Pudientes o desconfiados


Venció el plazo para inscribirse en el programa para entregar boletos gratis para viajes en camión urbano en Tepa.

Hace unas semanas estuvo aquí el Secretario de Desarrollo e Integración Social de Jalisco, Miguel Castro Reynoso. Anunció que en Tepa entregarían beneficios para unos mil 500 estudiantes, unos 350 ancianos y unas 150 personas con discapacidad. Abrió la convocatoria y la oferta se hizo.

Al cierre del periodo, fueron apenas unos 500 estudiantes quienes estiraron la mano para que les regalen los boletos del camión. La mayoría invitados por el CUAltos para que aprovechasen el obsequio. Muy pocos ancianos y casi ninguna persona con discapacidad.

La oferta ahí estuvo, el gobierno de Jalisco ya cumplió con traer el beneficio a Tepa, a San Juan de los Lagos y a Lagos de Moreno.

En el caso de Tepa, el apoyo pareció amplio. Y es que la pobre respuesta popular a este regalo tiene varias aristas: el gobierno no hizo suficiente difusión de su programa; la gente de Tepa no necesita las cortesías; la gente desconfía de las rutas de camiones, la gente prefiere viajar en motocicleta –a su conveniencia- antes que utilizar el transporte urbano.

Cualquiera que sea la motivación para rechazar los beneficios del transporte subidiado, debe mover a las autoridades y a los líderes políticos a replantear sus esquemas de apoyos.

Un sector político estudiantil habló mucho de “los beneficios” de los bienevales o del transporte de estudiantes. Pero ahora que se tuvo la oportunidad, no convirtieron ese “reclamo” en realidad.

¿O será que no tenemos en la ciudad más de 500 universitarios?, ¿será que la mayoría de los bachilleres y estudiantes de nivel básico en la ciudad tienen recursos para moverse por sí mismos (auto, moto, bibicleta o dinero).

 En cualquiera de los sentidos que vayan las respuestas. Resulta interesante investigar las causas del rechazo popular a esta iniciativa que, de origen, parecía atractiva, noble y necesaria.

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