Al cumplir 134 años
• Calles exclusivas, vigilancia y una comilona para los próceres
Por el aparato de seguridad, la bulla que provocaron y la comida que luego les dieron, parecía que Tepatitlán festejaba a los diputados locales y no al revés, y fue así que el pasado miércoles el Congreso del Estado sesionó por algunos minutos en el municipio para festejar sus 134 años como ciudad.
La cita era a las 12 del día y pasados unos minutos los legisladores llegaron al recinto que se había levantado frente al palacio municipal. El presidente Hugo Bravo llegó junto con los diputados y cada uno tomó su lugar; el resto de los regidores y varios funcionarios municipales fueron sentados entre los asistentes.
Con la ausencia de una diputada del PAN y del independiente Pedro Kumamoto se inició la sesión.
Una escolta escolar hizo los honores a la bandera; los diputados leyeron el orden del día y entre los puntos estaba decir unas palabras por los 134 años de Tepa. Hablaron los legisladores del distrito III, el arandense Omar Hernández y María Elena de Anda, de Tepatitlán.
También tuvo su oportunidad el alcalde Hugo Bravo, quien agradeció la visita del Congreso al municipio y aseguró que Tepa es uno de los lugares más avanzados de la región y de Jalisco, con hospitales y escuelas de primer nivel, así como el liderazgo en la producción de huevo y otro tipo de productos animales de consumo humano.
La sesión del Congreso se clausuró y se partió un pastel con motivo del 134 Aniversario, y luego se inauguró una muestra de documentos antiguos alusivos al cumpleaños de Tepa.
Los diputados se tomaron fotos con las autoridades locales y luego abordaron sus vehículos, los cuales estaban a unos pocos metros estacionados de ellos, pues se cerró media ciudad por tres días para que pudieran andar a sus anchas sin mortificarse y sin que nadie los molestara, pues decenas de policías municipales y de la Fuerza Única vigilaban el área.
Trascendió que luego del evento en el centro los legisladores se trasladaron hasta la terraza propiedad de una diputada de Tepa, donde se ofreció una comida y más tarde se regresaron todos a Guadalajara.
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