• El Cardenal promulgó y luego entregó el libro
Por Oscar Maldonado Villalpando
Esto sucedió el Jueves Santo en la misa Crismal de la Catedral Metropolitana ante todo el Presbiterio.
Un libro determinante para el ser y quehacer pastoral de la Iglesia diocesana.
El mensaje del Pastor para la Promulgación nos ilustra cabalmente:
“El presente documento quiere dar un gran impulso a nuestro proceso pastoral, que busca ser fiel a la identidad y misión de la Iglesia. Este pequeño libro no es precisamente El Plan, pues éste no puede ser un fascículo archivable, sino un proceso vivo, existencial, participativo de toda la comunidad diocesana.

De esta manera, estamos en sintonía con los obispos latinoamericanos que nos invitan a retomar el método teológico pastoral de ver con los ojos del Padre, juzgar con los criterios del Hijo y actuar eclesialmente bajo el impulso del Espíritu Santo” (CF. DA 19)
Este punto de la promulgación nos da mucha luz. Falta al Plan y falta al libro, el complemento de la participación personal de cada agente, sobre todo si no nos hemos involucrado plenamente.
En la Promulgación el Emmo. Señor Cardenal dice: “Con gran alegría y esperanza, pongo en las manos de todos los agentes de pastoral este documento que refleja nuestro Plan Pastoral, para que anime y vincule todo esfuerzo y trabajo evangelizador. Quiere ser nuestra respuesta de fe, nuestro compromiso de conversión personal y pastoral, testimonio de nuestra esperanza y de credibilidad frente a nuestra sociedad”
De muy buena forma este documento nos ubica frente al Plan, nos dice lo que es en realidad. ¿Cómo lo debemos asumir? Está claro: “Sin prisas, pero sin pausas”
¿Ha de haber desencanto por el Libro del VI Plan?
El Papa Francisco nos sorprende y clarifica este punto en la E. A. “Evangelii Gaudium”: “El tiempo es superior al espacio. Este principio permite trabajar a largo plazo, sin obsesiones por resultados inmediatos… Darle prioridad al tiempo es ocuparse de iniciar procesos más que poseer espacios. El tiempo rige los espacios, los ilumina y los transforma en eslabones de una cadena en constante crecimiento, sin caminos de retorno. Se trata de privilegiar las acciones que generan dinamismos nuevos en la sociedad e involucran a otras personas y grupos que las desarrollarán, hasta que fructifiquen en importantes acontecimientos históricos. Nada de ansiedad, pero sí convicciones claras y tenacidad.” E. G. 223.
Seguramente por eso el Señor Cardenal nos habla de la importancia del Proceso Pastoral del cual el Libro es expresión.
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