Les robo este espacio

 Aunque hay muchos temas públicos por comentar; hoy quiero robarle a la opinión pública este espacio.

 Lo robo  porque hoy no abordaremos cosas públicas; me lo robo para hacer una carta a gente que quiero. A personas a quienes estos días tenemos en nuestro pueblo, su pueblo, después de muchos años de estar ausentes y que, al volver a casa, con la familia, están felices y nos hacen felices.

Este fin de semana se reúnen, de nueva cuenta algunos de los hermanos De Loza González y, para ellos va la entrega de hoy.

 Comienzo con los que aquí viven y en primer lugar, debo agradecer a mi madre Celia, simple y sencillamente por la vida (pequeña cosa eh?).

 Gracias a Tía Consuelo por la ayuda en aquella etapa de educación inicial. La quiero mucho, a ella y a toda su familia.

 Gracias a Tía Olivia, por sus atenciones y sus oraciones.

 Gracias a Tía Aurora, por ser amiga y compañera de mi madre.

 Gracias a Tía Moru, por haberme dicho, cuando fui niño, tantas palabras de amor. Repetir las mismas palabras cuarenta años después, son muestra contundente que se dijeron con sinceridad.

 Gracias a Tío Ramón (y a Tía Lupita, su inseparable compañera), por marcar mi vida cuando, allá por el año 1988, fue nuestro anfitrión en tierras del edén mexicano.

 Hoy falta Tía Cuca en la reunión de hermanos, pero también le agradezco su bondad, su fraternidad.

 De los hermanos finados Luis, Macrina y Ofelia, les quise mucho también. A Tía Ofelia la extraño mucho y siempre alzo mis oraciones por ella, y subrayo mi gratitud hacia ella y lo que hizo por quien esto escribe.

 Los aludidos saben de nuestros deseos y nuestras querencias para ellos. Falta más familia, pero hoy este espacio es para los tíos maternos. Bienvenidos a su casa, a su tierra.   Gracias por marcarnos con su presencia, con su historia personal.

 Al lector, reitero mi disculpa por robarme este espacio para hablar de cosas personales, muy íntimas. Pero uno es en público, lo que recibe en lo privado.

 Y por eso, me robo esta publicación, para dejar testimonio de nuestro eterno agradecimiento a la familia De Loza González.