Ampliar banquetas para rentarlas


Vecinos y usuarios de la calle Hidalgo, que será sometida a una remodelación en cuatro cuadras, de Pantaleón Leal a Santos Romo, temen que la obra, cuando se haga, sirva para tener más espacios para rentarle a los ambulantes.

 Los temores son fundados.

 En esta administración se han ido comiendo los espacios públicos, calles o banquetones, para instalar tianguis, ambulantes o hasta puestos semifijos, comiéndose banquetas, carriles de estacionamiento o hasta vialidades.

 La función del Ayuntamiento, a través de Padrón y Licencias, es poner orden a los comercios (formales e informales) y, en especial, cobrar los impuestos específicos. Hasta ahí, la encargada de esa área ha intentado hacerle rendir los espacios a la comuna. Le da espacios a los vendedores y les cobra vía tesorería cada metro cuadrado.

 Sin embargo, dicen los opositores a esta tendencia privatizadora de espacios públicos, a cambio de unos pesos, se está convirtiendo a la ciudad en un gran tianguis.

 De hecho, los tianguis han sido ampliados en sus espacios tradicionales. Hoy hay más vendedores, más ambulantes, más saturación de andadores y menos espacios libres para el peatón.

 De nada sirve tener una calle peatonalizada en el centro de la ciudad, como la Progreso, Herrera y Cairo, Insurgentes, si la llenan de ambulantes de todo tipo de productos, denostando la imagen urbana y la movilidad de los caminantes.

 El comercio ambulante debe ser regulado, debe ser reducido a la máxima expresión; pues la informalidad de la economía no genera beneficios comunitarios. Es una forma de generar economía, pero no seguridad social.

 En el ambulantaje se tiene opción de ganarse un dinero extra, sí; pero es una competencia desleal para quien busca emprender desde la formalidad, donde se pagan impuestos, donde se abona a la seguridad social con aportaciones para la vivienda, para el retiro, para las prestaciones médicas.

 Si las autoridades buscan hacer obras, como la ampliación de la calle Hidalgo –que por cierto poco se sabe-, se espera que sea para beneficio de los vecinos y de la comunidad. Que sea para que los transeúntes caminen más seguros y que no, nunca, vayan a permitir la instalación de ambulantes o muebles de exhibición de los negocios instalados por esa calle.

 Ojalá que la renovación de la calle Morelos no vaya a terminar en estacionamiento privado para los empresarios del estadio de futbol.

 Las obras públicas serán bienvenidas, servirán para reconocer la labor de la autoridad municipal; ojalá no sea la antesala de la privatización o la comercialización de las mismas. 

Que no hagan más banquetas para rentarlas.





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