Se defenderá con todo la Secundaria Técnica No. 31

La quieren mandar a otro lado

• Una mujer donó el terreno y ahora sus nietos lo quieren para hacer negocio

Una respetada mujer donó el terreno hace más de 40 años para que ahí se construyera una escuela, pero ahora sus descendientes lo quieren de regreso para hacer negocio.

La Escuela Secundaria Técnica No. 31 no se quiere ir de donde está ahora, pero el terreno donde se asienta es altamente codiciado en razón de estar ubicado en una zona de alta plusvalía, con importantes avenidas como “Carnicerito”, Circuito Interior y Gómez Morín, y con desarrollos habitacionales y comercios del más alto nivel.

Los maestros, alumnos y padres de familia se sienten presionados por autoridades y particulares para que dejen el plantel y que el predio quede libre para construcciones lujosas. “Quieren tumbar una escuela de enseñanza para construir un centro de drogadicción y vicio”, dice Rita Gutiérrez Jiménez, una de las vocales de la asociación de padres de familia que asegura que la secundaria no se moverá de ahí y ‘háganle como quieran’.

La también conocida como ETA tiene más de 40 años de haberse edificado en lo que antes eran potreros y ranchos, al poniente de la ciudad. El terreno fue donado por una particular al municipio que lo dio en comodato en 1972 a la Secretaría de Educación Pública, con la condición de que se construyera una secundaria ahí. Nadie imaginaba lo bonita, exclusiva y cara que se iba a poner la ciudad por aquel rumbo más de tres décadas después.

Con el tiempo llegó la modernidad, los ranchos, las vacas y las gallinas se fueron yendo, pero no la ETA, que vio cómo se amplió y modernizó la avenida “Carnicerito” tres veces (una con Rodolfo Camarena cuando se amplió a cuatro carriles, la segunda con Cecilia González que puso concreto hidráulico en vez de asfalto y ahora con Hugo Bravo que está cambiando lo que queda de chapapote por más concreto); cómo se trazó y pavimentó la Gómez Morín en los 90 y después en 2015 el flamante Circuito Interior.

También llegaron negocios y casas y se siguen creando zonas habitacionales adyacentes como Guadalupe y La Gloria; fue entonces que a alguien se le ocurrió que la secundaria, que atiende a adolescentes de clases populares y que la mayoría ni vive cerca de ahí, podría ser borrada y poner en su lugar algo más acorde a la bonita zona poniente de Tepa.

Por otra parte, los maestros que se han encargado de la ETA en todos estos años, han dado por hecho que el predio pertenece a la institución, aunque sea en comodato, argumentando que han creado derechos por el paso del tiempo y el buen uso del terreno, pero de unos años para acá han tenido roces con las autoridades en turno acerca de la propiedad, sobre todo la parte que no está edificada y que es la que da a la avenida Gómez Morín.

Con Cecilia González se ideó construir vivienda popular en la zona ya mencionada y aunque no hubo ni proyecto, los maestros se pusieron en guardia y manifestaron que el terreno no era municipal sino de la escuela.

Otra vez los encargados de la ETA volvieron a sentirse ultrajados cuando se construyó el Circuito Interior y las autoridades municipales determinaron el año pasado compensar a algunos de los que perdieron parte de sus predios con la nueva vialidad, con un pedazo del terreno de la escuela, en la parte que da a Gómez Morín.

La familia que donó donde ahora está la escuela, también es propietaria de otras extensiones alrededor, donde están el Walmart, Cinépolis y otros negocios y viviendas, y cuando el ayuntamiento 2012-2015 construyó el Circuito Interior Juan Pablo II, lo hizo sobre terrenos de dicha familia, por lo cual ésta pidió que se le compensara.

Y fue así que ya se le quitaron 460 metros cuadrados a la secundaria hacia el norte (el encargado de la secundaria dice que son 2,000 metros); los nuevos, o más bien antiguos dueños tumbaron parte de la barda perimetral, agarraron el terreno que la autoridad les otorgó y ahora construyen lo que promete ser un lujoso fraccionamiento.

Pero la cosa no va a parar ahí, aunque no hay nada oficial por el momento, hay un plan para que a partir de agosto de 2018, la ETA se mude a un nuevo plantel que estaría ubicado a un costado del Cecyte, en Jardines de Oriente y las actuales instalaciones sean demolidas para construir ahí más negocios y viviendas de lujo.

Terreno más chico y escuela sin construir

Gregorio Yáñez Olvera, director de la ETA, se opone a la reubicación por varias razones, principalmente porque el nuevo terreno a donde los quieren mandar es más chico, casi la mitad, pues mide 15,000 metros cuadrados contra los 28,595 que mide el actual (más los 460 que ya se dieron a un particular para construir un fraccionamiento).

Otro argumento es que, a pesar de que en agosto de 2018 el nuevo ciclo escolar comenzaría en el otro lugar, las obras para hacer los salones están muy atrasadas y Yáñez duda que estén a tiempo para el siguiente inicio de clases.

Un problema más es que el gobierno estatal, a través del Comité Administrador del Programa Estatal de Construcción de Escuelas (CAPECE), tiene destinado 2 millones de pesos para la construcción de nuevas aulas, las cuales ya comenzaron a edificarse, pero la obra está detenida hasta que no se resuelva el futuro inmediato del actual terreno.

“Este terreno de la secundaria tiene más de 40 años que fue dado en comodato por el municipio, no nos pertenece a los maestros, pero sí a los padres de familia y los alumnos, no nos lo pueden quitar; la asociación de padres me dice que yo ni me meta, que ellos se encargarán de pelear y ya están asesorados con abogados”, dice Yáñez Olvera.

“Basta con el Google, en minutos les hacemos una manifestación”

Rita Gutiérrez Jiménez, vocal de la Asociación de Padres de Familia, va más allá que el director y asegura que de ninguna manera la autoridad les quitará el terreno para dárselo a un particular y están dispuestos a hacer marchas y bloquear vialidades si es necesario, pero el predio nadie se los quita, y para esto han consultado a abogados, que de acuerdo con Rita, les aseguran que llevan las de ganar en este asunto.

Gutiérrez Jiménez trabaja como conserje en un jardín de niños cercano, pero a veces pide permiso para faltar a su trabajo y dedicarse a asuntos de la ETA. La señora explicó que el terreno que ocupa la secundaria fue donado por una mujer para que ahí se construyera la escuela y ahora son los descendientes de dicha benefactora los que pretenden recuperar el predio, para hacer comercios y casas.

“Lo que donó la mujer no nos lo pueden quitar sus nietos o bisnietos, la ley no lo permite. Quieren tumbar un centro de enseñanza para construir uno de drogadicción, de vicios, con esas discotecas y bares que quieren hacer en esta zona”, lamentaba la madre de familia.

La señora agregó que basta con hacer un llamado en “Google” o en las redes sociales, convocando a una protesta para impedir que el ayuntamiento cierre la escuela y dé el terreno a particulares y en cuestión de minutos la población se enterará y muchos se unirán a la manifestación.

Se buscó al titular de Sindicatura del Ayuntamiento Salvador Peña Gutiérrez para que diera su versión y especificara a quién se pretende dar los terrenos y a cambio de qué, pero no pudo ser localizado en sus oficinas.

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