Encuentro dominical Jesús, agua viva


Por Oscar Maldonado Villalpando
  
3º Domingo de Cuaresma.
Primera Lectura: Ex. 17, 3-7.
Salmo no. 94.
Segunda lectura: Rom. 5,1-2.5-8.
Tercera lectura:   Jn. 4,5-42.
  
Roca de agua
  
La crítica y la rebeldía.

Junto con la sed al pueblo le llegó la nostalgia. Por eso se levantan a criticar a Moisés y los planes de Dios. Esta lectura retrata una situación negra, penosa.

Un nuevo y grave pecado, el hombre se afrenta de Dios.

No quieren ya la libertad, no quieren luchar, no quieren seguir en el desierto, quieren regresarse a su esclavitud.
Moisés se siente rebasado, piensa que ya no tiene caso batallar con este pueblo de cabeza dura.

Pero Dios no se hace disimulado ante lo justo de los reclamos y responde, por medio de Moisés, en forma solícita: les da agua abundante, saca agua del corazón duro de una roca. Aunque, por el pecado, fueran aguas amargas.

Es una gama de enseñanzas: primero ser realistas no inconformes y mal agradecidos. No podemos desentendernos de los compromisos, de los deberes básicos, aunque se den dificultades. Siempre será necesario cumplir, responder lo que, con justicia se nos pida.
  
"Vengan, lancemos vivas al Señor
aclamemos al Dios que nos salva.
Acerquémonos a El llenos de júbilo
y démosle gracias
Hagámosle caso al Señor que nos dice:
No endurezcan su corazón
como el día de la rebelión en el desierto,
cuando sus padres dudaron de mi
aunque habían visto mis obras.
Señor, que no seamos sordos a tu voz."
  
La esperanza no defrauda
  
San Pablo pondera lo que significa el don de   Dios. Nos invita a valorar la gracia en Jesucristo, el Señor. Una iniciativa divina y toda gratuita.

El quiso morir por nosotros cuando aún éramos pecadores. Por lo tanto la mejor gratitud es apreciar el don y cuidar de él. Tener siempre buena memoria por estas maravillas de Dios.
  
Agua viva
  
En el brocal del pozo de Jacob, Jesús y  la Samaritana  hablan de temas muy importantes. Jesús le dice: "Si conocieras el don de Dios" El es la roca nueva con entrañas de agua viva, que impresiona a los poetas y llena de esperanza el alma de los pecadores. Jesús quien desde el pesebre a la cruz quiso tener sed de las almas para que ellas se saciaran en esa fuente inagotable de aguas eternas, hoy nos invita a tomar de esa agua que llega a la vida eterna. Agua de luz que es parte central de nuestra Pascua.

Agua y luz que es la respuesta para el hombre de todos los tiempos.

En este desierto de la vida y del mundo actual Jesús es el pozo de aguas abundantes.
Hoy también Jesús es la fuente que llega a la vida eterna.
  

Encuentro con Jesucristo vivo: palabra y eucaristía.

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