Por Oscar Maldonado Villalpando
Mensaje del Cardenal Norberto Rivera
Carrera
Por la Gracia de Dios y de la Sede
Apostólica
Arzobispo Primado de México
Orientaciones Pastorales del Sr.
Arzobispo Primado de México y sus Obispos Auxiliares sobre el voto responsable
de los fieles católicos y personas de buena voluntad.
Hermanos y Hermanas:
Es deber de los fieles cristianos
participar en todo aquello que hace posible la construcción del bien común en
la sociedad. En este caso, nos referimos a la responsabilidad de los fieles
laicos de participar en la construcción de la vida democrática del país,
mediante la emisión de su voto en las elecciones de julio de 2012.
El voto de los fieles cristianos debe
asumir una responsabilidad moral, es decir, tiene que ser consecuente con los
dictados de su conciencia y de su fe, que no pueden estar separados de sus
opciones políticas, ya que la política puede contradecir la justicia y la
verdad. Por eso, es también deber de los Pastores del Pueblo de Dios orientar a
los fieles en aquellos planteamientos políticos que, por sus implicaciones
religiosas, morales y sociales, contradicen las enseñanzas de la Iglesia
Católica (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, No.426), con el
objetivo de que sus opciones políticas sean morales y justas.
El voto, en
conciencia, debe tomar en cuenta las propuestas que promuevan:
1. Los valores de un verdadero humanismo
que ponga a la persona y su dignidad humana en el centro del servicio del quehacer
político, por encima de los intereses partidarios o particulares de los
partidos y sus ideologías.
2. La educación, entendida no sólo como
transmisión de conocimientos, sino como una formación integral, desde la más
tierna edad, que promueva los diversos valores de la convivencia humana como es
el respeto, la fraternidad, la corresponsabilidad, la justicia, la integridad,
a fin de poder asumir las propias responsabilidades ciudadanas a su debido
tiempo en la construcción de la nación, en justicia, seguridad y paz.
3. La promoción y el fortalecimiento de
la familia, teniendo en cuenta que el matrimonio constituido entre un hombre y
una mujer son la base de la sociedad humana y cristiana, impulsando la
educación de las nuevas generaciones en los valores morales y cívicos para su
integración en el desarrollo social de nuestro País.
4. El combate a la injusticia social
–dramáticamente presente en las abismales desigualdades sociales y el
sufrimiento de la pobreza en la que vive sumida más de la mitad de la población
del país–, mediante la creación de empleos debidamente remunerados, la
implementación de programas sociales libres de paternalismos y clientelismos
políticos que fomenten una cultura del trabajo, la solidaridad, el compromiso
comunitario y el ahorro.
5. La lucha contra la cultura de la
corrupción, que debe partir de un historial limpio de los candidatos, un
compromiso tangible de sus partidos por combatir y repudiar la deshonestidad, y
propuestas que desalienten y sancionen rigurosamente esta práctica, pues hoy
por hoy es el cáncer que consume al país y corrompe a las nuevas generaciones
que ven en este mal algo natural o necesario.
6. La promoción de iniciativas para el
desarrollo económico del país, que pasa por una serie de reformas constitucionales,
aplazada una y otra vez por los intereses partidistas que frenan injusta e
irresponsablemente el desarrollo de las futuras generaciones.
7. El combate al crimen organizado, que
es deber irrenunciable del Estado, respetando en todo momento los derechos
humanos y la salvaguarda de la paz social, no sólo con el uso legítimo de la
fuerza, sino mediante una educación para la paz y en los valores morales y
cívicos que rehaga el tejido social y nos conduzca a una reconciliación
nacional.
8. El cuidado, la protección, la
promoción y la integración social de las personas más vulnerables, los
ancianos, los indígenas, los niños y los discapacitados, combatiendo toda
discriminación, maltrato y marginación.
9. El cuidado y la preservación ecológica
y de los recursos naturales de la nación, sensibilizando en su cuidado,
combatiendo su explotación y contaminación, y educando a las nuevas
generaciones en la responsabilidad de los bienes de la tierra que nos han sido
confiados por Dios.
En lo
concerniente a los valores emanados del Evangelio, los católicos deben estar
atentos al compromiso de los candidatos y sus partidos de respetar el primero
de todos los derechos, que es el derecho a la VIDA, desde el momento de la
concepción hasta su fin natural.
Los fieles cristianos católicos deben
tener claridad que no es posible hacer una opción política por quienes son
partidarios o promotores de falsos derechos y libertades que atentan contra las
enseñanzas contenidas en la Sagrada Escritura, la tradición y la doctrina de la
Iglesia.
Asimismo, los fieles cristianos tienen
derecho a exigir a los candidatos que piden su voto, dejar en claro que están a
favor de una verdadera libertad religiosa, que no es sólo una libertad para los
ministros de culto, sino que es un derecho humano fundamental que beneficia, en
primer término, a la pluralidad de los creyentes para expresar libremente su fe
y, sólo en segundo lugar, a las instituciones que los agrupan.
El Papa Paulo VI decía que la política es
una de las más altas manifestaciones de la caridad, es decir, del amor, porque
su razón de ser está en el servicio a los demás mediante un compromiso efectivo
por el bien de toda la comunidad, que está por encima de los legítimos
intereses personales. La política, que es un ejercicio de poder, se justifica
en la medida que se pone al servicio del bien común, de la impartición de la
justicia y de la construcción de la paz.
Es deber de todos los fieles participar
activamente mediante la emisión de su voto consciente y responsable, y dar
seguimiento al cumplimiento de las promesas y compromisos de las autoridades
electas, vigilando que se ejerza el poder confiado mediante el voto, en
beneficio de todos los ciudadanos, sin excepción.
Pidamos al Espíritu Santo su luz y
sabiduría para que, conforme a nuestra conciencia cristiana católica, sepamos
discernir y emitir nuestro voto, eligiendo responsablemente a los gobernantes
que requiere nuestro país.
Curia del Arzobispado de México, a 12 de
Febrero de 2012.
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