Garra panista



Jorge Eduardo González Arana y su negativa a pagar el sueldo de los policías que dejen la corporación municipal para irse al Mando Único, me recuerdan a aquellos primeros alcaldes panistas de los 80’s y 90’s, que se enfrentaban a todo un aparato superior priista de gobierno, que les escamoteaba las partidas para hacerles imposible gobernar en sus municipios y hacerlos quedar mal ante quienes los eligieron.

Tarde, quizá demasiado, Jorge Eduardo decidió mostrar esa garra panista de sus antepasados de hace 20 o 30 años. Primero tuvo que darse cuenta de que el gobierno estatal de Aristóteles le iba a dar a cuentagotas cualquier apoyo; después, parece que se puso a pensar si encaraba o no al Estado y por fin se decidió a levantar la voz, quizás ya cansado de tanto ninguneo y de apoyo a municipios vecinos que no aportan ni la mitad que da Tepa a la economía, como Jalostotitlán o San Julián.

Puede ser que este repentino alce de voz del alcalde esté más bien planeado con fines partidistas y electorales, pero si le queda algún beneficio a Tepa con esta envalentonada del presidente, pues ya es ganancia.

Y es que el mando único regional “beneficia” a todos los municipios pero no los afecta por igual. Hay ayuntamientos que no pondrán ni un solo policía, como Cañadas de Obregón, por tener una cantidad mínima de elementos que muy apenas ajustan para cuidar el pueblo y en cambio, los que más tienen, como Tepa, son los que más deben sacrificar y ceder el mayor número de oficiales.

Tepatitlán pondría 31 policías, que ya no vigilarán la ciudad, sino toda la región, en compañía de elementos de otros municipios, aunque los de Tepa serán la mitad de toda la fuerza de seguridad regional.

El municipio tiene un aproximado de 120 elementos policiacos, que divididos en dos turnos, significa que son 60 los que cuidan la ciudad en términos reales. Aquí nos vamos dando una idea de cómo afectarán 31 oficiales menos.

Además se antoja pensar que, por órdenes del Fiscal General de Jalisco, Luis Carlos Nájera, la fuerza única no estaría en los grandes municipios, sino en los pequeños, con el argumento de “vigilar las zonas más vulnerables por su escasez de elementos o la presencia del crimen organizado”.

Entonces se entiende (aunque no necesariamente estemos de acuerdo) el recelo de varios alcaldes de Jalisco por ceder parte de sus policías, a los cuales ya no verán tan seguido y si encima hay que seguirles pagando, pues ni cómo decirles que no se molesten y que por favor no sean gachos y ya digan que sí van a poner los oficiales que les soliciten.

También se vislumbra que delitos de bajo impacto, pero que en términos prácticos son los que más sufre la gente, se disparen, como el robo a las casas, asaltos en la vía pública o ser molestado por un grupo de pandilleros.

Y es que el mando único está diseñado para que la policía estatal ya no tenga que viajar decenas de kilómetros a combatir un grupo armado, muchas veces sin éxito porque de aquí a que llegó el apoyo, los delincuentes ya escaparon o hicieron de las suyas.

Nájera podrá presumir en unos meses después de que haya comenzado a funcionar el mando único, que gracias a este nuevo cuerpo, disminuyeron los crímenes escandalosos y cuando alguien le pregunte por los pequeños delitos responderá que eso es chamba de los municipios y que se combate principalmente con prevención.

Muy cómoda la posición pero la realidad es que si de por sí es difícil agarrar a un raterillo en el acto y darle alcance y atraparlo, ahora con menos patrulleros pues será todavía más complicado.

Y volviendo al principio, Nájera minimizó el asunto de los alcaldes inconformes por pagar los sueldos de los elementos del mando único y creyendo que los municipios iban a doblar las manos, todavía les llamó sospechosos, pero parece que habrá otro desenlace y un arreglo intermedio entre los presidentes municipales y el gobierno del estado.

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