Al maestro con cariño
• Fue además fundador de la Canaco, delegado de Tránsito, candidato… y querían que fuera cura
• Les consiguió chamba para que dejaran de robar; “la corrupción no se va a acabar por decreto”, dice
Por Juan Ramón Martín Franco
Mejor conocido como el Zurdo, Jorge Villaseñor Báez nació en Tepatitlán el 14 de octubre de 1946. Sus padres fueron don José de Jesús Villaseñor Barajas y doña María de Jesús Báez Báez. Está casado con la señora Ofelia Barajas Salcedo y tiene 3 hijas: Janette, Lía Mireya y Daniela.
Fue seminarista de 1960 a 1967 con los Legionarios de Cristo, y de 1965 a 1967 estuvo en Salamanca, España.
Su salida del Seminario fue toda una aventura. Durante cinco meses -nos cuenta- les estuvo diciendo que se quería salir y sus superiores tratando de convencerlo de que se quedara.
Cuando le pregunté ¿por qué te saliste? me contestó “es que me gustaban mucho las mujeres”. Y cuando vieron que de plano esa no era su vocación lo dejaron salir. Tuvo que viajar en tren de Salamanca a Alicante y de ahí embarcarse rumbo a Veracruz, duró 19 días en llegar al Puerto Jarocho.
Gracias al ingeniero Horacio Martín del Campo que tenía un amigo en Veracruz lograron mandarle dinero para que pudiera llegar a su casa. Pero con el dinero que le mandaron lo primero que hizo fue irse a celebrar su llegada junto con otros estudiantes, uno de Chihuahua y otro que vivía cerca de Veracruz, y como este amigo no traía dinero lo llevó en un taxi hasta su casa y se le acabó el dinero. Aun así se las arregló y regresó en camión de Veracruz a México y de ahí a Guadalajara.
En el seminario aprendió la disciplina y se fue forjando su carácter. Les decían: “Antes de ser santo eres humano y tienes que ser obediente y disciplinado”. Aprendió algunas frases que pone en práctica, como “Las palabras conmueven pero el espíritu arrastra”.
Jorge lleva 48 años de ser profesor en la Preparatoria Regional de Tepatitlán, y me atrevo a decir que es el profesor más querido que ha tenido el plantel. Siempre con una sonrisa, siempre dispuesto a ayudar, es una persona conciliadora a la que no le gustan los problemas.
Su ingreso a la Prepa fue circunstancial. Estando en el café el licenciado Cayetano Casillas, el doctor Chuy González Martín y Herculano, hermano de Jorge, comentaron que hacía falta un maestro que impartiera las materias de Latín y Etimología, y que no fuera sacerdote por las políticas izquierdistas que tenía la Universidad, y al estar buscando a dicho maestro comentó Herculano “pues mi hermano acaba de salirse del seminario y está preparado para impartir dichas materias”. Y de ahí en adelante Jorge Villaseñor fue y sigue siendo maestro en la Preparatoria, lo que ha sido su pasión.
Le emociona encontrarse con ex alumnos que lo tratan como a un amigo y muchas veces como consejero, de todas las actividades que ha desarrollado ésta es la que más disfruta y se siente como pez en el agua.
Ha sido padrino de muchas generaciones, lo que se traduce como un reconocimiento a su gran labor.
Para Él todos los grupos tienen su sello, algunos son estudiosos, otros desmadrosos, algunos tienen espíritu de grupo y recuerda a todos con cariño.
De las cosas más importantes que ha aportado Jorge a la Preparatoria son las Juglarías, donde los jóvenes se preparan para la vida, aprenden a solucionar lo que se les presente, detrás de los carros alegóricos hay mucho trabajo de equipo -dice-, cada grupo tiene que conseguir todo lo que necesitan, y a la vez son diseñadores, empresarios, aprenden a ser creativos, porque lo teórico sin lo práctico no sirve.
Considera que en la Prepa empiezan a ser independientes, porque en los amigos de la primaria y la secundaria influye mucho la familia, pero en la Prepa tú los escoges.
Podría concluir que para Jorge la Preparatoria es su fuente de vida.
Es fundador de la Cámara de Comercio junto con Horacio Martín del Campo, y gerente de 1975 a 1994. Con sus dotes de negociador consiguió que por primera vez hubiera una asociación de comerciantes para defender sus intereses, creó talleres de capacitación fiscal y ha sido el promotor del alumbrado navideño en el centro de la ciudad, tradición que se perdió en parte pues actualmente se adorna una parte nada más.
Ayudó a conseguir las casas de Infonavit en Los Conejos junto con la mesa directiva en turno, fue un gran logro porque en esos tiempos era difícil.
Una de las situaciones más injustas que le han pasado fue cuando lo separaron de la Canaco. Sucede que fue nombrado candidato a la Presidencia y el presidente de la Cámara en turno consideró que no podía tener los dos nombramientos al mismo tiempo y le mandó un cheque como finiquito. Lo que más le dolió fue que no se lo dijera personalmente y que lo hiciera a través de otros, cuando Él siempre ha hablado de frente.
Otra de sus facetas fue como Delegado Regional de Tránsito de 1978 a 1982. Como ya comenté que Él no buscó ser profesor, tampoco buscó ser Delegado de Tránsito. Sucedió que el Delegado que le antecedió se murió y necesitaban otro de urgencia. Un primo de Jorge era muy amigo del director estatal y le pidió que le recomendara a alguien en Tepa, éste le recomendó a Enrique, hermano de Jorge, pero éste no aceptó y le recomendó a Jorge. Lo citaron en Guadalajara para platicar y todo iba bien hasta que llegaron al sueldo que era de 1,500 pesos, y además le pidieron que renunciara a la Cámara de Comercio y a la Preparatoria, donde en conjunto ganaba 2,500 y dijo que no, y entonces el director le dijo “bueno, siga con sus actividades pero no me descuide su responsabilidad”, y así fue como se quedó con el puesto.
Tuvo que luchar contra la corrupción que había, tenía 10 elementos y solamente tres tenían nombramiento, los demás imagínense de dónde sacaban dinero, traían armas, largas… trabajó mucho y logró que los diez tuvieran su base para que ya no robaran y cambió la imagen de la Delegación.
Fue director de Tránsito Municipal en dos periodos, del 92 al 95 y del 2010 al 2012, siempre con el espíritu de honestidad y servicio.
Candidato a la presidencia municipal en el periodo 95-97 no ganó, no por su persona sino por las condiciones de los partidos. Alguien comentó en una ocasión “qué bueno que no ganó, es muy honesto”. Es ésta la actividad que menos le agrada y que le dejó muy poco de positivo, Él quiere servir y no competir para servir.
Cuando le pregunté ¿qué opinas de los políticos? me dijo “Ahora entiendo lo que dicen de que todos tenemos un precio, y en la mayoría de los casos aplica”. Y remata diciendo “cuando he confiado en algún político siempre me decepcionan”.
Ahora que está de moda el cambio de sexenio, Jorge recuerda desde Adolfo Ruiz Cortines, “todos empiezan con muchas ilusiones de que todo cambie y al final no pasa nada”.
Termina diciendo que la corrupción no se acaba por decreto.
Si yo tuviera que escoger una frase para definir a Jorge Villaseñor, ésta sería: El hombre que nació para servir.
1 Comentarios
Profesor mi poca ética en el establecimiento universitario
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