El perdón de Dios es maravilloso

Pbro. José Arturo Cruz Gutiérrez

No son los sanos los que necesitan de médico, sino los enfermos. Vayan y descubran lo que significa; yo quiero misericordia y no sacrificios.
                                                           
El corazón me reprocha el egoísmo, la avaricia, la pereza, los grandes y pequeños pecados de cada día. Siento pena por tanta miseria, siento dolor por haber negado a Dios con mis actitudes, por mi falta de testimonio, siento amargura por haber abandonado a mi hermano, por haberle negado mi amor, mi sonrisa, mi tiempo, mi ofrenda material.Pero sé que Dios es mucho más grande que mi y nuestros corazones. No quiere acusarme, porque no vino para juzgar, sino para salvar (cf. Jn 12,47). El Padre no envió a su hijo para condenarlo, sino para que el mundo se salvara por medio de Él. Jn. 3,16. El que no cree en el Hijo, ya está condenado, por no haber creído en el hijo único de Dios.Él Desea, que sepa escuchar a su hijo. Que obedezca la oferta de salvación que trae el hijo; que sepa escuchar sus palabras, que aprenda guardar sus mandamientos, que confiar ciegamente en su Amor, que esté abierto a acoger su misericordia, su ternura, su bondad, su fidelidad en mi vida y en la vida de cada ser humano. No es Dios quien acusa, pues vino para buscar a quienes vivíamos lejos por culpa del pecado. “¿Quién condenará? ¿Acaso Cristo Jesús, el que murió; más aún, el que resucitó, el que está a la diestra de Dios, y que intercede por nosotros?” (Rm 8,34).

Necesito recordarlo, para aprender a vivir en el mundo de la bondad divina. “Clemente y compasivo es Yahveh, tardo a la cólera y lleno de amor; no está eternamente enojado, ni para siempre guarda su rencor; no nos trata como merecen nuestros pecados, ni nos trata según nuestros pecados ni nos paga conforme a nuestras culpas” (Sal 103,8-10).Si alguna vez vuelvo a ser herido por el pecado, si alguna vez el mal muerde mi corazón, es el momento para mirar a Jesús y decirle, desde lo más profundo de mi alma: Jesús mío, cuando me aparto de ti es cuando más te necesito “Es cuando necesito descubrir tu cercanía. Porque no viniste a buscar a los justos, sino a los pecadores. Ahora es cuando más necesito el bálsamo de tu misericordia y la dulzura de tu amor. Ahora es cuando puedo dejarte tomarme entre tus brazos y llevarme al redil, a la fiesta que inicia cada vez que regresa a casa un hijo pobre, débil, herido, muy necesitado de la medicina de tu perdón.Amén

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