La manzana de la discordia a 100 años


Jalpa en la revolución

La que fue bendecida por la mano divina, la hacienda de Jalpa, un paraje de incomparable belleza natural, en el devenir de la historia ha ratificado su privilegiado destino; Jalpa en los albores del Nuevo Mundo fue donada por mano regia a uno de los valientes exploradores del nuevo territorio de este lado del Río Lerma-Santiago, en la primera expedición de 1531, por eso en 1542, apenas conseguida la pacificación del territorio, Jalpa fue dada como merced de tierras a don Juan de Villaseñor, hecho que señala la fundación de Jalpa.

Al pasar las páginas de la historia colonial, Jalpa vive episodios de grandeza y distinción, se enlazan damas de alta alcurnia y caballeros muy notables; frutos de esta tierra fueron magníficas cosechas que enriquecían los bienes nacionales, especialmente de trigo. En publicaciones se llega a afirma que este privilegiado paraje se consideraba como el Granero de México.

Desde aquellos años del comienzo han sido varios los dueños de esta hacienda, los primeros la venden a don Diego Ortiz de Saavedra, alguacil mayor de Lagos, ya ha pasado un siglo y en 1648 el nuevo dueño es don Andrés Sánchez de Aparicio, quien dio mucho realce a la hacienda pues era introductor de carne para Tepozotlán, Texcoco y Cuautitlán. En 1679 la adquiere don Nicolás Bustos y Xeréz, en 1696 es rematada al alcalde de León Antonio Sánchez Salgado, dos años después es adquirida por el presbítero don Juan Díaz de Bracamontes, comisionado del Santo Oficio. Muchos de los dueños tienen nombramientos y encomiendas muy importantes.

Los grandes personajes

En 1708 la hacienda pertenece a don Gerónimo Monterde y Antillón, personaje muy importante en la política de la Nueva España y en la a Corte española. Muere en 1711 y el nuevo dueño es su hermano don Luis Monterde y Antillón. Éste es el que construye 4 presas en Jalpa y su hijo Rafael recibe el título de Conde de la presa, con nombramientos y propiedades en España. En 1787 Jalpa ya producía gran cantidad de harina de muy alta calidad. El siguiente heredero fue don Manuel Monterde y Antillón, y luego hereda la última condesa de Jalpa doña Manuela Monterde y Antillón y Albarrán, la última condesa de Jalpa, se menciona su domicilio en la calle Pino Suárez en León, conocido hotel lleva este nombre. Todo esto sucede al filo de la guerra de Independencia en 1810.

Doña Manuela se casó con don Pedro Ceballos, tuvieron nueve hijos: Ramón, Manuel, Ma. Guadalupe, J. Nepomuceno, Ma. Dolores, Ma. De la Luz, Gilberto, doña Ygnacia y don Pedro, todos ellos recibieron abundante herencia. La Hacienda de Jalpa es heredada por doña Ygnacia y don Pedro. En 1850 doña Ygnacia se casa con don Manuel Cánovas y éste compra la parte de su cuñado Pedro. Doña Ygnacia fallece el 17 de julio de 1865. Con ella nace la promesa de hacer un nuevo templo en Jalpa. Los mármoles del templo graban, en su entraña pura, letras de oro con tan admirable personalidad y no menos grandiosa época.

Don Manuel se casa en segundas nupcias con doña Octaviana Portillo y Martín del Campo en 1875, tienen una hija, María Guadalupe Cánovas. Don Manuel muere el 9 de enero en 1882.

Los vuelcos de la historia

La sangre de los Monterde y Antillón ya no va en el caudal de la dueña de Jalpa, pues al morir doña Ygnacia fenecía esa estirpe; sin embargo don Manuel, por su personalidad y señorío, merecidamente perpetúa su memoria en el nombre de Jalpa de Cánovas. Así que quedan doña Octaviana y la niña de no más de 6 años.  Jalpa sigue en pie y prosperando gracias a la intervención de un gran administrador, don Manuel Carrillo, que brinda todo su apoyo a las dos mujeres durante más de 20 años.

El Siglo XX, la modernidad y la revolución

De cumbre a cumbre, en 1900 sucede un encuentro singular. La gran dueña de Jalpa, doña Ma. Guadalupe Cánovas se casa con don Oscar Braniff. Y así empieza otra historia. Lo que está por iniciar confirma el alto destino de Jalpa en nuestra historia nacional. Si no podemos decir que la entrada de la familia Braniff a este territorio añade mucho a la fama de Jalpa, sí la fortalece y confirma. No son ya títulos nobiliarios como antaño, pero ahora es riqueza, industria, poderío político.

El emporio de Braniff

¿Quién iba a pensar que estos caminos distantes se iban a cruzar, que dos grandes historias iban a coincidir?

La estirpe Braniff tiene su origen en Irlanda, de allá emigran a E.U. Tomás Braniff, papá de Oscar, busca fortuna en Nnueva York, luego entra a trabajar en la construcción de las vías del ferrocarril, donde empieza a sobresalir por su esfuerzo e inteligencia. En poco tiempo se convierte en un verdadero ingeniero práctico. Con la poderosa compañía en la que trabajaba incursiona en los ferrocarriles de Sudamérica, y luego viene a México, a la zona de Veracruz. Luego de cambios en esas empresas, consorcios, etc. Tomás Braniff se convierte en un gran empresario en este ramo de los ferrocarriles.

El régimen de don Porfirio Díaz trae bonanza y prosperidad para este clan de los Braniff. Se puede decir que incursionan en distintos ramos de la industria. El connubio con tal régimen aumenta el poderío de la familia, cuyos miembros si no ocupan puestos de primer plano en los gabinetes del porfiriato, de cualquier modo ejercen una poderosa influencia y, a la vez, reciben grandes beneficios.

Estallido de la revolución

Para Jalpa empieza una época grandiosa en ese sentido a partir de 1900, con el matrimonio Cánovas-Braniff se dan grandes transformaciones. Es el tiempo de la construcción de la presa nueva, la obra en el templo nuevo se fortalece, la industria entra a las bodegas e instalaciones de la hacienda de Jalpa, el molino que produce gran cantidad de harina y la fábrica de fideo. Jalpa adquiere una nueva fisonomía, Jalpa fortalece su imagen, se pone de moda en la convivencia, en la sociedad del centro del país. Se habla de la inminente posibilidad de que la vía del ferrocarril tenga un ramal directo hasta Jalpa. Muchas de estas realidades tienen un punto y aparte a la llegada de la Revolución. En este lapso de 1900 a 1910 es cuando se dan acontecimientos sobresalientes para Jalpa.

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