Hace 100 años, caudillos por la región de Los Altos


Por Oscar Maldonado Villalpando

Uno podría pensar que estos pueblos no eran para recibir las fuerzas de la Revolución que avanzaban hacia el centro del país, pero al tratarse de un movimiento general precisamente para mover a todo México, pues cada pueblo pequeño, al no haber televisión, era menester que recibiera la visita de las fuerzas vivas del país.

Se están cumpliendo 100 años en que de julio a noviembre de 1914, estos pueblos recibieron a los caudillos, por lo general en una actitud de ajuste de cuentas o de pedir aportación o arrebatar bienes necesarios para la causa.

Primero en San Julián

El Señor J. Jesús Pérez Magaña recoge esta tradición conocida por las personas de antes. Él dice en su obra:

“Don Narciso Elizondo R. primer párroco 1886-1933)

Quiero rendir un homenaje a don Narciso Elizondo que llegó a San Julián el 15 de enero de 1986 como vicario y fue elevado a Sr. Cura el 4 de marzo de 1895 hasta su muerte, el 27 de septiembre de 1933.

Un caso muy significativo sucedió en 1914, cuando Pascual Orozco “Villista” muy conocido, entró a San Julián y dio la orden de que agarraran lo que quisieran, y las mujeres que se les antojaran. Y supo el Señor Cura Elizondo e inmediatamente se presentó a donde estaba Pascual Orozco y le dijo: 

“General, si quiere sangre, aquí está la mía, pero no le haga daño a esta gente inocente”.  Pascual Orozco admiró el valor del Sr. Cura y ordenó que se suspendiera el saqueo que había empezado”
Así rescata esta valiosa página muy edificante.

San Diego de Alejandría

En San Diego de Alejandría también fueron llegando las tropas Villistas y se menciona a Pascual Orozco que se establecen en las “calles de abajo” y en los fresnos cuelgan las piezas de las reses sacrificadas para alimentar a la tropa.

Pero antes de eso alguien avisa al Señor Cura Marcos Rivera para que alcance a escapar por la parte trasera del templo, la Casa de Ejercicios y tomar por los vallados, mientras por el frente los enviados de los jefes lo quieren sacar del curato. En esta oportunidad el P. Vicario José Gómez puede dialogar con uno de los generales de Pascual Orozco, José Pérez Castro, pues habían sido compañeros de escuela. Así también salieron más o menos bien librados.

Jalpa de Cánovas, Guanajuato

Una gran hacienda que ahora ni siquiera imaginamos su grandeza. A mediados del siglo XIX, en 1870, Jalpa llegaba a uno de sus apogeos con don Manuel Cánovas. Llegó a Jalpa precedido de gran fama, pues fue protegido por don Cayetano Rubio, gran empresario de Querétaro, que lo envió a educarse en Inglaterra, a su retorno casa con doña Ygnacia Cevallos que aún es de la dinastía Monterde y Antillón, casualmente la dinastía va brincando a distintos apeídos, por ser mujeres las que contraen nupcias. Muere doña Ygnacia y queda don Manuel Cánovas como dueño. Podemos recordar la gran producción de trigo que lleva a nombrar a Jalpa el granero de México, se produce harina de mucha calidad y hay fábrica de fideos. En la hacienda se tiene un verdadero sistema de ferrocarril. Existe las fotos con la nomenclatura: “Ferrocarril del Centro, Jalpa de Cánovas” son vagones que mueven el trigo y la harina desde el Molino. Jalpa también emite su propia moneda, tiene su sistema interno de moneda. El Señor Luis Cabrera tiene en su museo de Jalpa, ejemplares de esas monedas a base de cobre.

Los caudillos en Jalpa

Jalpa tiene sus motivos especiales para la visita de los revolucionarios. Luego de la toma de Zacatecas, pero sobre todo, de la convención en Aguascalientes, de lo que se cumplen 100 años, donde se fractura la revolución entre carrancistas y villistas prácticamente, Jalpa es visitada por las fuerzas de Pascual Orozco, primero como toda hacienda por sus riquezas, pero además porque precisamente el dueño de Jalpa, Don Oscar Braniff estuvo con los jefes revolucionarios en Cd. Juárez en las pláticas previas para buscar la paz. Se menciona incluso que don Oscar, un hombre sumamente elegante y culto, trataba como de influenciar al General Pascual Orozco y a Francisco Villa para que rebasaran a don Francisco I. Madero.

Todo ese paquete seguramente fue guardado y ahora los generales están en la propiedad de don Oscar para llevarse todo absolutamente, eso fue a finales de julio y los primeros días de agosto de 1914. Tres meses después volvió a Jalpa otra fuerza revolucionaria ahora con los Generales Elizondo, Teodoro y su hijo. Saquearon nuevamente Jalpa, se cuenta que se llevaron 5 carros completos, de aquellos del ferrocarril local, llenos de cosas de valor que sacaron de la hacienda.

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