Por Víctor Daniel Ontiveros
Una cosa son las acciones que realiza el Presidente de la República, que tiene el apoyo de la mayoría, y otra muy distinta la que hace el súper delegado en Jalisco.
Polémicas, radicales, pero a fin de cuentas aprobadas, así son percibidas las decisiones del presidente Andrés Manuel López Obrador desde que inició su presidencia. Y la mayoría pensó que los súper delegados que tiene en cada estado iban a seguir la misma tendencia.
El súper delegado, que es la persona designada por el presidente para administrar los recursos federales en cada entidad federativa, ha comenzado a tener problemas. En San Luis Potosí esta figura tuvo que ser inhabilitada después de que se comprobaron actos de corrupción, en Monterrey la súper delegada se topó con El Bronco, y tuvo que alinearse con el gobernador para poder trabajar en paz.
En Jalisco el súper delegado Carlos Lomelí arrastra varios asuntos. Uno de ellos fue el escándalo de un supuesto fraude en la compra de medicamentos del IPEJAL a una empresa donde Él era accionista; y la otra, la ríspida relación que ha tenido con el ahora gobernador Enrique Alfaro.
Aunque a nivel nacional Morena está muy bien parado, a Jalisco se le debe medir con una vara aparte, porque Alfaro es a nivel nacional (aunque a muchos no les guste) la oposición más férrea que tiene ante cada acción el gobierno federal, ya que el Gobernador no se mide en emitir declaraciones ante cualquier acción que cree afecta los intereses de Jalisco.
El detalle es que así como son aprobadas las decisiones del presidente de México, así también son aprobadas las decisiones del Gobernador por parte de la mayoría de los jaliscienses, ya que fue el mismo pueblo el que eligió a los dos, pero que en la práctica tienen ideas antagonistas.
Con la reciente visita de Lomelí a Zapotlanejo, donde anunció que iban a ser entregados 3.5 millones de pesos en programas sociales, y que Zapotlanejo era prioritario para el combate al robo de combustible, provocó más una ola de críticas que de aprobación, esto por retirar recursos a becas para estudiantes y desviar los apoyos bajo la consigna de evitar el robo de combustible.
Aquí no funcionó este plan y lo mejor hubiera sido que Lomelí hubiera anunciado que los apoyos entregados son de varios programas sociales por parte del gobierno federal, que incluyen becas, apoyos a la tercera edad, a personas con discapacidad y para jóvenes, y que Zapotlanejo fue de los primeros beneficiarios para prevenir en lo posible que las personas roben o compren combustible ilícito.
El error de Lomelí fue creer que AMLO tiene la absoluta aceptación de todos, aún no le cae el veinte que en Jalisco, él perdió y la mayoría apoya las decisiones del Gobernador.
Seguimos en el mismo contexto, o está uno a favor o en contra de AMLO.
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