Síndrome perrediano


 No es osteoporosis, pero parece.

Tampoco son reumas, aunque duele parecido.

No tiene nada qué ver con los esqueletos, pero sí son temas de huesos.

 El síndrome perrediano tiene qué ver el desgaste que provoca del hueso político, y la ambición que desata llegar a un cargo público bajo las siglas de un partido que fue hecho, exclusivamente, para ser oposición.

 Así, con esa descripción (con todo respeto para quienes sí vieron o siguen viendo al PRD como una opción política seria), podemos tomar las reacciones de priístas y panistas ante la decisión de sus regidores en el Ayuntamiento para aprobar, junto con el Movimiento Ciudadano una línea de crédito por 144 millones de pesos.

 Y es que, en lugar de cuestionar a los regidores del partido en el poder –es decir, sus oponentes- los panistas optaron por señalar a sus “compañeros” y ningunearlos por aprobar la opción de hacer obras para el municipio vía préstamos. Hicieron rueda de prensa, emitieron boletín y lo subieron a las redes sociales.

 Los priístas sólo les echaron carrilla (ahora le dicen bullying) a sus regidores tepatitlenses a través de las redes sociales.

 Y por lo que pude entender, fue mayor el pleito interno entre priístas y panistas, que entre estos y los del MC. Para lo que les alcanzó a los militantes de los otrora partidazos, fue para hacer rabietas caseras. La mira la apuntaron para sus compañeros y no contra sus “enemigos” políticos.

 Y si lo que pretendían era cuestionar el endeudamiento, creemos que les salió el tiro por la culata, se quedaron –panistas y priístas- en el síndrome perrediano: peleándose entre sí, dando más importancia al pleito que a las razones; tumbando caña amiga en lugar de fijar el tiro hacia sus contrincantes políticos.

 Que la deuda es cuestionable, por supuesto.

Que deben llamar a cuentas a sus regidores, por separado PRI y PAN, también.

 Pero exhibirse de tal forma, sólo muestra que los dirigentes y algunos militantes no han entendido que las guerras electoreras se ganan de otra forma y no denigrando a los de sus propias casas.

 La deuda, por sí es mala. No.

La deuda sin justificación es mala, sí.

PRI y PAN han endeudado al municipio, sí.

Por qué se molestan los del PRI y los del PAN con sus respectivos regidores; eso no lo sabemos, pero queda claro que, la guerra hacia las nominaciones electorales del año venidero, ya comenzó.

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