La perversidad de las dádivas


 Esta semana arrancaron, por cuarto año consecutivo, con el regalo de útiles escolares y mochilas a estudiantes de escuelas públicas en Jalisco. En Tepa, además, en quince días entregarán también uniformes y zapatos gratis para los mismos alumnos. 

¿Quién no quiere ayudar al pobre?, pareciera ser la justificación de dichos actos populistas. En las respuestas podríamos encontrar un círculo perverso que nos estaría llevando a crear un monstruo de mil cabezas.

 Me explico: Las autoridades populistas, con tal de ganar simpatías entre las masas, ofrecen programas “de ayuda” a los pobres. Pero los dejan tan abiertos que terminan, muchos casos, beneficiando a quien no quiere o no necesita de esos apoyos, pero ¿a quién le dan pan que llore?

 Al niño que en primero de primaria, hace cuatro años, le entregaron una mochila con útiles gratis, ahora  -si vive en Tepa- le entregarán uniforme y zapatos. Cuando termine la primaria, le habrán enseñado que, además de ir a aprender, a la escuela se va a que le regalen útiles y vestimenta.

 Como el populismo llegó para quedarse, ese niño entrará a la Secundaria y, en esa etapa, ya podrá exigir que le den sus mochilas, útiles, calzado y uniformes gratis. Para cuando entre a la Prepa, además de la gratuidad en esos artículos, le darán “el bienevale”, para que vaya a la escuela. Y, si llega a la Universidad, “podrá” exigir su beca de Oportunidades o Pronabes (o como se llame el dinero que les entregan por cursar una licenciatura).  

 En todo su proceso, el alumno recibió no sólo educación formal, sino también instrucción de cómo recibir, sin esfuerzo de por medio, incentivos en especie, “para velar por la economía de su familia”.
¿El alumno recibió educación de calidad?, ¿El alumno necesitaba de esos apoyos?, ¿La escuela pública sólo recibe a gente pobre?, en esa perspectiva, ¿Quién acude a una escuela privada es de la alta sociedad y no tiene necesidades?

 Las dádivas de los gobernantes son tan perversas, que, hace unos cuatro años, al terminar un semestre, recibí la llamada telefónica de una alumna de Universidad, del CUAltos. Me reclamó por qué le había puesto una “mala calificación” (de 70 puntos). –“Por su culpa voy a perder mi beca”, advirtió.

 Ella “necesitaba” por lo menos un 94 para seguir recibiendo los 800 pesos mensuales que le daban por ir a la Universidad. Lo absurdo es que estuvo ausente en muchas clases, no entregó varias tareas y, por ende, su proceso de aprendizaje fue endeble.

 Eso a ella no le importaba. Su formación era lo de menos, para ella lo importante era recibir sus 800 pesos de beca y, si la perdía, el profe tenía la culpa, por no atender a la condición de “pobreza” de una estudiante balín…

 ¿Ese modelo de estudiantes queremos?, Quienes llevan a los hijos a escuelas de paga ¿no necesitan subsidios?, ¿Hay niños de primera, de segunda y de tercera en Jalisco?

  Hace falta una estrategia de Responsabilidad Social, aplicada por los empresarios y replicada por las autoridades. La caridad ayuda momentáneamente. La Responsabilidad Social ayuda a largo plazo y evita prolongar la miseria.

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1 Comentarios

  1. se le apoye y se le apoye bien a quien lo necesite, ya que hemos dencuniado como profesores que algunos aactos de la autoridad sirven pára hacerlos mas irresponsables de la educacion de ssus hijos y ahora de proveerlos de lo neceario para que estudiene..pedimos se les de a las peronas mas pobres del municpio, junto a ayuda psicologica, medica y de asesorias para sacarlos de la pobreza..

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