El enfrentamiento de El Pipón, caso aislado


Para las autoridades

• Siete personas en total murieron el pasado 8 de octubre de 2013

• Luego de la balacera, algunos policías municipales renunciaron

Por Alejandro González Ontiveros.- Luego de un año del enfrentamiento armado en la colonia El Pipón, en Tepatitlán, entre policías y presuntos miembros del crimen organizado, que dejó siete personas muertas y daños a varias casas y vehículos, el alcalde Jorge Eduardo González Arana asegura que se ha tratado de cerrar la herida lo más posible y reducir el impacto que dejó entre los vecinos que vivieron durante varias horas el terror y la angustia de aquel episodio.
Fue la tarde del 8 de octubre de 2013 cuando un grupo de vecinos de la calle El Pipón y Noche Buena llamaron al 066 para reportar una serie de disparos de arma de fuego que provenían de una casa ubicada justo en el cruce mencionado. Policías municipales acudieron en primera instancia al reporte, sin lograr contener el poder de fuego de un puñado de sujetos que se refugiaba en dicha vivienda, por lo que el aviso, en principio local, fue radiado a nivel estatal, llegando después elementos policiacos de municipios aledaños y hasta de la zona metropolitana de Guadalajara, así como policías estatales, federales y efectivos del Ejército.

Debieron pasar casi cuatro horas, hasta que cuatro presuntos sicarios perdieron la vida, así como tres policías estatales; hubo cuatro personas detenidas, aunque se habló también de varias más que se dieron a la fuga.

Caso aislado

Para González Arana, el episodio no es algo digno de recordar pero sí un caso aislado y “aunque los vecinos seguramente lo siguen teniendo presente, se les ofreció ayudarle a aminorar el impacto, haciendo un pequeño parque en el lugar donde existía la casa donde vivían los sicarios, dando apoyo sicológico, sobre todo a los niños de la zona”. Refiere el primer edil.

Varios de los pobladores de El Pipón, de acuerdo con el alcalde, terminaron por cambiarse de domicilio para alejarse del lugar de los hechos, aunque coincidentemente, uno de ellos se mudó a una vivienda donde recientemente un comando armado atacó a policías municipales, volviendo a vivir de cerca esta familia un suceso de este tipo, pero, según el priesidente, se les volvió a apoyar con ayuda sicológica y reparando daños a la finca.

El alcalde admite que de parte de las autoridades faltó informar de manera puntual y al momento qué era lo que sucedía esa tarde del 8 de octubre, aunque afirmó que la situación se tenía controlada desde un principio y resalta la actitud de la policía municipal, que de acuerdo al presidente municipal, fue la primera en atender el reporte y la última en irse del lugar, casi una semana después de haber ocurrido los hechos. 

Durante ese tiempo se suspendieron los descansos y permisos de todos los elementos, a fin de reforzar la vigilancia. 

Sin embargo varios oficiales renunciaron a la corporación tras lo ocurrido, dejando al municipio con un déficit aún más grande de elementos necesarios para patrullar la ciudad.

“Amanecen las cruces”

La finca donde se ocultaban los sicarios en El Pipón fue derribada totalmente por las autoridades, luego de quedar severamente dañada por la metralla y las explosiones del enfrentamiento.

A pesar de que se había anunciado que no se le pagaría el predio al propietario, apelando a la extinción de dominio, finalmente el dueño, de nombre José Pérez Loza, recibió una cantidad monetaria que no fue especificada, al tiempo que lo que había quedado del inmueble se transformó en un baldío, que luego le fue sembrado pasto y algunos arbustos y flores, en memoria de los policías caídos, según las autoridades.

A últimas fechas, presuntos familiares del policía estatal Jorge Alberto González López, colocaron una lápida con la foto del oficial que murió en ese lugar y un crucifijo.

Otras tres cruces de madera se aprecian en el lugar, más otra de aspecto descuidado, a la cual le cuelgan dos rosarios.

Algunos vecinos que fueron consultados dijeron ignorar quiénes ponen dichas cruces en el predio, pues simplemente “amanecen” de un día para otro y trabajadores municipales que dan mantenimiento al jardín, al verlas en el lugar las retiran, aunque pasan algunos días y vuelven a aparecer unas nuevas.

Varios ya se fueron

De una veintena de casas, cuyos moradores vivieron en primera fila el enfrentamiento, aproximadamente la mitad ya tienen nuevos inquilinos y al menos unas dos quedaron vacías unos pocos días después del 8 de octubre del año pasado.

Todas las viviendas lucen como si nada hubiera pasado, tras las reparaciones efectuadas por los mismos propietarios o las autoridades.

Una señora que prefirió no dar su nombre refirió que con el paso del tiempo, algunas familias prefirieron irse de la colonia o el dueño de la vivienda les pidió que la dejaran, llegando después nuevos moradores.

“Los que seguimos aquí es porque somos dueños de nuestras casas y ni modo de irnos a otro lugar, pero ya está muy tranquilo todo, ya no ha pasado nada después de lo de la balacera”. Explica la mujer.

De acuerdo con la misma vecina, el ayuntamiento y el gobierno del estado les pagaron todos los daños, aunque hubo algunas demoras y trámites que hubo que resolver y aunque algunos vecinos se quejaron de que no se les pagó todo lo que habían gastado, fue por otro tipo de cuestiones, como el de no haber comprobado los gastos de los trabajos mediante factura o recibo de los mismos.

El inquilino no se volvió a aparecer

El propietario de la finca donde se refugiaban los presuntos delincuentes aseguró haber recibido un buen trato del gobierno estatal y municipal tras lo ocurrido hace un año y aseguró que al rentar la vivienda nunca se imaginó lo que ocurriría ahí, pues se la alquiló a un sujeto de Guadalajara del que ya no volvió a saber nada, pues a raíz de lo ocurrido jamás lo pudo localizar.

José Manuel Pérez Loza refirió que a principios de 2013 se le presentó un hombre que dijo ser de Guadalajara y que buscaba una casa en Tepatitlán, ya que necesitaba radicar en la región pues tenía que laborar en las obras de la presa El Zapotillo.

El propietario refiere que él sólo tenía tratos con el supuesto trabajador de la presa y que ignora la conexión entre este sujeto y las personas que se encontraban el 8 de octubre de 2013 en la vivienda, a los que asegura nunca haber visto.

Tras unos días, las autoridades estatales se pusieron en contacto con los vecinos afectados y les explicaron el mecanismo que habría de implementarse para la reparación o pagos de los daños y José Manuel Pérez refirió que para ser resarcido debió presentar la denuncia correspondiente ante el Ministerio Público y presentar el acta junto con otros documentos de la finca y al cabo de unos días se le pagó el valor de la construcción.

Sin embargo sólo se le pagó el valor de la construcción, mas no el terreno donde se asentaba y que legalmente sigue perteneciendo a la familia de Pérez Loza, quien por petición del alcalde de Tepatitlán, Jorge González, permitió que en el predio se hiciera un pequeño jardín en memoria de los policías caídos y para esparcimiento de las familias.

Sobre el futuro de dicho parque, el hombre señala que el presidente municipal le pidió que por un tiempo se dejara el jardín tal como estaba y será en un futuro cuando se decida el destino permanente del predio.

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