Atole con el dedo



“Ya comenzó el Censo para el Bienestar; los Servidores de la Nación están acudiendo casa por casa, (y) muy pronto estarán en tu colonia, barrio o ranchería”. Así publicó alguien en su muro de Facebook.

Mientras López Obrador y su primer círculo se ocupan o tratan de ocuparse de otros temas como el aeropuerto, la inseguridad, las refinerías o pelear la gubernatura de Puebla, los operadores locales de Morena ya andan supuestamente levantando o coordinando un censo para ver a quién hay que darle dinero por estar muy necesitado.

Ayudas del gobierno a la gente necesitada existen desde hace años, pero la de AMLO promete que ningún ciudadano que realmente lo necesite se va a quedar sin apoyo económico y que además la lana esta vez sí va a rendir y llegar sin intermediarios ni corrupción.

Lo que llama la atención es que todavía ni son gobierno -esa frase la inventaron ellos, que conste- y ya están emprendiendo este tipo de acciones.

Son un puñado de personas, si acaso 15 o 20 las que salen en las fotos publicadas en redes sociales y que son “Servidores de la Nación” “acudiendo casa por casa”, pero ¿quién les pagará a esos ‘servidores’ si todavía no hay presupuesto federal para ello? ¿O acaso les paga Morena?

Otra cosa y tan sólo para tener una idea de la efectividad de estos servidores: en el proceso electoral pasado el INE destinó, tan sólo para el municipio de Tepatitlán un aproximado de 50 personas, las cuales tuvieron un mes para buscar al 10 por ciento de la población.

Y los servidores con mucha menos gente van a recorrer tooodas las colonias, barrios y rancherías y casa por casa, para levantar un censo.

¿Cómo harán el censo? ¿Qué le preguntarán a la gente? ¿Cómo determinan si alguien es pobre y necesita que le den lana? Las instituciones oficiales de asistencia y que tienen décadas de haber sido establecidas, como el DIF y últimamente la Sedesol, tienen mecanismos y parámetros para determinar a quién apoyar y además los estudios no son instantáneos y lleva días o semanas para elaborar una lista de beneficiarios.

Y aún así es relativamente fácil hacer trampa en esos sistemas y meter beneficiarios que no necesitan ningún apoyo.

Por todo lo anterior, el censo que supuestamente llevan a cabo los servidores desde hace unos días producen más dudas que certezas.

Parece ser otro caso más donde el gobierno da atole con el dedo a sus gobernados (aunque todavía ni son gobierno).

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