Reta el Síndico a la ETA 31: se va porque se va, asegura

Digan lo que digan los de la Escuela Secundaria Técnica Agropecuaria (ETA) No. 31 y todos aquellos que se oponen a su reubicación, para las autoridades municipales es prácticamente un hecho que cambia de lugar, con el principal argumento de que el terreno donde se ubica actualmente no es del plantel escolar, sino del municipio y éste lo regresará a la familia cuyos antecesores donaron la propiedad hace más de 40 años.

“Ya hasta Francisco Ayón (ex secretario de Educación) nos dio permiso de cambiar de lugar la ETA”, dijo el síndico Salvador Peña Gutiérrez.

7 días había entrevistado hace unas semanas al director de la secundaria, ubicada sobre la avenida González Carnicerito, Gregorio Yáñez Olvera y a una representante de la Asociación de Padres de Familia, quienes aseguraron que por los más de 40 años que llevaba la ETA en el lugar donde se encuentra actualmente y porque una mujer de nombre Esperanza Barba de Aldrete había donado el terreno para tal fin, la escuela ya era propietaria del predio y que unos abogados consultados para tal propósito les habían dicho que se pueden crear derechos sobre un inmueble en este tipo de casos.

Posteriormente, José Guillermo Barrera García, de la Unión de Comités Vecinales y Líderes Sociales A.C. (UCOVAC), y quien dice defender la ubicación actual de la escuela de manera desinteresada, dio a 7 días varias copias de documentos elaborados ante notarios, acuerdos de cabildo, solicitudes ante Transparencia y una hoja que fue firmada el 21 de noviembre de 1975 por Esperanza Barba de Aldrete, quien se ostentó como dueña de un predio ubicado en La Gloria, el cual donaba para la construcción de una Escuela Técnica Agropecuaria.

La hoja fue firmada además por el esposo de doña Esperanza Barba, el señor Miguel Aldrete Muñoz y como testigos pusieron su rúbrica el alcalde de ese entonces, Abelardo Loza Ibarra y un hombre llamado Guadalupe Navarro Aldrete.

Otra de las copias muestra una solicitud ante Transparencia el historial del terreno de la escuela, donde primero se hizo la donación, luego el alcalde Abelardo Loza formalizó el hecho en una sesión de cabildo; después de varios años, en los 90 y según la misma copia, la dueña del terreno lo donó a uno de sus hijos y luego este mismo volvió a donárselo a su progenitora, y en 2002 se escrituró el terreno al municipio ante notario.

No se explica en ningún lado por qué los propietarios originales del terreno se lo donaron entre ellos mismos en dos ocasiones, siendo que ya había sido cedido para la construcción de la secundaria, ni cuándo fue el momento exacto y de manera formal en que fue otorgado al municipio, ni por qué se escrituró casi 40 años después de haberse construido la escuela.

La hoja firmada en 1975 por doña Esperanza Barba y su esposo Miguel Aldrete, parece entonces que fue sólo una simple carta de intención para que la Secretaría de Educación Pública comenzara a construir el plantel escolar.

José Guillermo Barrera asegura que con el hecho de que el terreno se le haya escriturado al municipio es suficiente para que la escuela pueda continuar en el mismo lugar, pues los defensores de la secundaria alegarían ante instancias superiores que se privilegie el derecho a la educación por sobre los intereses particulares, cuanto y más estos sean para construir bares y centros de diversión, como señalan los que pugnan porque la ETA no se vaya de la avenida “Carnicerito”.

El director de la ETA, padres de familia y la UCOVAC no quieren que el ayuntamiento formalice la cesión del terreno a la familia Aldrete, para lo cual bastaría aprobarlo en una sesión de cabildo, pues aparte de alegar que el predio pertenece a la secundaria, aseguran que el nuevo terreno a donde los quieren mandar es más chico y aún no hay nada construido pese a que el cambio se daría a más tardar al inicio del próximo ciclo escolar.

Se van porque se van: Síndico de Tepatitlán

El síndico Salvador Peña Gutiérrez refuta todo lo dicho por los defensores de la ETA y explica los motivos que tiene el ayuntamiento para darle el terreno a la familia Aldrete, argumentando que no se trata de ningún regalo o venta, sino de compromisos que tiene el municipio con dicha familia, que ha donado varias extensiones para fines públicos a lo largo de los años.

Peña Gutiérrez señaló que el municipio le debe a la familia Aldrete más de 17,000 metros cuadrados de terreno, de los cuales 12,040 corresponden a las afectaciones causadas por la construcción del Circuito Interior Juan Pablo II y 5,200 de donaciones anticipadas a finales de los 80 y principios de los 90, donde cedieron predios para la construcción del Hospital Regional, un pozo de agua ubicado sobre la calle Amado Nervo y una clínica contra las adicciones.

El terreno de la ETA -continúa el funcionario- mide 28,595 metros cuadrados, por lo que restándole los 17,240.94 que corresponden a la familia Aldrete por las afectaciones y donaciones ya mencionadas, quedaría un remanente de 11,354.06 metros cuadrados.

Salvador Peña agregó que se habló con la familia ya mencionada y se le dijo que si se les regresaba todo el terreno de la ETA se les cubriría lo que les debe el ayuntamiento, pero sobraría, por lo que se les propuso que consiguieran un terreno para que se pudiera construir una nueva secundaria, por lo que los interesados ofrecieron uno ubicado a un lado del Cecyte, en la colonia Jardines de Oriente.

Dicho terreno cumpliría con lo solicitado por el entonces secretario de Educación Francisco Ayón López, quien se opuso a que la ETA fuera reubicada por el rumbo de Los Sauces, como se pretendía al principio y pidió que el nuevo lugar estuviera a no más de un kilómetro y medio de donde está ahora.


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