior: Dime cómo es la gente de tu pueblo.
El joven caminante le dijo que en su pueblo todos viven con mucha tranquilidad porque no hay gente de malas costumbres, sino que por el contrario todos se ayudan y buscan el bienestar de los demás.
El anciano le dijo: Mira que coincidencia, porque exactamente así es la gente de esta población.
Mientras el viajero se iba alejando poco a poco, un muchacho que estaba cerca y había escuchado la conversación del anciano con cada uno de los dos caminantes se acercó y le dijo al anciano: Abuelo ¿porqué le contestaste a los caminantes de forma diferente? Al primero le dijiste que aquí en este pueblo somos malos y al segundo por el contrario le dijiste que somos buenos.
El anciano, muy sereno, se puso a explicarle la importancia que tiene en la vida diaria el buen trato para con todos, pues es como tratemos a los demás, así nos tratarán y lo que uno siembra eso cosecha.
Tratemos de aprender la lección y pongamos en práctica todos estos buenos consejos porque así es como lograremos que se vaya terminando toda clase de violencia y egoísmo y venga en cambio la paz y la tranquilidad.

Publicar un comentario

0 Comentarios