Los Testículos de Pejehová

Según los usos y costumbres, por ser católico debería ser yo enemigo de otros grupos religiosos, especialmente de aquellos que más compiten con mi religión, como los Mormones y los Testigos de Jehová, pero no, no tengo por qué ser enemigo de nadie. Por el contrario, reconozco el bien que le hacen a la humanidad algunas sectas que prohíben beber alcohol, por ejemplo.

Y hay algo que admiro de ellos, de los Testigos de Jehová en particular y es su tesón, su persistencia en tratar de convencer a otros de sus ideas para que abandonen su religión y se les unan. No descansan, caminan y caminan todos los días, tocan y tocan puertas, y por más que los rechace uno, vuelven a intentarlo. Eso me parece admirable y pienso que si en otra religión, la mía por ejemplo, hubiéramos hecho eso siempre, no existirían ni los Mormones ni los Testigos de Jehová.

Son fanáticos, apasionados y tenaces en la defensa y propagación de sus creencias. Son el prototipo del fanatismo, para bien o para mal, no hay manera de convencerlos de que pudieran estar equivocados en algunas de sus ideas, como la de rechazar una transfusión de sangre, prefieren morir antes que aceptarla, porque interpretan literalmente algunos pasajes de la Biblia que lo prohíbe.

Simplemente por eso utilizamos el nombre de Jehová para pegárselo al del Peje, para dar una idea del fanatismo que distingue a los seguidores de éste. Lo de los Testículos ya es puro cotorreo. Le cuento: hace unos días fui a Veracruz y nomás llegar a la casa de mis amigos y comenzar a platicar, me dijo Enrique hijo:

-Y cómo ves Gus… ahí la lleve el Peje no?

Ya sabía Él que no simpatizo con López Obrador, me lo dijo sólo para provocarme, a lo que le contesté:

- Mira Chini -así le dicen no sé por qué-, preferiría yo no hablar de eso. Si quieres te explico por qué. Venga para acá doña Julia -le pedí a su mamá-, necesito que me ayude a explicarle algo a su hijo…

- Mire Doña Julia, usted es una mujer católica…

- Así es.

- Bueno, como mujer, usted sabe que cualquier mujer que haya tenido un hijo ya no es virgen…

- Es correcto.

- Pero como católica, usted cree que la Virgen María siguió siendo virgen después de tener un hijo, ¿es correcto?

- También es correcto -contestó doña Julia- porque es una verdad de fe, la virginidad de María es un dogma en el que tenemos que creer aunque no lo entendamos.

- ¿Y nadie la va a convencer a Usted de lo contrario?

- Nadie.

- ¿Tampoco nadie la va a convencer de que no es posible que el pan se convierta en el cuerpo de Cristo y el vino en su sangre durante la consagración en misa?

- Tampoco. Claro que se convierten en el cuerpo y la sangre de Cristo porque Él mismo lo dijo. Es nuestra fe, en eso creemos.

- ¡Exacto! Se trata de creencias religiosas, que nada ni nadie nos va a quitar, son cosas que creemos sin entenderlas, ni nos interesa entenderlas siquiera, lo creemos y ya.

- Pues ustedes -dije dirigiéndome al Chini- no tienen ideas políticas ni opiniones políticas, lo que tienen son creencias religiosas. Para ustedes López Obrador es Dios y lo que Él diga eso es, no hay más. ¿Ves por qué preferiría que no hablemos de este tema?

No quería yo salir de pleito con Él, porque aun cuando la amistad era y es originalmente con su papá, después con su hermana que fue mi subdirectora en El Diario del Sur, y posteriormente con toda la familia, fue Él, Enrique hijo el que me invitó a celebrar su cumpleaños, el de sus papás y el de sus suegros el mismo día y por eso fui. Prefería yo que tuviéramos la fiesta en paz. Pero él insistió:

- Bueno, pero hay que darle tiempo…

- No insistas. Mira, son las 2 de la tarde ahorita, pero si llegara el Peje en estos momentos y nos dijera “buenas noches”, los demás lo tiraríamos a loco, pero tú vas a estar seguro de que ya es de noche; esa pared (blanca), si el Peje te dice que es roja, es roja y no hay más. Porque el Peje es Dios para ti. No me hagas enumerarte el enorme daño que le hacho ya al país en mes y medio de gobierno, empezando por los 380 mil empleos que se han perdido hasta ahora (era el 19 de enero) por la cantidad de gente que han despedido del SAT, de la SCT, del IMSS y de otras dependencias…

- Eran puros aviadores, gente que nomás se presentaba a cobrar.

Me ganó. Levanté la voz y le dije:

-Mira Chini, si no sabes no hables… Y no me ofendas diciendo pendejadas. Yo tengo a alguien en la familia que trabajaba como burro en el Seguro Social de las 8 de la mañana a las 4 de la tarde, no le daban tiempo ni para comer, llevaba años trabajando en el área administrativa del IMSS y se acaba de quedar sin chamba, lo corrieron como a tantos otros. Así que no me vengas con mamadas, repitiendo como loro las consignas que les dan a los chairos para justificar todos los errores de López Obrador. Así que sácate a ch… a tu m… y conservemos la amistad.

Y se acabó la plática. No la plática, se acabó la discusión que yo quería evitar. Aunque todavía le conté el cuento breve del maestro y del aprendiz: -Maestro, ¿cuál es la clave de la felicidad? -No discutir nunca con pendejos. -No maestro, no creo que sea esa la clave. -Tienes toda la razón Enrique. Y cambiamos de tema, platicamos de otras cosas y tan amigos como siempre.

Y es que así son ellos. Todo lo que diga su Dios Pejehová está bien, todo lo que haga es lo correcto. Si la Refinería de Salamanca está parada, abandonada, y se va a construir una nueva (con lo que cuestan las dos cosas) en Tabasco, está bien. Si les va a pagar (en lugar de meterlos a la cárcel) a los que se roban la gasolina para que dejen de robar, está bien. Si va a dejar sin guarderías a los niños de las mujeres que trabajan, está bien. Si pierde el avión en Veracruz y ya no hay lugares en el siguiente vuelo para regresar a la Ciudad de México, y se tiene que regresar por carretera, está bien. Si propone para ministra de la Suprema Corte a una incondicional de su partido o a la mujer de su amigo Rioboo, aunque eso sea tráfico de influencias y corrupción, está bien. Si provoca desabasto de gasolina por comprarle menos a Estados Unidos, está bien. Si hace México el ridículo y se aísla por apoyar al dictador Maduro de Venezuela, está bien. Todo lo que Él haga o diga está bien para la secta.

Todos los dictadores (Hitler, Mussolini, Franco, Pinochet, Castro, todos son amados por el pueblo… al principio; y todos, absolutamente todos terminan siendo odiados más temprano o más tarde. Y López Obrador no será la excepción. Todos los dictadores creen que son invulnerables, ninguno lo es. Por más que se crea el verdadero Mesías del Pueblo Escogido, Jehová Dios de Israel, todos caen tarde o temprano, algunos de la forma más cruel. Y el que no lo crea que revise la historia.