Necesitamos orden


En México los partidos políticos de los que emanan los gobernantes de los tres niveles: el federal, estatal y municipal, se han corrompido de tal manera que ninguno garantiza que sus candidatos sean los mejores y que gobernarán atendiendo al interés colectivo, al bien común del que habla uno de ellos; buscan el poder no para servir a la comunidad, sino para servirse de los puestos, para enriquecerse si el tiempo y el presupuesto les alcanza, o para vivir desahogadamente al menos, pero sin trabajar.

Cualquiera que llega al gobierno, ya sea como gobernante o como alto funcionario, deja de ser pobre porque lo ponen donde hay, desde el inspector de alcoholes que cobra por hacerse de la vista gorda, y pasando por el director de tránsito que recibe la mayor parte de las mordidas de sus agentes, el de la policía que se alía con los delincuentes, el de obras públicas que exige el pago del diezmo al contratista; hasta llegar a los alcaldes, gobernadores y presidentes de la República.

Con sus excepciones honrosas, casi todos buscan el poder para resolver sus problemas económicos, los de la colectividad les tienen sin cuidado, se olvidan de los servicios públicos, del progreso de los pueblos, de la justicia, se vuelven insensibles a las exigencias de los gobernados, no escuchan, no atienden; en el mejor de los casos hacen como que hacen, aunque en realidad no hacen nada, y si algo hacen lo hacen con el fin de robarse una parte, a veces la mayor parte del presupuesto destinado a tal o cual obra, cuando emprenden alguna, que por lo general dejan inconclusa o mal hecha, con materiales de mala calidad que le compraron barato y le pagaron caro al compadre-proveedor, a algún pariente, a un socio o a veces a sí mismos a través de empresas fantasma a nombre de prestanombres, se las ingenian para hacer negocios y robar.

Desde el simple bacheo, el empedrado o pavimentación de una calle, o la introducción de una red de drenaje o de agua por la que claman los vecinos de una colonia durante años, las autoridades no mueven un dedo para resolverle su problema a la ciudadanía, si no ven una ganancia personal de por medio. El progreso de los pueblos menos, un parque, una escuela nueva, un hospital, un auditorio municipal adecuado para presentar espectáculos de calidad, una casa de la cultura que funcione, nada de eso está en sus planes cuando buscan una candidatura y luego el voto popular, buscan pegarse a la ubre del presupuesto, porque consideran que vivir fuera del presupuesto es vivir en el error.

 Y si no obtienen lo que buscan a través de un partido, se cambian sin pudor a otro y después a otro. Y si su partido no tiene ni buenos candidatos ni buen proyecto se alían, impúdicamente también, con otro partido que pregona exactamente lo contrario, el que se opone al aborto va en alianza con el que lo promueve y lo aprueba, el partido de los mochos de la derecha lanza al mismo candidato que los subversivos de la izquierda, no hay ideología alguna, se busca el poder por el poder mismo, no para servir, sino para lucrar, para robar, para hacerse ricos.

Los partidos políticos no son de fiar, NINGUNO, los ciudadanos no debemos esperar nada de ellos. Ni de ellos ni de gobierno alguno, lo que se tenga que hacer tenemos que hacerlo nosotros, o exigirle y obligar al gobernante o al funcionario que lo haga.

 Si cada ciudadano, en lo personal, por su cuenta, hace algo por la comunidad, lo que sea, por pequeño que sea, la sociedad, el municipio, el estado, el país estarán avanzando, así sea sólo levantar una botella de plástico o una bolsa que alguien irresponsablemente tiró en la calle, en la banqueta, en la plaza o en el parque, y ponerla en su lugar, en el depósito destinado para la basura, alguien lo verá y seguirá su ejemplo; y si además se atreve a decirle a la persona que lo hizo, que eso no se hace, quizás a ésta le dé vergüenza y la próxima vez lo recuerde y haga lo correcto; si evita usted el desperdicio del agua e invita a otros a hacer lo mismo, si como automovilista le cede el paso al peatón y como peatón cruza por las esquinas en el momento oportuno sin provocar un embotellamiento porque cree que usted todo lo merece; si hace lo correcto, si pone el ejemplo e invita a otros a hacer lo mismo, estará usted haciendo solo más que todos los partidos políticos juntos.

Eso en lo individual. Pero si se une usted con otros ciudadanos podrán hacer mucho más, podrán meter el orden en la ciudad. Hay un ejemplo, el de un movimiento llamado Poder Antigandalla, que inició como un grupo pequeño en la Delegación Miguel Hidalgo de la Ciudad de México, y que ahora funciona no sólo en toda la capital del país, sino en varios estados y ciudades capitales o importantes, como en Monterrey, Guadalajara, Puebla, Tepic… Se unen un grupo de ciudadanos, se cooperan para alquilar un vehículo y para comprar herramientas, y se dedican a limpiar la ciudad de objetos con los que personas gandallas apartan espacio en la calle para estacionar sus autos, se llevan todo tipo de cachivaches que obstruyen el libre tránsito de las personas, a los que llaman ellos bienes mostrencos, de los que hablan todos los códigos civiles de todos los estados y casi todos los reglamentos de Tránsito que prohiben expresamente apartar espacios en la calle, el Código Civil autoriza a cualquier ciudadano a retirar dichos objetos o bienes mostrencos que no nos permiten circular libremente, y es lo que hace el #PoderAntiGandalla que encabeza Arne Aus den Ruthen (@arnemex), y que deberíamos hacerlo todos, para impedir el estacionamiento de autos en las banquetas, los armatostes, botes, conos y demás, el gandallismo de los franeleros o viene-viene; deberíamos de formar una brigada y meter el orden en la ciudad.

Eso por una parte. Por otra, organizarnos formalmente en una asociación civil, o en una simple ONG para vigilar al gobierno, para exigirle que haga su trabajo, que no robe, que nos informe, para obligarlo a la transparencia, para que nos otorgue todos los servicios a los que tenemos derecho y que pagamos con nuestros impuestos, para que realice las obras necesarias para el progreso de nuestra ciudad y del municipio, en este caso de Tepa y de cada uno en Los Altos de Jalisco, y si no puede, que deje que lo haga alguna empresa de la iniciativa privada, pero que dé las facilidades y los permisos correspondientes, que no ponga obstáculos, que coadyuve, o que nos deje coadyuvar que para el caso es lo mismo. Lo que no hagamos los ciudadanos por el lugar que habitamos, nadie lo va a hacer. Los partidos políticos se convirtieron en agencias de colocaciones y los gobiernos en cuevas de ladrones. No les importamos los ciudadanos. Juntos por Tepa se podría llamar un grupo integrado por ciudadanos, o Unidos por Tepa podemos hacer que Tepatitlán progrese y mejore, podemos lograr una gran ciudad entre todos, o entre muchos. Excepto entre los partidos políticos, hagamos un grupo totalmente ajeno a los partidos políticos, ellos que sigan su rumbo, que se sigan disputando el poder y los cargos, que gobiernen, malgobiernen o desgobiernen, encarguémonos nosotros, los ciudadanos, de obligarlos a hacer lo que siempre debieron hacer.

 Si alguien se interesa por iniciar este movimiento, apolítico y laico, hagamos contacto y pongamos manos a la obra.


ggonzalezgodina@hotmail.com @DonGusGG

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