Sociales

Háblame Pueblo, que quiero escucharme…

 El respaldo social para un gobierno es la base para el éxito político.

 Si un funcionario se arropa con la opinión pública, con las sugerencias del pueblo, tendrá, seguramente, mayor efecto en sus intenciones de permanecer en su carrera política.

 En los últimos años, la camada de funcionarios que hemos tenido, al margen de las afiliaciones partidistas, no le han dejado nada positivo a la población en cuanto a su arraigo.

 En los últimos 30 años, Tepatitlán, por ejemplo, sólo ha tenido 3 alcaldes de “tiempo completo”, es decir, sólo 3 han concluido su trienio, el resto ha volado, ha buscado otro hueso, perdón, otra posición para servirse, perdón de nuevo, servir al pueblo.

 La visión de los funcionarios ha sido distante de lo que opina el grueso de la población.

 Como muestras tenemos varios ejemplos: las propuestas de los arquitectos colegiados para mejorar la imagen urbana; las sugerencias de Canaco para cobrar el SIEM, la exigencia de Coparmex de ciudadanizar las adquisiciones y los comités municipales; la petición eterna de los periodistas por transparentar el gasto.

 A esas peticiones de las organizaciones, las autoridades en turno (cualquiera que sea su partido), han hecho oídos sordos.

 El respaldo social se busca sólo durante las campañas, para efectos electorales. Después del triunfo… o de la derrota, los políticos no quieren saber nada de sociedad ni de asociaciones. A unos les estorban, a los otros les trauman porque no les “dieron” el triunfo.

  Estamos a unos meses de arrancar las nuevas campañas electorales.

 Estamos a un mes de escuchar los informes de los alcaldes.

Estamos a nada de volver a ser mandados mucho a la… ruta del olvido por quienes ejercen el poder.

 Cuando se entienda que el respaldo social es fundamental en el ejercicio del poder, entonces y solo entonces, habremos de descansar de los pleitos por presas como El Zapotillo, el Mando Único, el Tren Ligero, las Reformas energéticas y las alzas a los combustibles.