En más de una ocasión ha dicho el doctor Hugo Bravo, que cualquiera que trabaje en el ayuntamiento que preside y que no dé resultados se va a ir. Asegura que no meterá Él las manos por nadie, y que aquel que (por muy amigo que sea) no rinda y sólo dé problemas, deberá ser cesado de la administración, y que para eso serían las famosas evaluaciones trimestrales.
Entre diciembre y enero tuvo que haberse hecho una de esas evaluaciones, quién sabe si se hizo y si se haya detectado a algún trabajador que estaba de más o dañando al ayuntamiento.
Lo que sí es cierto es que trabajadores municipales comunes y corrientes han sido despedidos por motivos que no han sido dados a conocer, y que en su mayoría Hugo Bravo nunca los trató personalmente y probablemente ni se enteró de que fueron corridos, pues quizás fueron echados a discreción por algún funcionario superior que tiene el poder de dejar a gente sin trabajo sin pedirle permiso a nadie, sin avisarle siquiera y sin rendir cuentas.
Aunque de funcionarios de mediano o alto nivel no se sabe que haya sido despedido ninguno, quizás estén haciendo muy bien su trabajo y no hayan dado motivos para correrlos, o probablemente nadie le ha dicho al presidente municipal lo que alguno de sus colaboradores hace a sus espaldas, y el primer edil crea que todo anda bien al interior del changarro.
Pero en los pasillos del ayuntamiento se habla de un puñado de funcionarios que andan haciendo de las suyas, gente de la confianza de Hugo Bravo, que fue seleccionada por él y por nadie más para encomendarles el trabajo de servir al municipio y hacer funcionar al ayuntamiento.
Los más preocupados se empiezan a preguntar por qué el Alcalde no toma cartas en el asunto y corrige eso. Su promesa de campaña fue correr al que no funcionara, y en casi medio año ahí siguen todavía. En cambio éstos, que no funcionan pero que tienen poder y se sienten con más autoridad que el presidente municipal, están echando a la calle a gente que sí hace su trabajo, pero que no les cae bien, o lo que es peor, para complacer a sus verdaderos jefes, que no pertenecen al ayuntamiento sino a otra estructura de poder.
Hace más daño un mal director o funcionario de primer nivel, que un mal empleado municipal, y aunque por razones desconocidas han corrido a varios trabajadores (y los despidos seguirán según la Oficialía Mayor), poco se han preocupado por ver si los funcionarios y directores son malos o buenos y por qué decidieron estos correr discrecionalmente a empleados de bajo nivel.
Es de suponer que el alcalde está muy ocupado y que no conoce ni mucho menos ha tratado personalmente a cada uno de los cientos de empleados que tiene el ayuntamiento, pero la gente que está para eso parece que se manda sola y hace y deshace con la nómina municipal, y si alguien pregunta la respuesta será: “es que no daba resultados y hay que deshacernos de los malos elementos”.
Por suerte hay regidores, los de oposición y hasta algunos del mismo Movimiento Ciudadano, que sí se preocupan por este tema y están comenzando a revisar esta anomalía de los despidos a discreción por parte de algún funcionario prepotente y comprometido vaya usted a saber con quién.
Ya será cuestión de Hugo Bravo si escucha lo que le planteen estos regidores y aplica los correctivos necesarios, o si sigue confiando ciegamente en la gente que él eligió para ocupar un puesto en el ayuntamiento y la deja que siga haciendo lo que quiera, pese a las observaciones de la oposición y de sus mismos compañeros de partido.
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