No más



Y tú, ¿votarás o botarás?

Mañana domingo, 7 de junio de 2015, volveremos a las urnas a quienes nos gusta esto del juego de la democracia participativa.

 Una vez más elegiremos a quienes tomarán las decisiones a nombre del pueblo por los próximos tres años. Otra vez tenemos en nuestras manos la posibilidad u oportunidad de cambiar, ratificar o remover el sistema que nos ha gobernado el más reciente trienio.

 Después de mañana, otra vez escucharemos los lamentos, las quejas, las felicitaciones –según sea el caso-.

 Lo cierto es que, al margen de quién vaya a ganar mañana y quién nos gobierne a partir del 1 de octubre próximo, hay temas que ya no pueden esperar, ni siquiera a mañana.

 La región no necesita más policías, ni más patrullas. Lo que requerimos son mejores estrategias de seguridad, de protección, de ataque a la delincuencia. No es posible que hoy le tengamos el mismo miedo a la policía que a la delincuencia.

 No necesitamos más calles, lo que requerimos son mejores sistemas de transporte. Políticas de movilidad que nos ayuden a disfrutar la ciudad, el pueblo, el rancho, donde quiera que vivamos. No es posible que tardemos una hora en llegar de la plaza Morelos a la central Camionera de Tepa, u hora y media del centro de Tepa al Centro Universitario de la UdeG, o que no haya “burras” después de las 9 de la noche, o antes de las 6 de la mañana. La gente necesita moverse a sus trabajos, a su escuela.

 No necesitamos más burócratas; lo que requerimos es mejor atención. Son muchos los empleados del Gobierno y pocos los resultados. No se trata de que los corran, nomás que los pongan a hacer lo que deben hacer y que lo hagan bien y de buenas. Que no salgan tanto de vacaciones, a juntas, por sus hijos o a comer o a desayunar.

 No necesitamos tantas ligas deportivas, lo que requerimos es una estrategia de impulso al deporte, con promotores auténticos, con administradores de espacios deportivos que se concentren en ello y no en el negocio de las tienditas y sus ventas de cervezas. No se trata sólo de más espacios, sino de mejores políticas de atención al deporte, que no sólo sea futbol y con todo el presupuesto, que haya más disciplinas, más entrenadores, menos coste de ingreso y más mantenimiento a las canchas.

 Sí necesitamos más recintos culturales, pero los necesitamos accesibles, abiertos. Que no trabajen de 8 a 4; que los “jefes” culturales no operen a base de berrinches o con modas. Necesitamos una política cultural que abone al desarrollo del espíritu, que enaltezca las bellas artes, las nuevas artes. Las populares, las tradicionales, pero también las nuevas expresiones, las tecnológicas.

 No necesitamos más escuelas. Nos urgen mejores maestros, comprometidos con su labor. Que no sea una chamba más, que se considere una vocación con compromiso social y con respaldo económico suficiente para que los profes se enfoquen en hacer crecer al ser humano que tienen en sus manos. Que la educación forme ciudadanos de bien, haya una escuela con cerca electrificada o un potrero de libre acceso. Un aula bonita ayuda, pero no es indispensable para generar conocimiento y amor al prójimo.

 Sí necesitamos calles mejor cuidadas. El mantenimiento a las vialidades y a las áreas comunes en colonias y fraccionamientos está en el abandono. El impuesto predial se suma, erróneamente, a la cuenta revolvente y no se aplica en reparar la lámpara oportunamente, en repavimentar la calle, en podar los árboles que se convierten en cuevas de malandrines.


 Necesitamos mucho, mucho trabajo de la gente del gobierno. Gane quien gane, ojalá que no se echen a la hamaca. Esperamos que sus discursos de campaña lo conviertan en planes de gobierno. Que hagan lo que deben hacer. No pedimos milagros, sólo que hagan lo debido. No más… 

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