Petróleo



Entiendo la preocupación de cualquier mexicano que se preocupa por su petróleo, sobre si todo si algún mequetrefe viene a asustarlo con la cantaleta de que Peña Nieto quiere regalarle el oro negro a los extranjeros y dejarnos sin nuestro preciado tesoro, fruto de la conquista de Lázaro Cárdenas en sus tiempos.

Encima, el gobierno federal, que debería explicar en qué consiste la mentada reforma energética, para que la gente entienda y se preocupe menos, no hace nada, deja que cualquiera entienda lo que quiera y nomás nos recetan unos galimatías que nos dejan más enredados, lo que aprovechan los izquierdistas rebién para su campaña electoral adelantada.

El petróleo nunca ha sido nuestro, fue de cualquiera de quien se lo encontrara en la tierra, luego fue de la nación y hasta ahí nomás y si nos apuran tantito, tiene mucho que ni parece que sea de la nación, aunque legalmente sí.

Cualquiera que vocifere contra la reforma energética, aunque sea con la mejor de las intenciones y lejos de querer abonar a una causa partidista de izquierda, me parece que nunca ha estado ni cerca de un pozo petrolero, refinería o cualquier instalación relacionada con la industria petrolera.

Quien sí haya estado cerca o en uno de esos lugares le dará risa saber de las protestas y el cuento de que el petróleo será dado a las empresas privadas extranjeras, pues, en cualquier instalación de Pemex, hay un montón de empresas privadas con sus respectivos trabajadores, laborando en la extracción, transformación del petróleo o algo relacionado.

Es más, en un campo petrolero, por cada vehículo de la paraestatal hay uno de una empresa privada, si no es que más. En las plataformas marinas, las torres de extracción son de extranjeros, las empresas que dan de comer a trabajadores son privadas, así como los barcos en lo que los obreros petroleros se transportan del pozo a tierra firme.

Dentro del continente la historia es similar.

La inversión privada existe en Pemex desde hace mucho tiempo, no sé si desde que Lázaro Cárdenas ordenó la expropiación petrolera, pero sí desde que tengo uso de razón, o sea, unos 30 años o un poco más.

Acá en Jalisco, en el DF o en el norte del país, donde la industria petrolera es algo tan ajeno, no nos damos cuenta de las empresas privadas que obtienen ganancias gracias al petróleo y ayudándole a Pemex y en los estados del sur y del golfo, pues muchos tampoco se dan cuenta, al menos que estén en una localidad totalmente dedicada al oro negro, como Poza Rica o Coatzacoalcos.

Pero bueno, desde niños nos han hecho tragar el cuento de que el petróleo es nuestro y por la tele veíamos esos comerciales de una instalación petrolera, donde todo tenía el logo de Pemex y nos imaginábamos que así eran los complejos de la paraestatal en algún lugar de la república.

Pero nunca ha sido así, por lo menos de varios años para acá. El cuento de que el petróleo es nuestro y el “Pemex en mi escuela” fueron simplemente banderas políticas que ayudaron al PRI a gobernar con cierta tranquilidad, pero, se está acabando el recurso y ya no hay manera de sacarlo tan fácilmente de la tierra y es momento de cambiar la campaña publicitaria, ahora una que diga que el chapopote sigue siendo nuestro pero que otros países igual o más jodidos que nosotros han recurrido a empresas privadas para seguirlo explotando.

Así que, lo de que el petróleo es nuestro o de la nación, es un cuento nomás y no de ahora que supuestamente se lo quieren dar al extranjero, sino desde el principio. Lázaro Cárdenas no mandó a quitar las empresas extranjeras que extraían y transformaban el crudo, siguió usando todo, maquinaria, instalaciones, tecnologías, trabajadores y lo único que cambió fue que las empresas ya no podían quedarse con todas las ganancias y el pueblo nomás mirando.

No ha cambiado mucho desde entonces y se pretende que siga siendo más o menos así.

Lázaro Cárdenas no expropió el petróleo porque le cayeran gordos los extranjeros o por un sentimiento patriota, sino porque vio la manera de sacar billetes de algo que salía de las entrañas del país y repartirlo en utilidades para los mexicanos.

Hay incautos que creen y lo afirman como verdad que los estados dejarán de recibir participaciones cuando la industria petrolera vuelva a pasar a manos privadas, nada más falso, ¿creen que Peña Nieto, por muy errado que pudiera estar, renuncie a esa lana? ¿De dónde va a sacar para mantener a tanto burócrata estatal y municipal? Los estados y municipios nunca podrán mantenerse solos.

La cosa es simple, el petróleo se acaba, todavía hay pero ya no es tan fácil sacarlo a la superficie y si queremos que nos sigan mandando los “excedentes petroleros”, no hay de otra, hay que permitir que las empresas privadas le entren de lleno y con su lana a la exploración y extracción.

Bueno, si hay de otra, podría Pemex desterrar al sindicato que siempre le ha chupado la sangre y el gobierno federal podría dejar de quitarle tanto dinero a la paraestatal para que ésta lo invierta en más instalaciones, pero está difícil.

Tampoco se puede decir que AMLO, Monreal y todos esos están meando fuera de la olla y sólo quieren hacer bulla partidista, hay cosas en las que tienen razón y que hubiera sido bueno que se les agreguen a la reforma energética, incluida la consulta popular, que podría servir para que la gente le exija al gobierno una explicación muy clara de qué carajo quiere hacer con el petróleo.

Algo así sería bueno para todo el país y aunque sea una bandera de la izquierda, sería una herramienta muy útil para todo el mundo, incluyendo para el mismo gobierno.

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