Por el padre Miguel Ángel
¿Por qué se da el mal en el mundo?
¿Quiénes son los enemigos que han introducido tantos males en el transcurso de
los años?
Estamos seguros de que Jesucristo
solamente siembra en su campo buena semilla, engendradora de vida y de
felicidad: semilla que, cuando cae en tierra buena, produce siempre magníficos
frutos y convierte a las gentes en ciudadanos intachables del reino de los
cielos.
En cambio son muchos los sembradores de
cizaña en el mundo de nuestros días.
-Siembran cizaña los medios de
comunicación social: prensa, radio, televisión…cuando difunden imágenes
provocativas, escenas de violencia, temas que atentan contra el matrimonio y
favorecen el divorcio y el aborto.
-Siembran cizaña los profesores que
difundan principios contra la moral, introduciendo el desconcierto y la duda en
el entendimiento de sus alumnos.
-Siembran cizaña los que trafican con las
pasiones de las personas favoreciendo toda clase de inmoralidad , vendiendo
revistas, películas y barajas de pornografía; ofreciendo centro de baile,
prostitución y alcoholismo y además vendiendo la droga que está acabando con la
niñez, los adolescentes, la juventud y hasta con los adultos.
Pero, nos dice el Evangelio que la cizaña
ja sido serrada mientras los trabajadores están dormidos.
¿Habrá padres y madres de familia que
duermen con mucha tranquilidad, mientras que sus hijos y sus hijas están
dañándose con tanta cizaña?
Todos dormimos, unos más, otros menos.
Por eso nos dice San Pablo: “Ya es hora de despertar, que la noche está
avanzada y el día se acerca”.
Duerme el perezoso, que pasa la vida un
poco dormitando, otro poco adormecido y otro poco mano sobre mano, es decir
ocioso.
Es evidente que hay más siembra de
cizaña, en las vacaciones y fines de semana. Todos sabemos que la ocasión hace
al ladrón y el que anda entre lobos aprende a aullar y el que anda entre harina
se empolva y dime con quién andas y te quieres eres, dime lo que lees y te diré
lo que piensas,
Por eso, busquemos más ocupaciones para
nuestros muchachos en vacaciones, porque la ociosidad es la madre de todos los
vicios.
Los empleados preguntaron a su patrón:
¿Quieres que vayamos a arrancar la cizaña? Pero él les respondió: No, porque
podrían arrancar también el trigo.
Cuánta paciencia tiene Dios Nuestro
Señor, porque sabe muy bien que varios de los que hoy son cizaña se pueden
convertir después en trigo para el reino de Dios. San Pedro en sus cartas nos dice
que Dios nos espera con mucha paciencia, porque espera nuestra conversión.
Y tú ¿Qué estás sembrando: trigo o
cizaña?
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