El puente de la reconciliación

Por el padre Miguel Ángel

No hace mucho tiempo, dos hermanos que vivían en granjas adyacentes cayeron en un conflicto. Primera dificultad que tenían en cuarenta años de cultivar hombro con hombro, compartiendo maquinaria, intercambiando cosechas y bienes.
Esta larga y beneficiosa colaboración terminó repentinamente. Un pequeño mal entendido fue creciendo hasta llegar a ser una profunda diferencia, que explotó en un intercambio de palabras amargas seguido de semanas de silencio. Una mañana alguien llamó a la puerta de Juan, al abrir, encontró a un hombre con herramientas de carpintero. “Estoy buscando trabajo por unos días –dijo el extraño- tal vez usted requiera de algunas reparaciones en su granja y yo puedo ayudarlo”.
“Sí dijo el mayor de los hermanos, tengo un trabajo para usted. Mire, al otro lado del arroyo vive mi vecino, bueno, de hecho es mi hermano menor. La semana pasada había una hermosa pradera entre nosotros y él tomó su bulldozer y se desvió el cauce del arroyo para que quedara entre nosotros. Bueno, él hizo esto seguramente para enfurecerme, pero le voy a hacer algo mejor. ¿Ve usted aquella pila de madera junto al granero? Quiero que construya una cerca de dos metros de alto, no quiero verlo nunca más”.
El carpintero le dijo: “Creo que comprendo la situación, muéstreme dónde están los clavos y la pala para hacer los hoyos de los postes y entregaré un trabajo que lo dejará satisfecho”. El hermano mayor le ayudó a reunir el material  y dejó por el resto del día la granja, para ir por provisiones al pueblo. El carpintero trabajó durante todo el día midiendo, cortando, clavando.
Cerca de ocaso, cuando el granjero regresó, el carpintero justo hbaía terminado su trabajo. El granjero quedó con los ojos completamente abierto y la quijada caída. ¡No había ninguna cerca de dos metros…En su lugar había un puente que unia las dos granjas a través del arroyo! Era una fina pieza de arte con todo y pasamanos.
En ese momento, su hermano menor, vino desde su granja y abrazando a su hermano le dijo: “Eres un gran tipo, mira que construir éste hermoso puente después de loq eu he hecho y dicho”.

Estaban en su reconciliación los hermanos, cuando vieron que el carpintero se marchaba con sus herramientas. ¡No, espera! Le dijo el hermano mayor: Quédate unos días, tengo muchos proyectos para ti. Me gustaría quedarme –dijo el carpintero- pero tengo muchos puentes por construir.

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