De militares y golpistas



El presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador nombró el lunes de esta semana  a quienes serán sus secretarios de Marina y de la Defensa Nacional.  Al estilo Donald Trump anunció ese día en un primer tuit “He decidido nombrar en uso de mis futuras facultades (o sea que en esos momentos no tenía ninguna facultad para nombrar a nadie, lo hizo en uso de sus “futuras” facultades, pero bueno, eso fue sólo un error más de los que comete a diario debido a su pobreza intelectual y de lenguaje) al almirante José Rafael Ojeda Durán como próximo secretario de Marina”. Y más tarde, en un segundo tuit informó: “De conformidad con la Constitución y las leyes (es lo mismo) he decidido invitar (aquí ya corrigió tras del alud de críticas a sus “futuras facultades” al Gral. Luis C. Sandoval para secretario de la Defensa Nacional”.

La invitación al General Luis Crescencio Sandoval González para que sea su Secretario de la Defensa Nacional, me hizo recordar -no sé por qué (o más bien sí sé)- el nombramiento como Ministro de Defensa del General Augusto Pinochet en Chile por parte del presidente Salvador Allende, sólo 19 días antes del golpe militar que encabezó Pinochet contra Allende el 11 de septiembre de 1973, hace de esto 45 años (que en la historia de los pueblos son prácticamente nada). La democracia retornó a Chile 16 años y medio después en 1990, hace sólo 28 años.

El nombramiento del General Sandoval como Ministro de Defensa  del próximo gobierno en México, y el recuerdo del golpe militar en Chile por parte del recién nombrado Ministro de Defensa Augusto Pinochet, para derrocar a un gobierno legalmente constituido que había llegado al poder por la vía democrática, me puso a buscar las causas de ese golpe de estado. Por qué si Salvador Allende había llegado a la presidencia tres años antes -en 1970- por la vía del voto (aunque no obtuvo una mayoría absoluta, alcanzó sólo el 36.63% de los votos pero fue la primera mayoría, el segundo fue Jorge Alessandri con el 35.29% y el tercero Rodomiro Tomic con el 28.08, pero el Congreso decidió entregarle la Presidencia a Allende, quien contó para tal efecto con el apoyo de la Democracia Cristiana), a qué se debió, repito, el golpe militar que lo derrocó…

Básicamente a dos cosas, a que quería establecer un gobierno comunista en Chile y a que los gringos no estaban dispuestos a permitirlo. Con Fidel Castro en Cuba ya tenían suficiente y no podían darse el lujo de que hubiera otro gobierno bajo la influencia de la Unión Soviética en este continente, y menos aún que hubiera llegado al poder por la vía democrática, el “mal” ejemplo hubiera cundido en América, y Estados Unidos habría terminado acorralado y superado por su peor enemigo en aquellos años de la Guerra Fría. No lo podía permitir y no lo permitió, pero Salvador Allende también puso lo que estaba de su parte para que fracasara aquel experimento de la Vía Chilena al Socialismo.
Consultando varias fuentes históricas encontramos que “El programa de gobierno de Allende contenía políticas socialistas donde lo más relevante era la distribución de la riqueza y la nacionalización de la minería, lo cual provocó el boicot de Estados Unidos, que le negó créditos”.  

El recientemente fallecido David Rockefeller (uno de los dueños del mundo) escribe en sus memorias publicadas en el 2002: “Allende, un marxista confeso y líder del Partido Socialista de Chile, hizo campaña en 1970 sobre la plataforma de una reforma agraria radical, la expropiación de todas las corporaciones extranjeras, la nacionalización de la banca y otras medidas que hubiesen puesto a su país directamente en la senda del socialismo. En marzo de 1970, mucho antes de la elección, mi amigo Agustín Edwards, propietario de El Mercurio, el principal diario de Chile, me dijo que Allende era un embaucador soviético que destruiría la frágil economía chilena y extendería la influencia comunista a la región. Si Allende ganaba, advertía, Chile se convertiría en otra Cuba, un satélite de la Unión Soviética. Insistió en que los Estados Unidos debían impedir la elección de Allende. Sus preocupaciones eran tan intensas que lo puse en contacto con Henry Kissinger. Más tarde me enteré que sus informes confirmaron la información ya recibida de fuentes de inteligencia oficiales, lo que llevó a que el gobierno de Nixon aumentara los subsidios financieros clandestinos a grupos opositores a Allende. Pese a esta intervención, Allende ganó la elección por un estrecho margen... Una vez en el cargo, el nuevo Presidente expropió las propiedades norteamericanas y apuró el paso en la confiscación de tierras de la elite y su redistribución al campesinado”.

“La gestión de Allende -dice otra fuente- se caracterizó por abanderar proyectos como: 1. Nacionalización de la minería del cobre y de la banca. En los años ‘70 el cobre representaba tres cuartas partes de todas las exportaciones del país. Cuando Allende llega al poder el Estado posee el 51% de las principales minas de cobre. El resto pertenece a compañías estadounidenses, en particular Anaconda Copper Company, controlada por las poderosas familias Rothchild (otro de los dueños del mundo) y Rockefeller. 2. Reforma agraria: La mayor parte del terreno cultivable de Chile eran latifundios en manos de un puñado de familias. El gobierno de Allende promulgó una reforma agraria que prohibía la posesión de más de 80 hectáreas por persona. En 18 meses todos los latifundios desaparecieron. 3. Durante sus 3 años de gobierno Allende promulgó una serie de reformas en el ámbito sanitario, educativo y social: Universidad gratuita (Ojo). Aumento de las pensiones mínimas al doble de la inflación (Ojo). Instauración de un sistema de centros de salud en barrios obreros con al menos un centro de salud por cada 40.000 habitantes”.

Eso y la impresión de billetes (Ojo) que provocó una fuerte inflación, desembocó en la inconformidad de los militares, de la prensa, de la Iglesia y de sectores tan importantes como el del transporte -inconformidad atizada por el gobierno de Estados Unidos-, que condujo al golpe militar en 1973.

“Desde que tomó posesión del cargo en 1970, Allende había aumentado los salarios, incrementado los servicios sociales, acelerado la redistribución de la tierra y nacionalizado cientos de empresas nacionales y extranjeras (Ojo). Estas medidas entusiasmaron a campesinos y obreros que empezaban a poseer propiedades, pero enojaron a las clases media y alta, a empresas norteamericanas, como la ITT y Anaconda Copper, y a Washington. El capital extranjero desapareció, apareció la escasez y la inflación aumentó. Transportistas, granjeros, comerciantes y profesionales se fueron a la huelga, mientras que los partidarios de Allende organizaban manifestaciones… Los extremistas de izquierda pidieron armas al gobierno (pero no las obtuvieron en número suficiente). La coalición de Allende, constituida por socialistas, comunistas, liberales y otros partidos pequeños, se rompió”.

Y vino el golpe. “A partir de este momento -dijo el coronel Guillard en la proclama que leyó la mañana del 11 de septiembre- damos paso a una red provincial y nacional de radiodifusión de las Fuerzas Armadas. Teniendo presente: La gravísima crisis económica, social y moral que está destruyendo el país. La incapacidad del Gobierno para adoptar las medidas que permitan detener el proceso y desarrollo del caos. El constante incremento de los grupos armados paramilitares organizados y entrenados por los partidos políticos de la Unidad Popular, que llevarán al pueblo de Chile a una inevitable guerra civil, las Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile declaran:

Que el señor Presidente de la República debe proceder a la inmediata entrega de su alto cargo a las Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile. Que las Fuerzas Armadas y el Cuerpo de Carabineros de Chile están unidos para iniciar la histórica y responsable misión de luchar por la liberación de la Patria del yugo marxista, y la restauración del orden y de la institucionalidad”.


Le dieron unas horas a Allende para que renunciara y abandonara el Palacio de la Moneda, no aceptó y se suicidó. Hubo alrededor de 5 mil muertos sólo ese día y ahí terminó el experimento de llevar al comunismo al poder por la vía democrática del voto popular.

Será por eso que me acordé… al conocer el nombramiento del General Sandoval por parte de López Obrador.

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