¿De quién es este juego?
Cuando fui a la escuela, de niño, escuché (porque no las apreendí) varias canciones, rondas y juegos musicales.
Uno de tantos juegos era el de Juan Pirulero. Ese juego ya no lo conocen las nuevas generaciones, ni de estudiantes ni de políticos.
De hecho muchos de los lúdicos juegos del recreo de antaño ya cayeron en desuso… y por eso nuestras nuevas generaciones son como son.
Y de estas nuevas generaciones debieron salir los gobernantes que tenemos en Jalisco, pues cada quién toca su juego, cada quien toca su instrumento a su ritmo, en su género predilecto y aunque no les salgan los tonos, las notas, ellos piden aplausos y si no los tienen, los compran.
Han pasado ya casi tres años del Gobierno del “Bienestar” en Jalisco y, descontando a Arandas, a quien le ha ido muy bien con Aristóteles Sandoval, al resto de los municipios les han dejado a cada uno con su instrumento, tocándose cada quien su propia melodía. A unos les dieron piano, a otros tambores y a muchos, pura flauta.
Si hacemos un recuento de las obras, de las inversiones que el Gobierno del estado ha hecho en los municipios alteños, comparando la inversión con la Zona Metropolitana, con Vallarta o con Lagos de Moreno, veremos lo pírrica que ha resultado la intervención del Ejecutivo.
Fuera de las tres áreas geográficas mencionadas, las inversiones en el resto de los pueblos los viene haciendo la iniciativa privada, con, sin o a pesar del Gobierno.
Y si la figura del Gobernador es ausente, qué decir de los funcionarios que le representan en la zona, a través de las Delegaciones de las diferentes Secretarías.
Como muestra, hay varios botones; por ejemplo no hay delegado en Altos Sur, de las Secretarías de Turismo, de Desarrollo Económico, de Cultura, de Innovación.
Algunos Delegados han sido absorbidos por la estructura que opera desde hace muchos años, al margen del partido que gobierne. Baste con mirar al área de Salud, al Educativo, al de Obras (Infraestructura, le llaman).
Son contados los nuevos funcionarios “estatales” priístas que desquitan el sueldo. La gran mayoría ni trabaja en su área ni le da frutos a su partido. Muchos llegaron por cuota partidista y ni a su partido le dieron resultados. Ahí está el caso emblemático de Tepa, donde no alcanzó la abultada nómina de “priístas estatales” para darle el triunfo a su candidato, a su partido.
En fin:
Este es el juego de Juan Pirulero,
que cada quien atienda su juego.
Juan Pirulero les manda y ordena
que su instrumento cada quien toque.
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